Mañana es Nochebuena y pasado Navidad. He querido aprovechar esta ocasión para rebuscar un poco en la memoria y en la red con el fin de ofrecer una selección de libros navideños que no vendrían mal para ponernos en consonancia con las fechas. A priori no es fácil. “Canción de Navidad” de Dickens suele anular todo recuerdo de otro relato que trate del tema. Sin embargo veremos que, investigando un poco, localizamos algunas obras cuando menos interesantes.
Asentando el mito
Hay dos libros que no conocía y que me han llamado especialmente la atención. Por una parte por sus autores, bastante conocidos, y por otro por tratar el personaje de Papá Noel desde una perspectiva personal, tratándolo de tú a tú, contando sus vivencias.
Vida y obra de Santa Claus de L. Frank Baum (el archiconocido autor de El mago de Oz y toda la serie de secuelas en las que derivaría) fue escrito en 1902 a modo de biografía. A lo largo de sus páginas relata cómo Papá Noel llegó a ser lo que es hoy en día, cómo consiguió la inmortalidad. Recrea su universo de acuerdo a unas líneas que todavía hoy son consideradas canónicas.
En la misma línea fantástica se encuadran Las cartas de Papá Noel de Tolkien. Se trata de una recopilación de las cartas que el propio Tolkien escribía a sus hijos todas la navidades simulando ser Papá Noel. En ellas relataba sus aventuras y hablaba de sus amigos y compañeros en el reparto de regalos. Tolkien se tomaba muy en serio dotar de veracidad a las misivas. Las ilustraba, simulaba una letra especial, intercalaba párrafos con letras diferentes e incluso diseñó un matasellos especial del Polo Norte.
Libros infantiles
La Navidad suele asociarse a la inocencia, los buenos sentimientos, la infancia. No es de extrañar por tanto que la mayoría de la producción navideña esté dirigida al público infantil. Existen multitud de libros que perpetúan los estereotipos y cuentan las mismas historias. Pero a veces, si buscas bien, localizas algunas joyas como Cando Martiño tivo ganas de mexar na noite de Reis (traducido Cuando Martín tuvo ganas de mear en la noche de reyes). Creo que no hace falta que comente las complicaciones con las que se tuvo que encontrar Martiño en esos duros momentos. La obra de teatro Aos Reis Magos non lles gustan os caramelos de menta (A los Reyes Magos no les gustan los caramelos de menta) no se queda atrás a la hora de traspasar la línea invisible que separa a los niños de sus majestades de oriente.
Cambiando de tercio, El lobo que quería comerse a Papá Noel juega con la mezcla de la mitología de los cuentos de hadas y la navideña. El lobo, probablemente en un fulminante ataque de miopía, confunde a Papá Noel con Caperucita Roja, y ahí empiezan los problemas. Igual de despistado se encuentra el protagonista de Elvis y el hombre del abrigo rojo. Elvis estaba tan tranquilo descansando en un día festivo cuando un señor gordinflón le pide ayuda para arreglar su trineo. Este cuento nos enseña que hay gente que no sabe lo que significan las vacaciones y otras que no conocen a Papá Noel. Igual de curioso me ha resultado Cuando Papá Noel cayó del cielo de Cornelia Funke. En él se desarrolla una trama que denuncia el mercantilismo de la navidad. La corrupción es máxima en la corporación que controla a los papás noeles de todo el mundo. Tratarán de deshacerse del único y verdadero, pero la protagonista ayudará a este para para que no consigan su propósito.
Cuentos
Como ya he señalado, la obra navideña por antonomasia es “Canción de Navidad”, que narra la transformación de un viejo cascarrabias en un hombre bondadoso que logra mantener su espíritu navideño durante todo el año. No sería éste el único relato de Dickens que se refiriera a estas fiestas. “La Navidad cuando dejamos de ser niños” agrupa cinco historias contadas desde una perspectiva más adulta, más nostálgica.
Cascanueces y el rey de los ratones de Hoffman es otro cuento universal, muy famoso por el ballet del mismo nombre de Tchaikovsky. En él María se aliará con los juguetes que cobran vida para derrotar a un ejército de ratas, que son muy malas. En una línea similar se encuentran algunos de los relatos de Andersen como La pequeña cerillera o El árbol de Navidad, historias sencillas llenas de sentimentalismo.
Un poco alejado de todos estos buenos sentimientos podríamos clasificar Un regalo de Navidad, de Robert Louis Stevenson. Aunque la Navidad sirva para encuadrar la acción de las dos historias cortas que componen este volumen, Markheim y Olalla, no nos engañemos. Stevenson era un genio del misterio, de la intriga del terror y aquí lo seguirá demostrando.
De la misma manera, el maestro del costumbrismo y de los sentimientos humanos más profundos, Fiódor Dostoyevski, emplea la Navidad únicamente como el detonante de la acción en El árbol de Navidad y una boda. Como muchas de las suyas con un final melancólico y realista.
Siguiendo con los autores rusos, Nicolai Gogol también utilizó la navidad y las leyendas del pueblo ucraniano para encuadrar su relato Nochebuena. En este caso volvemos a encontrarnos con elementos fantásticos mezclados con un argumento costumbrista que retrata al pueblo ucraniano y la sociedad de la época.
Cuentos de autores Españoles
La tradición cuentística española es más basta de lo que nos imaginamos. Una vez rebuscas, no haces mas que encontrar maravillas que no sabías que existieran. Entre los muchos cuentos navideños de autores de nuestra patria (existen interesantes recopilaciones de los mismos), podríamos destacar a mi paisana Emilia Pardo Bazán con sus Cuentos de Navidad y Reyes, los Cuentos de Navidad de Azorín y Don Patricio o El premio gordo en Melilla de Jacinto Benavente. Este último me resulta tremendamente actual ya que relata la historia de un hombre que gana la lotería, pero pronto se dará cuenta de que eso no le trae la felicidad, sino que le trae más problemas y desgracias.
Libros contemporáneos para adultos
Los relatos navideños no sólo se han dirigido a niños. Truman Capote compuso sus Tres cuentos, en el que se relatan los recuerdos de celebraciones navideñas de manera adulta. Arthur C. Clark, autor reverenciado de la ciencia ficción, hace una aproximación en esta línea a la historia de la estrella de Belén en el relato La estrella. Por su parte, uno de mis autores favoritos, Jostein Gaarder, no ha querido faltar en esta recopilación. Su obra El Misterio de Navidad sigue en la línea misteriosa y filosófica que caracteriza gran parte de su producción.
Si hay un género que se define por sí mismo, ése es la novela policiaca. Y si hay alguien que esté más ligado a él, eśa es la su gran dama, Agatha Christie. Era imposible que entre su basta producción no hubiera ubicado ningún asesinato en estas fechas. Y no lo hizo una, sino dos veces, a través de Navidades trágicas y El pudding de Navidad. Mary Higgins Clark, otra conocida maestra de la novela de asesinatos, no se quedó atrás y publicó Noche de Paz y El ladrón de la navidad. Parece que Simenon tampoco pudo resistirse y escribió La agitada Navidad de Maigret. ¿Quién dijo que la Navidad es tiempo de tranquilidad?
Tiras cómicas
No me gustaría terminar esta recopilación sin hacer una pequeña mención a los cómics. Dentro de toda la tipología existente desearía destacar las tiras cómicas, pequeñas secuencias de viñetas que se suelen publicar diariamente en los periódicos, el germen del cómic como hoy lo conocemos.
Dado que su publicación es diaria, año tras año han de abordar la temática navideña. Me divierte recordar la manera materialista con la que Garfield recibe estas fechas (su lema es “dame, dame, dame”), o la relacionada con la nieve y los paseos en trineo de Calvin y Hobbes. Tampoco nos podemos olvidar de Mafalda, que durante años estuvo deseando unas felices fiestas junto a sus amigos, al igual que Carlitos, Snoopy y toda la pandilla de “Peanuts”. Podría resultar algo repetitivo dedicar todos los años una tira al mismo tema. La clave está en la habilidad de los autores para versionarse a sí mismos una y otra vez sin perder la frescura inicial.