El 20 de enero del 2017 Barack Obama dejará de ser presidente de los EEUU y será a partir de entonces cuando la ciudad de Chicago acoja la nueva biblioteca presidencial. Chicago fue la ciudad dónde Obama vivió y trabajó antes de llegar a la Casa Blanca. La nueva biblioteca llevará el nombre del presidente, siguiendo así con una tradición que se remonta a los años 30 del siglo XX. Ya que fue Franklin D. Roosevelt el primer presidente que mandó edificar una biblioteca y por una razón muy concreta, porque parte de los documentos de otras legislaturas que no se habían llegado a depositar en la Biblioteca del Congreso se habían extraviado. Es por ello que Franklin D. Roosevelt sigue entonces las recomendaciones de historiadores y prominentes de la época y crea así la primera biblioteca presidencial.
¿Qué función tienen estas bibliotecas?
Estas bibliotecas se parecen a las bibliotecas parlamentarias o legislativas, cuya definición y tipología nos explicó ya en su día Antonio Casado. Pero estas bibliotecas presidenciales son realmente una combinación de biblioteca y museo porque, además de los documetos oficiales, muestran una gran variedad de objetos que están ligados a una determinada legislatura presidencial. Como por ejemplo una réplica del oval office de John F. Kenedy o la limousine de Lyndon B. Johnson.
Gestión y financiación
Serán las Libraries Acts de 1955 y 1986 las que establezcan que sea la National Archives and Records Administration (NARA) la organización encargada de la gestión de estas bibliotecas. Ya desde el principio se utilizaron fondos privados para su financiación. Y a día de hoy se siguen recibiendo donaciones privadas. Será a raíz de la Presidential Records Act del 1978 cuando se regule que sean los archivistas los que se encarguen de seleccionar el material, de modo que ya no es sólo el presidente quien elige que documentos se deben guardar en la biblioteca para para su posterior acceso al público.
Pasado y futuro
En esta página web se puede ver cómo están distribuidas las bibliotecas presidenciales por todo el país. Entre todas ellas cabe destacar el Clinton Presidential Center, que además de alojar la biblioteca es un centro educativo y cultural. En el jardín se ha plantado un esqueje del castaño de indias que estaba en el jardín interior de la casa de Ana Frank en Amsterdam y al que ella se refiere en su libro. En el 2010 este castaño se vino abajo junto con la estructura de acero en que se apoyaba. Este lugar en el jardín se llama ‘The Anne Frank Tree‘. De esta manera se recuerdan todos los sucesos de la Arkansas de los siglos XIX y XX en los que se atenta contra los derechos humanos.
Aunque todavía no sabemos quién va a ganar las próximas elecciones, en el caso de que gane Hillary Clinton es difícil predecir si la biblioteca presidencial que lleve su nombre se alojará en un edificio anexo al Clinton Presidential Center o si se edificará una nueva biblioteca en otro lugar del país. Por lo de ahora esto es todavía una incógnita.
Gracias por la cita. ¡Y enhorabuena por el artículo!