Si bien mis anteriores post han versado sobre temas relacionados con la profesión y muy de actualidad, como son las entrevistas de trabajo y la formación de los profesionales, en esta ocasión me apetecía echar la vista atrás y contribuir con un pequeño homenaje a esas personas a las que podríamos considerar nuestros «antepasados profesionales».
Evidentemente, no encontraréis en este post un listado exhaustivo de oficios, ni una información en profundidad, ya que mi intención es, principalmente, despertar vuestra curiosidad y recordarnos a todos (incluida yo misma) que afortunadamente nuestra profesión tiene una larga trayectoria histórica, y que espero que así siga siendo.
Como muchos ya sabréis, está teniendo lugar una exposición en el Palacio Real de Madrid sobre encuadernación, concretamente la exposición se llama: Grandes Encuadernaciones en las Bibliotecas Reales (S. XV – S. XXI).
Fue tras esta visita, y la que realicé a la Imprenta Municipal de Madrid, cuando empecé a pensar que sería muy interesante iniciar desde aquí un breve paseo por algunos de aquellos oficios que han formado parte de la historia del libro y de las bibliotecas y que han desaparecido o en algunos casos han cambiado de forma considerable.
Esto no quiere decir que no fueran importantes, todo lo contrario, pero como todos sabemos, en nuestra profesión las cosas han evolucionado muchísimo. Espero conseguir, al menos, que la gente conozca o recuerde a aquellos profesionales sin los que la historia del libro hubiera sido bien distinta.
- Armarius. Durante la Edad Media, en los Monasterios, era el monje responsable de coordinar las actividades relativas a la producción de códices, revisar el trabajo de los copistas, etc.
- Encuadernador. Como su propio nombre indica, era el encargado de encuadernar las obras.Existían verdaderos artesanos capaces de dotar al libro de lujosas y valiosas encuadernaciones. Es una profesión que sigue en vigor, aunque en mi opinión con cambios sustanciales. Siguen existiendo algunos talleres dedicados a realizar encuadernaciones de lujo, pero quizás cada vez es menor el proceso artesanal en otros ámbitos, ¿o no?
- Copista. Era la persona encargada de hacer copias de las obras.
- Rubricante. Era el profesional encargado de realizar las rúbricas, esto es, las menciones escritas con tinta roja.
- Miniaturista. Era la persona encargada de miniar, es decir, iluminar o dibujar los códices.
Como véis, ha sido un breve recorrido, pero cualquier curioso puede, a partir de aquí, iniciar su propia «investigación» al respecto, completando la información y descubriendo nuevas cosas merecedoras de ser compartidas. Y para finalizar, os recomiendo consultar el Diccionario sobre el Libro Antiguo, donde encontraréis información interesante.