Los desastres naturales, las guerras, las hambrunas, las epidemias y todos aquellas situaciones de crisis humanitaria precisan de actuaciones rápidas y contundentes para paliar los daños producidos en la población. Muchas de las tragedias personales se fraguan en los momentos que siguen a la catástrofe, y son ellas las que requieren de una asistencia urgente para mitigar sus efectos.
Cada vez está más aceptado que tan importante es disponer de los medios materiales para que las víctimas salgan adelante como de su preparación intelectual y anímica para superar la hecatombe y retomar el hilo de sus vidas.
Concebida desde una visión global, el pasado agosto la IFLA, en su 80ª Conferencia General, publicó la Declaración de Lyon, desde la que se insta a las Naciones Unidas a considerar los servicios de información como verdaderos recursos e instrumentos para el desarrollo sostenido, la mejora de la calidad de vida, el fomento de la vida social, la construcción y la transparencia de los sistemas democráticos y, en resumen, el crecimiento de la persona como individuo y como integrante de una comunidad en cualquier situación.
La la mejor opción de recursos intelectuales para los casos de crisis humanitaria la constituyen las bibliotecas móviles, versátiles y flexibles en sus organización y funcionamiento, con ejemplos tan cercanos como el Bibliobús L’Aquilia (Italia) o el Bubisher saharahui. Sin embargo, mientras llegan los posibles bibliobuses no está justificado desasitir a una población cuando más lo necesita.
El 24 de marzo de 2014, la organización Bibliotecas sin Fronteras, presentó en la Biblioteca Pública de Nueva York una solución a este problema bajo la denominación de Ideas Box, fruto del trabajo de dos años y de la colaboración con la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)
El invento, diseñado por Philippe Starck, es un paquete básico pero completo que permite el acceso a la información, la cultura y la educación a las víctimas de estados de excepción humanitarios.
Ideas Box es un conjunto de maletas transformables que recogidas apenas ocupa el espacio de dos palés, y que sólo necesita veinte minutos para armarse y empezar a dispensar los servicios de una biblioteca: acceso a los libros, a Internet, a fuentes pedagógicas y multimedia, al cine y al teatro.
Concebido con unos materiales de poco peso, resistentes a los golpes y a los distintos climas, también integra cableado y un equipo de baterías que le dan cierta autonomía.
Se trata de seis cajas diferenciadas por cinco colores, correspondiente cada uno a una función diferente, de las que salen mesas, sillas, pantallas de televisión, tabletas, libros… todo lo que se debería encontrar en una pequeña biblioteca, donde el objetivo es procurar los recursos y medios suficientes para conectarse al mundo, formarse permanentemente, entretenerse y fomentar la creatividad.
Ideas Box se estructura en seis fundamentos: servicios estandarizados válidos para cualquier territorio; contenidos adaptados a la cultura y a lengua de cada región; facilidad de transporte y montaje; uso sencillo y rápido de aprender; autonomía energética a la par de robustez, sostenibilidad y tecnología de código abierto; y un precio razonable.
Actualmente Ideas Box ya está en funcionamiento en la Región de los Grandes Lagos (Burundi y Ruanda) y en los países fronterizos con Siria, principalmente en Líbano y Jordania. En breve está previsto su instalación en África Central, Palestina, Filipinas, Congo y Dafur del Sur.
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Me parece una excelente idea
En verdad, Julio, que lo es, muy práctica y de unos grandes resultados.