Las bibliotecas de Harvard también sufren recortes

El fin de semana pasado leí una columna de opinión de The Harvard Crimson, A Profitable Library? (¿Una biblioteca rentable?), en el que hablaban de los cambios que se están llevando a cabo en las bibliotecas de la Harvard University.

Parece ser que las han visitado un grupo de expertos para mejorar su rendimiento y los empleados no están muy contentos con las soluciones que han encontrado para ellos. De momento se han centralizado los servicios de las 73 bibliotecas y se pretende que haya más movilidad entre los empleados, que puedan pasar de trabajar de una biblioteca a otra, otorgándoles a todos unas mismas funciones. Además se ha prescindido de algunos trabajadores que llevaban más tiempo cambiándolos por estudiantes y personal temporal con contratos de un año.

Harvard tiene la mayor biblioteca académica de Estados Unidos y cuenta, o contaba, con personal muy (muy) especializado en las temáticas de sus colecciones. El descontento viene de que muchos de estos empleados sienten que sus conocimientos están siendo menospreciados al moverlos para trabajar en un campo que desconocen o ser reemplazados por trabajadores casi sin conocimientos al respecto.

Según algunos empleados, las bibliotecas ya estaban faltas de personal antes de los despidos, por lo que se ha agravado el problema de tener que hacer la misma cantidad de trabajo con un número insuficiente de empleados.

Preocupa especialmente el impacto que todo esto puede tener en la calidad del servicio que ofrecen a estudiantes e investigadores.

Por otro lado, parece que se va a incrementar la inversión en digitalización de los fondos.

Efectivamente Harvard gastaba más que otras universidades en sus bibliotecas, pero teniendo en cuenta el tamaño de sus fondos lo extraño sería lo contrario. Y, curiosamente, a pesar de ser una institución sin ánimo de lucro el nuevo objetivo de sus bibliotecas es ser “for profit”, rentables.

La columnista de The Harvard Crimson plantea que es posible que con estas medidas estén haciendo las bibliotecas más rentables a largo plazo pero ¿A qué precio?

Son tiempos difíciles para todos.

Natalia Garea

Trabajo en una biblioteca académica en Londres. Espero poder desarrollar mi carrera profesional en el sector de la Información, viajar y aprender mucho.