Papalelo, el dinosaurio y yo

Esta historia está protagonizada por un narrador muy especial: nada más y nada menos que por un Gabriel García Márquez en su niñez. Así nos lo cuenta Marisa López Soria antes de iniciar la historia: Gabo, Gabito, es el nombre de ese niño, tal como su abuelo le llamaba cariñosamente. Él, de manera igual de cariñosa, llamaba a su abuelo “papalelo”, una mezcla de papá y abuelo. No olvidemos que García Márquez vivió desde su nacimiento hasta los 10 años con sus abuelos maternos, momento en el que fallece su abuelo Nicolás Ricardo Márquez Mejía y él se va a vivir con sus padres. Este abuelo, abuelo y padre a la vez, tuvo una gran influencia en el futuro escritor. Dicen que fue quien le regaló su primer diccionario y de ahí nació la curiosidad de García Márquez por jugar con las palabras; “papalelo” no es sino un ejemplo de ello.

Pues bien, este niño aprendiz de escritor quiere hacerle un regalo muy especial a su papalelo y decide escribirle una historia, como esas que su abuelo le cuenta a él sobre Macondo y las personas que lo habitan, donde la imbricación entre la muerte y la vida es narrada con la naturalidad del realismo mágico. Una historia donde también hay muerte y vida, realidad y ficción, y mucha imaginación ya que se trata de la historia de los dinosaurios de Macondo. Y dicho y hecho: en cinco capítulos, Gabito hace una interpretación de la vida y extinción (o casi extinción) de los dinosaurios, con sorpresa final. Algo que, como podemos ver, a su papalelo le hace enormemente feliz. Son las ilustraciones de Carmen Queralt las que dan vida a estos entrañables personajes, a Macondo y a los dinosaurios, con la maestría a la que nos tiene acostumbrados. Su inconfundible estilo recorre las páginas de esta historia, con sus collages llenos de detalles y texturas, presentándonos unos seres amables y coloristas idóneos para el lector objetivo de este relato.

Hemos querido hacer algunas preguntas a la escritora para que nos cuente de primera mano algunos detalles sobre esta historia.

1. La primera pregunta es obligada: ¿de dónde te surge la idea de escribir esta historia sobre García Márquez y su abuelo?, ¿es verdad que al abuelo le gustaban los dinosaurios?

Hay ocasiones en que un encargo puede parecernos poco interesante, alejado precisamente de nuestro recorrido literario, pero mira tú por dónde, en este caso, del encargo sobre dinosaurios que rechacé en principio, nace  esta historia. En realidad, como casi siempre, todo nace de las palabras; PAPALELO es como llamaba García Marquez a su abuelo, con el que se crió. El nombramiento dado, PAPALELO, lleva implícita la historia, así que cuando me enteré de ese cariñoso apelativo de Gabo a su abuelo, las palabras me nacieron para crear el cuento, que inevitablemente y por asociación de ideas, tenía que situar en Macondo, ese pueblo mágico. Entonces llamé a la editorial para aceptar el encargo. Y claro es, no tengo ni idea si a su abuelo realmente le gustaban los dinosaurios.

2. El libro está escrito en primera persona por un niño, ¿te ha costado ponerte en la piel de ese niño para escribir esta historia?

Los niñ@s están siempre como protagonistas en todas mis historias, sea de una forma o de otra, ell@s sons protagonistas, además de lectores. Me siento muy cerca de ell@s. De ell@s me nutro y se nutre mi literatura. Ell@s me proporcionan prácticamente todas las ideas. Sus salidas de tono, sus genialidades, sus rostros, sus expresiones… son fantastic@s. No puedo alejarme de ellos más que de vez en cuando, lo que sucede cuando escribo en el registro adulto poético, y no me alejo nunca de esa parte de la niñez. Los adultos deberíamos escuchar más a la infancia, aprender de ell@s siempre y no olvidarnos del niñ@ que fuimos.

3. El cuento que escribe Gabo para su abuelo tiene cinco capítulos, todos con el mismo título. ¿Por qué este juego con el lector?

Me pareció que puesto que hay una historia (que se va escribiendo dentro de la historia principal) para no despistar al lector, debía ponerle el mismo título a los capítulos donde Gabo va escribiendo la historia a su abuelo como regalo de cumpleaños. Creo que así se ve mejor la intención de dos historias. La realidad de Gabito al que no le gustan los dinosaurios y la otra, la que escribe para su PAPALELO, al que dice que le gustan.

4. La relación que mantuvo García Márquez con su abuelo fue muy especial, ¿qué importancia tienen los abuelos en la transmisión de conocimientos, intereses y valores para los niños?

Sabemos con certeza que l@s abuel@s son piezas fundamentales, insustituibles en la formación y en la vida de los adultos, sean o no escritores. Pero no digo con esto nada nuevo, es una constatación. La mayoría de los libros que me encuentro de literatura adulta, tienen una base de recuerdo muy vívido donde los abuelos son referente fundamental. Qué suerte aquell@s que han podido disfrutar de sus abuelos en la niñez! Los abuel@s son un plus, no hay duda.

5. ¿En qué se parece y diferencia la forma de narrar de un niño de la manera en la que lo hace el realismo mágico?

Ah, creo que no tiene nada que ver. El escritor adulto que se acerca al realismo mágico tiene la intención de ese tipo de escritura y de arte. El arte del niño es inconsciente, todavía no es, no hay voluntad de arte.

«Papalelo, el dinosaurio y yo», escrito por Marisa López Soria e ilustrado por Carmen Queralt, ha sido publicado en Everest para la franja de lectores de de 5/6 años, donde lo clasifican con los valores de Inteligencia emocional / Amor a los abuelos / Ecología y medio ambiente.

Una historia que aúna la fantasía con el «rigor científico» de Gabo, donde los más pequeños podrán disfrutar de estos coloridos dinosaurios y la historia de su paso por el planeta Tierra, y donde se pone en valor la relación entre las niñas y los niños con sus abuelos y abuelas, no solo como cuidadores, sino como disparadores de la imaginación y el cariño de sus nietos.

Luisa Santamaría Ramírez

Colaboradora de BiblogTecarios. Ayudante de Bibliotecas en Junta de Castilla y León, especializada en Literatura Infantil y Juvenil. Profesora en el Máster de la Universidad Complutense "La Biblioteca como Agente de Transformación Socioeducativa". Promotora de la lectura a tiempo completo.

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