Algunos consejos para (por fin) opositar a bibliotecas

Hace un par de septiembres, cuando Irene Blanco, codirectora de BiblogTecarios, me invitó a escribir un artículo sobre por qué opositar a bibliotecas había sido la mejor decisión laboral de mi vida, me puse a recordar varios días de veranos pasados. Aquel festivo en que recibí un mensaje de mis jefes citándome a primera hora de la mañana en la editorial y yo, que sabía perfectamente que me iban a despedir, me fui a la verbena y gané un dragón de peluche gigante. O aquel último día de Feria del Libro, último día también de mi contrato temporal como librera, cientos de cajas abiertas y tomos apilados después, cuando apenas quedaban un par de semanas para mi primer examen a Ayudante de Bibliotecas del Ministerio de Cultura.

En este nuevo comienzo de curso, hace ya más de tres años que trabajo como bibliotecaria. En todo este tiempo me he desencantado, me he vuelto a ilusionar, he metido la pata, he sacado adelante proyectos interesantes, he pasado por una promoción interna a Facultativo y he compartido en mi perfil de Instagram varios posts con datos útiles y consejos para opositar a bibliotecas.

El otoño, y no el Año Nuevo, es el momento de los grandes propósitos. Plantearse seriamente llevar a cabo ese plan que te lleva rondando la cabeza meses, quizás años. Si la idea es opositar a bibliotecas para conseguir un trabajo estable en el sector cultural público -ahora que hay varios procesos selectivos a punto, que la oferta de plazas está en máximos casi históricos desde antes de la crisis de 2008-, puede que no tengas claro por dónde empezar. A mí me pasó. El mundillo de las oposiciones a bibliotecas es pequeño y escueto, sin demasiadas referencias, poca información online, aún menos temarios y academias a tu disposición.

A continuación te dejo algunos consejos básicos que te serán de gran utilidad si este curso es, por fin, el momento de convertirse en bibliotecario.

  1. ¿Te ves trabajando como bibliotecario?

Mi primer consejo es que tengas bastante claro que quieres dedicarte al mundo de las bibliotecas. Si no, todo el esfuerzo y sacrificio que tienes por delante no valdrá la pena. Opositar es un proceso muy duro, que te desgasta y que requiere determinación y convencimiento. Si lo tienes claro, ¡adelante! Infórmate, y no dudes en visitar bibliotecas o hacer llamadas. El trabajo bibliotecario es muy variado. No todo es estar detrás del mostrador de préstamo. Puedes acabar gestionando presupuestos de compra de lotes de libros, montando clubes de lectura o atendiendo a los usuarios de la biblioteca de un museo arqueológico o de una escuela militar. 

  1. Elige bien la oposición

Saber qué tipo de trabajo bibliotecario te gustaría desempeñar es el primer paso para tomar la decisión más importante: a qué administración opositar. Si quieres trabajar en una biblioteca pública, tendrás que prepararte oposiciones a nivel local (Ayuntamientos o Comunidades Autónomas). Las Universidades públicas tienen su propios procesos de oposición, así como algunas instituciones públicas como el Congreso de los Diputados. Si quieres trabajar en bibliotecas de museos o archivos estatales, en la Biblioteca Nacional de España o en el Ministerio de Cultura, tendrás que prepararte las oposiciones convocadas por este último. El trabajo es muy diferente (y también el salario), aunque, por otro lado, hay personas que se preparan para varias administraciones a la vez. Esto es decisión de cada cual, pero un consejo: céntrate y sé realista con lo que puedes abarcar.

Lo siguiente es decidir la escala: Auxiliar (C1), Ayudantes (A2) o Facultativos (A1). Dependiendo de la administración, la nomenclatura puede variar. Igualmente, el trabajo a desempeñar es muy variado, pero por resumirlo de forma muy sencilla: el C1 se dedica a tareas más auxiliares (como ordenación y préstamo) y a tratar con los usuarios; el A2 es un perfil más técnico (por ejemplo, los catalogadores); y el A1 es un perfil más gestor y directivo.

  1. Conoce el proceso selectivo

¿A qué te enfrentas? Un único examen no es lo mismo que cuatro. ¿Es un test o hay que desarrollar los temas? ¿Necesitas saber idiomas? ¿Tendrás que “cantar”? ¿Cuántos temas debes memorizar: cincuenta o ciento veinte? Creo que cada uno debe ser realista con sus capacidades, el tiempo que puede dedicarle al estudio, los meses o incluso años que está dispuesto a dedicarle a la oposición. Es de vital importancia conocer el proceso selectivo al dedillo, cómo se han desarrollado las convocatorias anteriores, para tener claro a qué te enfrentas y no llevarte ninguna sorpresa cuando ya le has dedicado mucho tiempo de tu vida.

  1. Bolsas de trabajo e interinos

Y si apruebo, ¿tengo plaza garantizada o después hay concurso de méritos? Si suspendo a mitad del proceso, ¿me quedo en una bolsa de trabajo? Depende de tu situación laboral actual, estas cuestiones son de vital importancia. Si no tienes experiencia en el sector público y/o en bibliotecas que te dé puntos, conseguir una plaza fija a la primera (incluso habiendo aprobado) en aquellos procesos selectivos que implican una fase de méritos o concurso, por ejemplo, los de la mayoría de Universidades Públicas, resultará complicado (aunque no imposible). Si por el contrario tienes claro a qué Administración opositar y no te importa tardar más tiempo en conseguir la plaza fija, podrás mientras tanto trabajar como interino y conseguir puntos mientras permanezcas en la bolsa de trabajo y sigas estudiando.

  1. Academias, preparadores… ¿Cómo estudiar?

Lo que debes tener claro es la importancia de establecer una rutina de estudio, la que pueda cada uno dadas sus circunstancias personales (no es verdad que haga falta estudiar diez horas diarias para aprobar cualquier oposición), y cumplirla con el mayor compromiso personal posible. No quiero sonar a libro de autoayuda, pero opositar es muy parecido a competir contra uno mismo: tu distracción, tu cansancio, tus ganas de dejarlo una y otra y otra vez. Hay quien elabora sus propios temas a partir de manuales y recursos online de fuentes fiables como Travesía o la Biblioteca Nacional de España. Hay quien compra temarios, como los de la editorial ETD. Hay quien se apunta a academias especializadas como InQnable o IMED. Y hay quien busca preparadores personales. Sea cual sea el método que te puedas permitir, al final todo dependerá de tu compromiso con el estudio.

Raquel Moraleja

Colaboradora de BiblogTecarios. Ayudante de Bibliotecas en la Administración General del Estado. Actualmente desempeña labores de comunicación, difusión y redes sociales, así como gestión económica, en la Subdirección de Coordinación Bibliotecaria. Graduada en Periodismo y Máster en Estudios Literarios por la Universidad Complutense de Madrid. Autora de 'La habitación de las niñas' (InLimbo, 2023). Ratón de biblioteca desde que tiene memoria.

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