La Navidad ya está aquí, es un hecho incuestionable. Y llegan los horarios especiales, las actividades para niños, los espectáculos de teatro y los conciertos. Al igual que se iluminan las calles de manera distinta, las bibliotecas lucen diferentes. Flores de Pascua, espumillones, árboles de Navidad o felicitaciones hechas por los usuarios más pequeños. ¿Cualquier elemento sirve? Si pretendemos que la Biblioteca participe de la algazara general, sí, pero si queremos conseguir algo más, más allá de cuestiones estéticas o tradicionales, quizás no. Y, ¿qué es ese algo más?
El espacio físico de la Biblioteca es la materia prima sobre la que practicar marketing bibliotecario; aunque en ocasiones sea también uno de nuestros mayores hándicap a la hora de sorprender, de emocionar a nuestros usuarios. Disponer de muebles versátiles y livianos; de espacios límpidos que permitan cambios sin esfuerzo, no es común. A menudo tenemos que arrastrar pesadas mesas para, por ejemplo, despejar un área suficiente para una pista de circo (aunque sea muypequeña); pero, voilá, colgamos unas guirnaldas de colores en el techo, extendemos una moqueta roja en el suelo, y… ¡tachán!
La decoración es clave en la transformación del espacio; es un elemento singular que puede sorprender. La decoración puede ofrecer esa chispa de emoción a los que nos visitan.
Y ¿cómo decoramos la Biblioteca? Desde hace unos años, la bibliotecaria que decora las Salas de la Biblioteca en el Centro de Desarrollo Sociocultural de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez es María Ángeles Redondo, una profesional que combina el gusto por el arte manual con la aplicación de las tecnologías más innovadoras, como la Realidad Aumentada, en su trabajo. Y así, en 2010, Caperucita Roja nos trajo al lobo y al color del cuento; en 2011 la Cenicienta se olvidó un montón de pares de zapatos (yo tengo un par que distraje muy sibilinamente). En los dos últimos años, los materiales que ha utilizado me gustan. Mucho. En 2013, guías de lectura, marca páginas, folletos, bolsas de papel, etc., se reinventaron en ángeles volatineros, móviles de mil y una formas que mostraban palabras, colores y volúmenes cambiantes en cada balanceo. ¿Cuántos de nosotros tenemos que reciclar papeles y más papeles cada cierto tiempo? ¿Y convertirlos en elementos decorativos para nuestras Bibliotecas? Este año, la lana y el algodón son las texturas que María Ángeles ha trabajado, y así, la Biblioteca se ve cálida y acogedora. Pero esto que cuento se puede apreciar en las fotos.
Lo que yo quiero contar es eso, pero es más. El trabajo previo a la decoración comienza con la selección de obras que se leerán, que se narrarán. Luego, se medita el tipo de dinamización, y las actividades concretas de animación a la lectura que se realizarán. Después, ya con la creatividad a tope, se piensa en cómo decorar la Biblioteca infantil, en cómo los propios niños pueden colaborar y cómo trasladar, adaptada, parte de la decoración a la Biblioteca de adultos.
Me intriga este gusto por lo artesano, por lo hecho por uno mismo que parece que ha venido para quedarse. Me intriga y me parece interesante que la Biblioteca sea uno de esos lugares en los que fomentar la creatividad y habilidad manuales, inspiradas en la lectura y en el juego. Le pregunto a mi compañera, ¿por qué realizar objetos uno mismo en pleno s. XXI?, y me regala estos conceptos esenciales: para transmitir el valor de la dedicación y el esfuerzo, para crear algo único personalizándolo, y porque cuando ofreces a otro algo hecho por ti, le das parte de tu tiempo, de tu creatividad y sentimientos.
María Ángeles y yo estamos conversando en la Biblioteca infantil, bajo una hilera de abetos rosas, azules, blancos. Del color de los sueños. Así que sigo preguntándole, ¿cómo compaginas tu gusto por el Do It Yourself con la aplicación de tecnologías tan innovadoras como la impresión 3D, la PDI o la Realidad Aumentada? Me sonríe, porque sabe que sé, pero tiene que contármelo para que pueda escribirlo: depende del cuento, de lo que te inspire… pero a menudo se mezclan. Por ejemplo, los dibujos que realizan los niños con pinturas de cera pueden adquirir movimiento o efectos diferentes en un vídeo, o a través de la Realidad Aumentada. Y se puede ver cómo surgen, de manera muy real, gracias a la impresora 3D. Lo importante es fomentar los procesos creativos en los niños, sobre la base de la lectura. Sea cual sea la técnica que utilicen, que sean capaces de elaborar sus propias historias, de inventar, de imaginar…
Las palabras se nos enredan en las cortinas de nieve, y yo reflexiono en cómo compaginará estas dos pasiones en su vida personal, y claro, en este dialogo casual y cercano, se lo digo y me responde: paso muchas horas delante del ordenador, me gusta navegar por la red y disfrutar de las creaciones que otros realizan, bien con un programa informático o con sus manos. Y aquí, aparece el espíritu colaborativo, abierto, el creative commons: lo importante es compartir lo que haces con otros. Este modo de ver y hacer las cosas, entronca directamente con la filosofía del movimiento Maker, no esperes a que otro haga lo que puedes hacer tú, busca soluciones, crea y comparte.
La mascota de la Biblioteca, la escultura del artista peñarandino Pro, se ha enfundado el gorro de Navidad y ve la vida pasar. María Ángeles, vuelvo a indagar mientras pienso en la indumentaria del muñeco de madera que quiere ser niño y que en estos días, quizás lo sea, ¿qué reacciones tienen los usuarios, los visitantes, ante tus decoraciones? Los niños se ilusionan y dan su opinión acerca de los colores, o los detalles… Con las familias se crea una relación especial: al igual que les recomendamos lecturas o les facilitamos una obra en concreto, les paso patrones, direcciones de internet, recursos y, en vacaciones, se ponen manos a la obra con sus hijos o sus nietos. Y, claro, se producen todo tipo de comentarios, desde ¿todo esto lo habéis hecho vosotros?, ¿cuánto habéis tardado?, o ¡te podrías haber hecho una manta! Se genera una relación de cercanía entre la biblioteca y los usuarios.
Y para ti, María Ángeles, ¿qué supone para ti decorar la Biblioteca? ¿Qué sensaciones te provoca? Se trata de un reto personal y profesional; ver el trabajo terminado y en un lugar tan importante para mí como la Biblioteca, me hace sentir genial.
Me temo que mi compañera emplea mucho tiempo los fines de semana en crear estas figuras geométricas con diminutos astros en su interior, y se lo hago notar. Disfruto enormemente, me divierto y si, después, es útil para la Biblioteca, ¿por qué no voy a hacerlo? Ya, pero hay que tener tu habilidad y cierta sensibilidad, además, le hago la observación, no puedo por menos. Todos tenemos habilidades que hay que saber descubrir. Y no importa si no está perfecto, lo importante es que lo hemos hecho nosotros y esa es una gran satisfacción.
Esta Navidad, la animación a la lectura se titula Coctel de Cuentos, y entre copos de nieve hechos con lana blanca, estrellas plata y rosa y abetos de colorines, los niños experimentarán con la impresora 3D la creación de sus propias historias.
Háganse cargo. Tenía que contarles nuestra historia de Navidad.
Las fotos, cortesía de Joaquín Hernández, compañero de trabajo en el Centro de Desarrollo Sociocultural.
