Fuera de la línea en la creación y la edición de LIJ

El pasado 22 de febrero se celebró en Salamanca la tercera edición de la Jornada Profesional que anualmente convoca la Asociación Cultural LASAL (Salamanca Animación a la Lectura) y de cuyas anteriores ediciones dimos puntual cuenta en este blog: Los Libros de la Jungla y Eso no se dice o la censura y los silencios en la Literatura infantil y juvenil.

Como el dicho expresa, no hay dos sin tres, y así por vez tercera se volvió a congregar a un nutrido grupo de profesionales en torno a la creación, la edición y la promoción de la literatura infantil y juvenil en España. En esta ocasión el lema escogido fue “Fuera de la línea”, la creación y la edición fuera del margen. Esta edición se propuso, una vez más, crear un espacio de encuentro, conversación y práctica para quienes trabajan en los márgenes del libro infantil y juvenil (LIJ): editoriales valientes, creadores y creadoras que no responden a las modas, libreros/as con criterio propio, críticos/as independientes y mediadores/as que se arriesgan a recomendar lo que no siempre tiene cabida en las listas de más vendidos.

Una jornada para quienes siguen otro ritmo

Con más de 60 asistentes, la jornada mantuvo su línea de trabajo habitual: plantear preguntas, incomodar certezas y abrir vías alternativas. Porque, como dijo Raquel López en la presentación del evento, “nos fijamos en lo que casi no está… precisamente porque sí está”.

La jornada supuso un nuevo paso en la consolidación de un espacio de encuentro, reflexión y cuestionamiento crítico en torno a la creación, edición y mediación de obras que habitan los márgenes del mercado editorial.

Todo ello se hizo posible gracias al apoyo que desde la primera edición de estas jornadas brinda la Subdirección General de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas del Ministerio de Cultura, a través de las ayudas a la industria editorial. También a la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes, que cede los locales de la Torre de los Anaya, y a la Red de Bibliotecas Municipales de la ciudad por la cesión de mobiliario. También en esta ocasión se contó con la colaboración del Departamento de Biblioteconomía y Documentación de la Facultad de Traducción y Documentación de la Universidad de Salamanca y por primer año se ofrecieron seis becas de asistencia al evento para el alumnado del Grado de Información y Documentación, un signo claro de que estas jornadas quieren tender puentes entre generaciones y abrirse a nuevas miradas. Además de agradecer desde aquí estas ayudas, con estas menciones queremos destacar la importancia de aunar esfuerzos desde instituciones y organizaciones de distintos ámbitos en pro del libro y la lectura, pues es esta la mejor manera de dar continuidad a este tipo iniciativas, independientemente de donde surjan.

Ese estar fuera de la línea sirvió como hilo conductor para el desarrollo de una serie de mesas de conversación y talleres que invitaron a pensar, compartir experiencias y visibilizar prácticas alejadas de la lógica hegemónica del mercado editorial. Durante un día completo, editores, autores, ilustradores, críticos, libreros, bibliotecarios, docentes y otros mediadores culturales se dieron cita en la Torre de los Anaya, un espacio cultural salmantino que se convirtió en el escenario de una conversación viva y plural sobre lo que habitualmente permanece fuera del foco.

¿Qué significa estar “fuera de la línea”?

No se trata de un eslogan provocador. Es una posición, a veces incómoda, otras veces esperanzadora. Una manera de resistir la homogeneización, de crear desde los bordes y de proponer nuevas formas de leer, editar y mediar. 

Piú Martínez en este vídeo esboza las características que ella le otorga a esos libros que se colocan fuera de línea:

Desde la presentación inaugural a cargo de Raquel López, miembro de LASAL, quedó claro que esta no era una jornada más. Su intervención fue una invitación directa a mirar hacia aquello que muchas veces no se ve: libros que no aparecen en las listas de más vendidos, que no reciben premios ni recomendaciones destacadas; autores que trabajan a un ritmo más lento, con exigencia artística y sin plegarse a las modas; editoriales que apuestan por lo difícil, lo heterodoxo, lo invendible, lo ilegible, lo insostenible. La propia semántica desplegada en su presentación —»En los márgenes», «Para unos pocos», «No es infantil»— ponía sobre la mesa una reflexión de fondo: ¿por qué prestar atención a lo que parece invisible? Precisamente porque está ahí. Porque existe y propone una alternativa.

Conversatorios y talleres 

El formato de la jornada estuvo diseñado para propiciar el diálogo y el intercambio de ideas. Dos mesas de conversación en horario de mañana y tres talleres en la sesión vespertina articularon una programación dinámica, que permitió alternar la reflexión teórica con la práctica profesional y el debate abierto. La participación activa de los asistentes, más de 60 profesionales de distintos ámbitos del mundo del libro, dio cuenta del interés y la necesidad de espacios como este.

La primera mesa, titulada Los que van a su ritmo, reunió a tres significativas voces del panorama actual de la LIJ que trabajan desde una resistencia consciente a las dinámicas de velocidad y homogeneización del mercado. La escritora chilena Sara Bertrand, el ilustrador Javier Sáez Castán y la editora Arianna Squilloni, fundadora de la editorial A Buen Paso. Las tres personas invitadas conversaron bajo la moderación de Fabio Rodríguez de la Flor, editor de Delirio. Lo que los unía era una concepción del proceso creativo como algo no sujeto a la urgencia, sino al tiempo que requiere cada proyecto. En sus intervenciones, quedó patente la necesidad de defender el valor de lo artístico, de lo simbólico, de lo que no se mide en ventas sino en profundidad. «Hay libros que se demoran porque necesitan demorarse», decía Squilloni, mientras Sáez Castán reflexionaba sobre la relación entre el tiempo de creación y la densidad de significado de sus ilustraciones. Por su parte, Bertrand compartió su experiencia como autora que escribe para niños sin subestimar su inteligencia ni su capacidad de enfrentarse a lo complejo.

La segunda mesa, Los que dan voz, giró en torno a los mediadores culturales que, desde distintos frentes, se encargan de visibilizar las obras que habitan en los márgenes. Moderada por Antonio Marcos, de la Librería Letras Corsarias, contó con la participación de Sonia Martínez (Piu), editora freelance y formadora; José Luis Polanco, crítico literario vinculado a la revista Peonza; y Diana Sanchís, librera especializada. Este panel puso sobre el tapete preguntas necesarias: ¿quién decide qué se recomienda? ¿Hasta qué punto se puede educar al público lector? ¿Qué papel juegan los mediadores en la construcción de un canon alternativo? Los ponentes compartieron ejemplos, inquietudes y también contradicciones. Porque trabajar fuera de la línea no significa estar fuera de toda presión. Los algoritmos, las tendencias, los sellos editoriales dominantes siguen marcando el ritmo. Pero también hay margen para la resistencia. «Nuestra tarea no es solo recomendar, sino invitar a mirar más allá», dijo Sanchís.

La tarde estuvo dedicada a los talleres. Tres propuestas complementarias permitieron a los asistentes profundizar desde lo vivencial y lo práctico en los temas abordados durante la mañana:

  • Sonia Martínez (Piu) coordinó «Ingobernables, inasumibles y silentes», un taller centrado en explorar lo que escapa a las lógicas de lo visible y lo aceptado.
  • Javier Sáez Castán dirigió «Del ilustrador de cuentos y aquello del mundanal ruido», en el que se abordó el trabajo del ilustrador como creador autónomo y como parte de un engranaje cultural muchas veces ruidoso.
  • Por último, Diana Sanchís ofreció «En el fondo del armario», un espacio de reflexión sobre los libros que permanecen escondidos y el papel de las librerías como lugares de descubrimiento.

Los talleres no fueron solo actividades complementarias, se viven como espacios de conexión, de intercambio horizontal, donde las jerarquías se diluyen y la conversación se extiende más allá del tiempo programado.

El perfil de los profesionales asistentes

En cuanto a los asistentes, el evento logró mantener el nivel de participación alcanzado en ediciones anteriores, apreciándose diversidad tanto en su procedencia geográfica como profesional. Los sectores con mayor representación fueron el educativo y el bibliotecario, seguidos de profesionales de librerías y editoriales, y un amplio abanico de perfiles vinculados con la creación, producción y difusión del libro infantil.

Muchos asistentes destacaron la calidad de estos encuentros, tanto por el contenido como por la cercanía que se crea en torno al conjunto de participantes en la jornada; se busca que la comunicación formal e informal fluya, sin ruptura de continuidad, entre las ponencias, el tiempo de café, la comida y el tiempo de taller. También contribuye a ello la visita guiada a la ciudad de Salamanca que cierra el día; diseñada por Fernando Saldaña, está pensada como una prolongación simbólica de la jornada, en la que en este caso se invitó a mirar la ciudad desde la perspectiva de lo marginal, lo oculto, lo que normalmente pasa desapercibido.

No hay recetas ni soluciones definitivas

La jornada no ofreció respuestas cerradas, sino un espacio para pensar, para debatir y, sobre todo, para escuchar y abrir posibilidades. En este sentido, conclusiones como tales no se formularon al cierre de la misma. Aunque una frase escuchada en el encuentro podría ciertamente servirnos como síntesis de las exposiciones, reflexiones y debates de la Torre de los Anaya: «Podemos salirnos de la línea, pero no del papel», ahí queda abierta posibles interpretaciones.

Porque la creación y la edición fuera del margen no son un capricho, ni una rareza. Son una necesidad. Una apuesta política y estética por formas de narrar, ilustrar, editar y leer que se resisten a la estandarización y que, por ello, necesitan ser protegidas, difundidas y valoradas.

En esa idea, en esa tensión entre la voluntad de ruptura y el arraigo se encuentra quizás el sentido profundo de ese discurrir fuera de línea. De ese crear, editar, difundir y promover lecturas al margen del, permítanme el palabro, Mainstream, la caudalosa corriente a merced de la que todo el mundo nada, que te hace sentir “dentro” y relega u olvida lo que está “fuera”.

Las conversaciones abiertas, los talleres vivenciales, la presencia de quienes trabajan en las sombras del mercado, todo ello contribuyó a esbozar en esta jornada un mapa, llamémoslo alternativo de la LIJ. Un mapa, por definición, abierto, incompleto, en constante construcción, pero necesario para quienes creen que la literatura para niños y jóvenes no puede reducirse a lo fácil, lo inmediato, lo vendible.

Tras las huellas de lo acontecido

Y como las migas de Pulgarcito, la jornada nos deja rastros, testimonios en forma de piezas digitales de lo que fue, ecos de las palabras que allí resonaron y nutrieron las conversaciones mantenidas en torno al libro infantil y juvenil y la lectura. Para en cierto modo revivir esos ecos, la jornada pervive en una serie de registros audiovisuales que se grabaron in situ.

Como botón de muestra nos despedimos con las impresiones que tras la jornada expone nuestra compañera Isabel Sánchez Fernández, responsable bibliotecaria de la Red de Bibliotecas Municipales de Salamanca:

En total son trece las cápsulas de vídeo editadas, que contienen entrevistas breves a ponentes y asistentes, todas ellas disponibles en el canal de YouTube de LASAL.

Estos materiales permiten que la reflexión generada durante el evento se proyecte más allá del día de la jornada, y constituyen una herramienta útil para seguir difundiendo los temas tratados.

La Asociación LASAL, con esta tercera edición, ha reafirmado su compromiso con la reflexión crítica y con la creación de espacios donde sea posible hablar de lo que normalmente no se habla. El desafío ahora es sostener ese espacio, hacerlo crecer, y seguir fuera de la línea, allí donde —paradójicamente— a veces se encuentran las historias más verdaderas.

Bonus track:

«Una mirada a los libros que marcan la diferencia» por José Luis Polanco Equipo Peonza 

Intervención de Sara Bertrand

Galería fotográfica y para más información, asómate a esta ventana

Luis Miguel Cencerrado

Coordinador de reseñas en BiblogTecarios Bibliotecario, formador, asesor y apptekario navegando en los mares de la lectura analógica y digital, su promoción, las bibliotecas públicas, infantiles y escolares.

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