Una tendencia potente en la comunicación empresarial es el desarrollo de sistemas electrónicos de mensajería con un enfoque de equipo (el más conocido es Slack), que permite la creación de multitud de canales; discutir diversos temas o proyectos; o mandar mensajes instantáneos a un grupo concreto de usuarios. Estos sistemas han propiciado la disminución de la comunicación interna vía correo electrónico pero han favorecido que la mejor manera de captar la atención tanto de los clientes finales como de las empresas siga siendo el email.
Si bien la mercadotecnia en medios sociales (social media marketing) crece cada día más en importancia y popularidad como instrumento para distribuir información a los usuarios, los correos electrónicos siguen siendo el método principal tanto para la diseminación de información como para contacto personal, profesional o comercial.
Mientras que con plataformas como WhatsApp el doble check azul informa de la lectura de un mensaje por parte del destinatario o destinatarios y puede ser desactivado en los correos electrónico no se puede saber a simple vista si ese correo lleva elementos de rastreo.
Los software más utilizados (Streak, Mailtrack, Yesware, Mixmax, SalesforceIQ) incluyen en los correos un píxel de seguimiento (una imagen transparente) o enlaces o tipografías personalizadas (entre otros setenta métodos diferentes) que una vez abiertos envían información al remitente.
Los rastreadores de correo electrónico obtienen, entre otros datos, tu localización geográfica (país, ciudad), dirección IP, el software que utilizas, la configuración de tu dispositivo y tu actividad (cuando abres un correo, qué enlaces sigues o cuando y cuántas veces lo reenvías).
En un principio estos sistemas eran muy sofisticados, y los empleaban grandes empresas, pero hoy en día esta tecnología es fácilmente accesible e incluso se puede obtener gratuitamente.
Según la firma OMC (una compañía de “inteligencia de correo electrónico” que también desarrolla herramientas de seguimiento) en el año 2017 más del 40% de los correos enviados han sido monitorizados. Y esto, sin que el receptor lo sepa, aunque la mayoría de las veces la intención es legítima — saber si has leído el correo para actuar en consecuencia reorientando su estrategia comercial—. Otras veces, sin embargo, los motivos son más peregrinos: la avidez del profesional de ventas por generar más contactos (leads), un reclutador en búsqueda de candidatos motivados, un empleador en busca de un trabajador fuera de las oficinas en hora de trabajo, alguien (normalmente, un spammer) que quiere comprobar si tu dirección de correo es válida o está vigente, un conocido que quiere comprobar tu paradero, etc.
Por otro lado, otro de los grandes peligros es que la información obtenida llegue a terceros. Por ejemplo, si te suscribes a una newsletter (incluso de la fuente más fidedigna posible) tienes una posibilidad entre tres de que utilice un servidor externo para el almacenamiento del correo de notificación con el seguimiento con tus datos y que la información sea compartida con otras empresas. Así, varias empresas tendrán tus datos y, entre ellas, lo más seguro es que figure una empresa de comercio de datos o data broker que almacene una gran cantidad de información obtenida a partir de los datos obtenidos mientras navegabas por Internet (y desde diferentes dispositivos) y que pueda asociar a tu correo electrónico.
Si nos inquieta esta perspectiva, aunque las técnicas de seguimiento evolucionan rápidamente, se pueden tomar algunas medidas. Los expertos recomiendan bloquear la descarga automática de imágenes en el correo (con el consecuente inconveniente de no poder leer prácticamente gran parte de los correos que recibamos), filtrar el código HTML, bloquear la cookies e instalar extensiones de protección como son Ugly Email o PixelBlock.
Ugly Email es una extensión diseñada para el navegador Google Chrome que después de ser instalada avisa al abrir la bandeja de entrada de Gmail de aquellos correos que llevan rastreo mediante un icono con forma de ojo, dejando así a nuestra elección el abrirlos o no.
PixelBlock, por su parte, es otra extensión para Google Chrome que bloqueará los trackers de manera que no se pueda saber si has abierto o no un mensaje recibido. Mediante el icono de un ojo tachado sabrás que la notificación no ha sido enviada.
Otras disponibles son uBlock Origin, Privacy Badger or Ghostery.