Fráncfort, el paradigma editorial

Nuestros clásicos siempre fueron muy modernos y nunca les faltó de nada, sobre todo capacidad de pensar… Por esta  misma razón cuando hablamos del comercio o feria del libro es remontarnos a las civilizaciones griega, romana o egipcia que no tuvieron nada fácil aquello de la comunicación…pero que fueron pioneros en eso de comercializar o ser feriantes del libro.

Sin lugar  a dudas, la consolidación, en la Europa occidental,  en estos menesteres del comercio librario, fue el descubrimiento de la imprenta, mecanismo sin igual que dio un impulso y  una mayor importancia de lo que hasta entonces había tenido. Este artilugio tan moderno… facilitó la producción, abarató costes y abrió nuevas redes comerciales, además de  ferias que ampliaron su expansión geográfica.  

Para poder vender fuera de sus ciudades, los impresores, enviaban vendedores ambulantes a las ferias. También se canjeaban libros de diferentes impresores para poder atender  a la  clientela. Poco a poco la producción de los impresores se fue concentrando en las ciudades con una dilatada organización comercial. Venecia fue un ejemplo de ciudad, pero surgieron problemas:

No era fácil el cálculo de las tiradas ni las necesidades del mercado y a veces coincidían dos o más editores en la edición simultánea de la misma obra, o de obras del mismo tipo. Esto producía graves problemas económicos que obligaban a cerrar talleres y ofrecer a mayoristas el resto de obras que no se vendían. Las ferias de Fráncfort y Lyon fueron útiles fuentes de información comercial y permitieron elaborar proyectos editoriales más seguros._^[1]

Fráncfort   y  Leipzig  fueron de  las primeras ferias con  el mayor núcleo del comercio editorial. Tras varias crisis y conflictos el interés editorial recayó sobre Leipzig, pero  Fráncfort  supo renacer después de la Segunda Guerra Mundial en la Alemania Federal y gracias a los libreros y editores alemanes que construyeron  toda la infraestructura para dicho propósito. Poco a poco se ha ido consolidando hasta convertirse en el referente mundial donde se reúne la mayor industria del libro y las nuevas tendencias.

Durante el siglo xvi, la venta de libros en la ciudad de Frankfurt logró un gran auge, y convocó a más de una centena de editores y libreros alemanes, franceses, italianos, suizos y de los Países Bajos. Dado el creciente número de libros, el librero de Augsburgo, Georg Willer presentó en 1574 dos catálogos con novedades, bajo el título de Catalogus Universalis1. Con el tiempo, el control ejercido por los jesuitas alejó a los libreros protestantes y la feria decayó. La Feria de Lepzig reemplazó en importancia a la de Frankfurt y se mantuvo como la más dinámica del mundo hasta la Segunda Guerra Mundial. Durante la posguerra, la Feria de Frankfurt renació…