¡Liberta! El poder transformador de la lectura

¡Liberta!, el documental de Débora Gobitta, ofrece una mirada profunda y coral sobre el programa del sistema penitenciario brasileño de remisión por lectura, mostrando cómo abogados, jueces, mediadores, bibliotecarias, artistas y exinternos reflexionan sobre la capacidad transformadora de los libros en contextos marcados por la desigualdad. ¿Qué papel tiene la biblioteca en un entorno donde leer puede significar, literalmente, “ganar tiempo” y acercarte a un futuro más prometedor?

En Brasil, la remisión de condena puede conseguirse por trabajo, por educación y, desde 2013, por lectura: por cada libro leído en un periodo establecido de tiempo se otorgan cuatro días de remisión si presentan una reseña personal, que es evaluada por una comisión y validada por un juez. Aunque es un dispositivo jurídico, su funcionamiento real depende por completo de la biblioteca de la penitenciaría, que actúa como núcleo operativo y pedagógico del programa: selecciona y organiza los fondos, orienta a los lectores, acompaña la elaboración de las reseñas y media entre institución y personas internas.

El documental subraya que este proceso se despliega en un sistema penitenciario poco orientado a la reinserción: el 75% de las personas internas no ha completado la educación básica, el 90% no tenía hábito lector antes del ingreso y la mayoría procede de contextos de pobreza estructural marcados por la racialización. Ante la ausencia de políticas educativas y culturales sólidas, la biblioteca emerge como uno de los escasos espacios no punitivos dentro del sistema y la literatura es considerada como un derecho humano básico.

Junto a los testimonios de abogados, jueces, mediadores y académicos, destacan especialmente las voces de quienes descubrieron la lectura en prisión: al acudir a la biblioteca y adquirir el hábito lector, muchos afirman recuperar la capacidad de fabular, soñar y proyectar un plan de futuro. La lectura se presenta no solo como mecanismo de remisión, sino como una experiencia íntima de libertad.

El documental incluye, además, un escenario cargado de significado: la Biblioteca de São Paulo, construida en el antiguo presidio de Carandiru. Allí donde antes se hacinaban personas privadas de libertad y tuvo lugar una de las tragedias carcelarias más graves del país, hoy se levanta una biblioteca pública abierta, luminosa y diversa. Esa transformación espacial funciona en el documental como una metáfora poderosa: la lectura y el acceso a la cultura pueden reinventar no solo trayectorias personales, sino también los lugares marcados por la violencia.

Tuve la fortuna de conocer a Débora Gobitta en su reciente paso por España y asistir a una de las proyecciones que se pudieron llevar a cabo. Me pareció un trabajo riguroso, con una mirada sensible y una clara conciencia del papel cultural de la lectura. Estas son sus respuestas a algunas de las preguntas que surgieron:

¿Por qué decidiste hacer este documental?, ¿cuál fue tu motivación?

¡Liberta! nació de la necesidad urgente de confrontar una de las realidades más dolorosas e invisibles de Brasil: el sistema penitenciario. En mi trayectoria como cineasta, siempre me he movido por historias que desafían el silencio y revelan las profundas contradicciones de nuestra sociedad. Con esta película quise crear un espacio para voces que suelen ser ignoradas.

La sociedad brasileña, marcada por una naturaleza excluyente, se alimenta de discursos violentos, amplificados por los medios de comunicación masivos, que sostienen la idea nefasta de que “delincuente bueno es delincuente muerto”. La película invita al espectador a deconstruir ese pensamiento por medio de relatos y testimonios que, además de contextualizar el sistema penitenciario brasileño, apuntan hacia caminos de transformación.

La narrativa ofrece una nueva perspectiva sobre la realidad carcelaria al destacar la importancia de la literatura dentro de las prisiones, a través de los clubes de lectura y de la remisión de pena por medio de la lectura.

¿Con qué recursos contaste para realizarlo?

En Brasil existen leyes de incentivo, y en el caso de esta película contamos con una ley municipal de exención fiscal sobre el impuesto a servicios. Sin embargo, el límite de captación era mucho menor de lo que necesitábamos para la realización de la obra. Tuvimos que movilizar alianzas y conseguir recursos de diversas maneras para lograr cerrar el presupuesto de la producción.

¿Cuáles son los canales de difusión?

La película hizo su estreno para el público en la 48ª Mostra Internacional de Cinema de São Paulo, el 24 de octubre de 2024, durante el “IV Encontro de Ideias”. Desde entonces, ha ido ganando proyección y fue seleccionada para diversos festivales, entre ellos: Santos Film Fest; Festival Internacional de Cine de los Derechos Humanos – Bolivia; Under Our Skin International Film Festival on Human Rights – Kenia. Además, recibió el premio a Mejor Documental en el London Women Film Festival.

La obra estará disponible en la plataforma estadounidense Pragda (pragda.com), y pretendemos ampliar esa distribución a otras plataformas interesadas.

Paralelamente, seguiremos invirtiendo en una distribución de impacto: llevar la película personalmente a diferentes espacios y eventos relacionados con el tema, desde universidades e instituciones culturales hasta prisiones masculinas y femeninas. Cada sesión incluye la proyección seguida de un debate con la presencia de la directora y de invitados especiales.

¿Qué comentarios estás recibiendo de las personas privadas de libertad que han podido verlo en España?

Realizamos dos sesiones en España: En el Centro Penitenciario Madrid V, en Soto del Real, para 200 hombres y en el Centro Penitenciario de Torredondo, en Segovia, para 150 hombres. La primera fue organizada por el bibliotecario Juan Sobrino y la segunda por Encarna Aparicio, educadora social, ambos dedicados a un trabajo esencial: llevar la literatura al interior de las prisiones.

Estos encuentros presenciales refuerzan aún más el valor de ese gesto. Crean un espacio raro de escucha, donde cada palabra encuentra eco y el diálogo florece incluso entre muros altos. Personas que se reconocen en las historias, que se permiten sentir y reflexionar sobre la libertad, la que existe fuera y la que se construye dentro.

La película despierta el deseo de leer, de transformarse, de reencontrarse consigo mismos y con la sociedad a la que un día regresarán.

Me siento profundamente conmovida con este retorno y me encantaría poder exhibir la película en otras instituciones y prisiones aquí en España.

Leer no solo reduce condenas: devuelve a las personas privadas de libertad la capacidad de fabular, soñar y proyectar un futuro.

«¡Liberta!» nos recuerda que las bibliotecas —también en contextos de encierro— son espacios de derecho, de oportunidad y de construcción social. Allí donde el sistema punitivo limita, la lectura abre puertas; y donde las políticas públicas no alcanzan, la mediación bibliotecaria ofrece acompañamiento y sentido. Para quienes trabajamos en este ámbito, la obra es una invitación a repensar nuestro papel en la inclusión social y a reivindicar la lectura como herramienta de justicia y transformación.

Si queréis obtener más información sobre el documental, podéis solicitarla a Débora Gobitta degobitta@16x19lab.com.br

 

Luisa Santamaría Ramírez

Colaboradora de BiblogTecarios. Ayudante de Bibliotecas en Junta de Castilla y León, especializada en Literatura Infantil y Juvenil. Profesora en el Máster de la Universidad Complutense "La Biblioteca como Agente de Transformación Socioeducativa". Promotora de la lectura a tiempo completo.

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