En mi post anterior hablé de la primera ley en Reino Unido que permitía la creación de bibliotecas públicas.
Antes de llegar a su emplazamiento actual, la biblioteca central de Manchester había pasado por dos emplazamientos anteriores.
En 1850, el alcalde de Manchester, Sir John Potter, lideró una campaña para recaudar dinero para poder construir la biblioteca y dotarla de material. Finalmente, dos años mas tarde Manchester se convirtió en la primera ciudad de Reino Unido en tener una biblioteca pública sustentada por fondos públicos.
La biblioteca estaba emplazada en un edificio en Campfield, actual sede del Hall of Science.
Hacia 1877 el edificio empezó a ser inseguro para el fondo bibliotecario y fue transferida al ayuntamiento y mas tarde, en 1912 y tras quedarse la biblioteca pequeña, la biblioteca fue trasladada a un nuevo emplazamiento en Piccadilly.
A causa del estallido de la Primera Guerra Mundial y junto a otra serie de razones no fue hasta 1926 cuando se replanteó la construcción de un edificio acorde a las necesidades de la biblioteca. Tras una dura competición finalmente se decidió aumentar el ayuntamiento y junto a él la biblioteca.
La obra fue llevada a cabo por un respetado arquitecto de la localidad, E. Vincent Harris (1876-1971), que destacaba por su originalidad y creatividad. El arquitecto se inspiró fuertemente de sus visitas a diferentes bibliotecas americanas creando un edificio que se mezclara también con la arquitectura romana.
El resultado fue un edificio circular, similar al Panteón del Emperador Adriano.
Actualmente sigue siendo la sede la biblioteca de Manchester.
Se comenta que las personas de la época, durante la construcción de la misma, ansiaban ver como iba a ser el resultado final. Fue la semilla de muchas conversaciones, incluso se le acabo poniendo motes, uno de ellos designaba al edificio como «La Corporación Tarta de Bodas».