Quién en su infancia no ha tenido un camión de bomberos o no ha jugado a las ambulancias; ambas son profesiones con una acentuada empatía a lo que se une la utilización de vehículos singulares de especial atractivo para el público en general.
El Bibliobús y su personal participan de estas características hasta el punto de ser siempre bienvenidos sin apenas publicitar sus prestaciones; pero hoy no vamos a hablar de servicios profesionales, sino, en sintonía con lo anterior, de la facultad que tiene el Bibliobús para convertirse en un juguete que deleita tanto a los niños como a los coleccionistas.
Reservaremos para otra ocasión el caso de los libros cuya trama desarrolla las andanzas de una biblioteca móvil en cualesquiera de sus formas, con el propósito de centrarnos en los ejemplos en los que el Bibliobús, su figura, pasa a ser un auténtico juguete.
El exponente más sencillo es el de los marcapáginas (troquelados o no) cuya extensión está ocupada por la figura del Bibliobús, como el que mostramos de la Diputación de Barcelona, editado en 2007, y que hace al mismo tiempo las veces de calendario de visitas.
O el correspondiente al Bibliomús Municipal de Málaga:
Otro ejemplo un poco más elaborado lo constituyen los recortables: Bibliobuses impresos sobre cartulina que acaban convirtiéndose en verdaderos vehículos de juguete, una vez perfilada con la tijera su traza, armados y pegados convenientemente.
El primer ejemplo de los que conocemos corresponde a los Bibliobuses de Barcelona.
Aparte de ser repartidos entre los usuarios en las propias rutas, también los hay accesibles por Internet, como el de los Bibliobuses de León,
O el diseñado por el gran ilustrador Bob Staake.
Pero el plato fuerte lo constituyen aquellos Bibliobuses que se pueden rodar, abrir y cerrar, articular si es el caso, en definitiva, disfrutar de él como de cualquier otro vehículo copiado fielmente en miniatura.
Uno de los ejemplos con más años a su espalda lo protagoniza el Bibliobús Ford V-8, que reproduce al que realizó servicio para la Tennesse Regional Library en la década de 1950.
Otro que no tiene nada que envidiarle es el modelo The Children Book Service Car, realizado en Japón posiblemente para el mercado de EE.UU., en la década de 1950.
Entre 1963 y 1978 estuvo funcionando el original del siguiente modelo, del West Reading County, Reino Unido.
De 1966 data este Bibliobús de cartón concebido además como una caja para guardar toda una colección de cuentos. Se trata del Golden Bookmobile Pull Toy.
El siguiente Citroën HY-IN2 corresponde a 1970 y, según figura en su rotulación exterior prestaría servicio en la ciudad francesa de Valenciennes.
El siguiente ejemplo constituye una parte de la serie de figuritas Snow Village, confeccionadas en 1993 y extraídas de ella en 1995.
Y para terminar la miniatura de los Bibliobuses de Lleida, fabricada en torno a 2007, dentro de la campaña para la difusión de la nueva imagen corporativa de las Bibliotecas Públicas de la Generalitat, ideada por América Sánchez, y puesta en marcha un año antes.
Por cierto, dentro de esa misma campaña, las Bibliotecas Públicas de Cataluña idearon este otro Bibliobús-juguete que también hace las delicias de los niños grandes.
Una respuesta a «Bibliobuses: Toys Are Us»