Curación de contenidos: FAQs

CuraciónDecía el filósofo Ludwig Wittgenstein que no podemos encontrar una definición plena para un concepto, porque siempre podemos encontrar un ejemplo que se salga de la definición. Y esto es especialmente cierto cuando hablamos de conceptos que son complejos porque pueden ser observados desde diferentes puntos de vista, y con diferentes intereses. Uno de esos conceptos está dando mucho de qué hablar últimamente: la curación de contenidos.

En este post, voy a intentar aclarar algunas de las que considero como preguntas más frecuentes (FAQs) sobre la curación de contenidos. Y para ello tendré que hacer algunas generalizaciones inevitables, por lo que la discusión será bienvenida (siempre dentro de los límites de lo razonable, claro).

Podéis ampliar información sobre los diversos aspectos que están relacionados con la curación de contenidos en la serie que estoy escribiendo para la plataforma Dokumentalistas.

 Sobre el concepto de “curación de contenidos”

¿Es la expresión “curación de contenidos” la más adecuada para traducir “content curation”?

Seguramente, no: sería más correcto decir “curaduría de contenidos”. No obstante, “curación de contenidos” es la expresión más utilizada, así que para evitar confusiones adicionales, quizá sería práctico ceñirnos a ella.

¿Y qué hay de la expresión “curador de contenidos”?

Aquí la cosa es diferente. “Curador” es un vocablo aceptado por el Diccionario de la Real Academia de la Lengua. Además, “curador” es un término relativamente frecuente en la museología (ámbito con el que se suele comparar la labor de la curación de contenidos web) para designar a los responsables de la elección de las piezas que forman una colección. Así que “curador de contenidos” no es una expresión incorrecta.

¿De dónde sale esto de la curación de contenidos?

La idea de la curación de contenidos se empieza a popularizar en parte gracias a un post del marketer Rogit Bhargava del año 2009. Según el escrito de Bhargava, la curación de contenidos sería el acto de buscar, agrupar, organizar y compartir el mejor contenido, y el más relevante, de un determinado tema.

¿Y con qué finalidad puede llevar a cabo una organización la curación de contenidos?, ¿para aliviar la infoxicación de los usuarios?

No necesariamente. Aunque puede ser el objetivo principal, lo cierto es que la curación de contenidos se suele considerar como un medio para conseguir la vinculación (engagement) de los usuarios con la organización. El alivio de la infoxicación puede derivarse de una manera natural de ese proceso de búsqueda de vinculación.

¿Y por qué son importantes los contenidos para la vinculación?

Los contenidos son un factor de especial interés, ya tienen la virtud de funcionar como combustible para las conversaciones entre los usuarios y entre los usuarios y las organizaciones.

Pero, ¿no se decía que las empresas tenían que ser “medios de publicación” si querían participar en el marketing 2.0?

En cierto sentido, sí han de serlo. Hay contenidos que sólo ellas pueden producir (directamente, o externalizando), porque están relacionados directamente con el servicio o producto que la organización ofrezca a los usuarios. No obstante, la publicación de contenidos es un proceso costoso, que requiere constancia y planificación.

Entonces, ¿la curación de contenidos es una forma barata de obtener contenido?

Eso puede depender del tipo de curación de contenidos que se lleve a cabo.

Ah, ¿que hay diferentes tipos de curación?

Pues sí. En el año 2011, Bhargava publicó otro post en su blog en el que hablaba de cinco modelos de curación de contenidos: agregación, destilación, elevación, mashup y cronología.

¿Y en qué se diferencian?

La diferencia que hay de fondo entre esos diversos modelos es el proceso de dar sentido a los contenidos, o sense making.

¿…?

Las personas estamos continuamente dando sentido a lo que percibimos, aunque no nos demos cuenta de ello. Piensa en lo que hacemos cuando leemos un texto: damos un significado concreto a una palabra que pueda tener varios, en función de las palabras que la rodeen; entendemos una frase en función de las frases que ya hemos leído; comprendemos una obra si comprendemos la temática más ámplia en la que se incluye, lo que nos permite  comprender otras obras semejantes… y así sucesivamente.

En el proceso de dar sentido a la experiencia, el contexto es muy importante. El contexto está formado por aquellos factores que afectan a la comprensión de un mensaje, ya sean factores cognitivos (p.ej, lo que sabemos del tema), emocionales (nuestros niveles de estrés, ansiedad,…) o físicos (el entorno, la actividad que estemos llevando a cabo,…).

Cuando damos sentido a un contenido, ofrecemos el suficiente contexto como para que un usuario pueda apreciar su relevancia. Dicho de otra manera: facilitamos la comprensión y la apreciación de ese contenido. Ese “dar sentido” implica un tratamiento intelectual de la información, que puede ser costoso, tanto en tiempo como en esfuerzo. Y la cantidad de trabajo intelectual (y por lo tanto de sense making) es lo que diferencia a los diferentes modelos de curación de contenidos.

Ya veo: la curación de contenidos permite a las organizaciones presentarse como un fuente de información, ¿no?

Sí, pero no sólo eso: de nuevo, depende del proceso de sense making. Podemos ofrecer contenidos con un tratamiento intelectual mínimo, y cumplir así una función informativa, pero también podemos, por ejemplo, enmarcar esos contenidos en una tendencia más amplia, conectándolos con otros contenidos y facilitando la creación de nuevo conocimiento. En función de la estrategia, las organizaciones pueden posicionarse de diferente manera en la mente de los usuarios:

Pirámide

Resumiendo: la curación de contenidos es una estrategia a través de la cuál las organizaciones pretenden vendernos sus productos y servicios, ¿no?

Bueno, ésa es la manera más frecuente de entender la curación de contenidos, como una estrategia de marketing, de la que los individuos también pueden beneficiarse mediante una estrategia de posicionamiento de marca personal. Pero fuera del mundo del marketing, el periodismo empieza a considerar la curación de contenidos como una actividad a tener en cuenta.

Por ejemplo: el año pasado, uno de los blogs de The Economist publicó un post donde se nos decía que:

 «aggregation» or «curation» of other people’s coverage is becoming recognised more and more as one of the indispensable elements of journalism.

¿Por qué? En este caso, la finalidad principal de la curación sí que es claramente aliviar la infoxicación del público:

You might say that you don’t need to be a journalist to cobble together a list of links. But actually, given the huge proliferation of sources these days, you do. Being able to scan a vast range of material, determine what’s reliable, relevant and sufficiently objective, decide what will actually interest your particular readers and arrange it in a way that they can use are not trivial skills.

 Sobre el curador de contenidos

“Buscar, agrupar, organizar y compartir online el mejor contenido, y el más relevante, de un determinado tema”: ¿no es eso lo que hacen las bibliotecas y centros de información?

Claro que sí, pero hay una diferencia con la curación de contenidos aplicada a las organizaciones. Mientras que no se considera correcto que un bibliotecario le diga a un usuario qué es lo que debe leer (como ejemplo de lo que digo, puedes consultar el primer comentario que recibí en mi post Conocimiento, ética y bibliotecas), eso es precisamente lo que hacemos cuando curamos contenidos:  damos a entender al usuario que esos contenidos son los que, según nuestro criterio, merecen su atención por encima de aquellos que hemos descartado.

De todas maneras, ¿”curador de contenidos” no es una nueva denominación para decir “documentalista”? ¿No tenemos ya suficientes términos confusos?

Por supuesto que las funciones de un curador de contenidos se solapan en gran parte con las de un documentalista, pero los documentalistas estamos acostumbrados a gestionar información dentro de las organizaciones, y la curación de contenidos tiene más que ver con la comunicación 2.0 que con la gestión de información. Podéis consultar una interesante discusión en Iwetel sobre este tema, resumida por Víctor Vidal en su post Polémica por el término «content curator».

Desde hace un tiempo, utilizo Paper.li y mis redes sociales para difundir contenidos que me parecen interesantes: ¿soy ya un curador de contenidos?

Claro, ¡en cierta manera todos lo somos! No obstante, lo que se ha venido en llamar curación de contenidos implica algo más que utilizar plataformas: implica pensar estratégicamente.

¿Y cómo se piensa estratégicamente?

Antes de publicar, e incluso antes de buscar información, es necesario contestar a dos preguntas: ¿a qué público me dirijo?, ¿qué les interesa?; y ¿de qué tema voy a curar contenidos?

Son preguntas importantes, porque como nos explica la empresa HiveFire, una estrategia de curación de contenidos óptima se encuentra en la intersección entre tres factores:

  • Que haya un público interesado
  • Que el tema no esté “explotado” por otros curadores
  • Que se produzca suficiente contenido sobre el tema

Puedes ampliar información en mi post para Dokumentalistas El ciclo de trabajo del curador de contenidos.

Evelio Martínez Cañadas

Bibliotecario en Biblioteques de Barcelona. Me interesan (sin ningún orden en particular): bibliotecas públicas, content curation, ciencia y racionalidad, psicología de la información, lectura, sociedad de la información,... y unas cuantas cosas más.

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