Todos tenemos algo de lo que avergonzarnos, y los bibliotecarios no somos la excepción. Detrás de esa estereotipada figura que hace cumplir a rajatabla a sus usuarios férreas normas de comportamiento como hablar en voz baja, no beber café entre las estanterías o devolver los libros en fecha, se encuentran personas que viven al margen de su propia ley. Es la hora de conocer la verdad.
El personal de la Parker Memorial Library del municipio de Dracut (Massachusetts) ha decidido acabar con el mito sobre el ejemplar comportamiento y el refinado gusto literario del bibliotecario. A través del blog Librarian Shaming los bibliotecarios confiesan de forma anónima sus momentos más bochornosos y vergonzosos al frente de sus bibliotecas.
Descargo de Internet la mayoría de libros que leo
Perfiero usar Wikipedia antes que las caras bases de datos académicas de la biblioteca
Nunca devuelvo mis libros a tiempo
Me mandó guardar silencio… un usuario
A veces digo que he leído el libro… pero sólo he visto la película
La iniciativa, de la que se han hecho eco numerosos medios, está causando sensación en la red en los últimos días y son múltiples los bibliotecarios y usuarios que han decidido destapar sus más vergonzosos comportamientos en la biblioteca enviando sus mensajes al blog de la Biblioteca de Dracut y a través de Twitter mediante el hashtag #librarianshaming. Saber reírnos de nosotros mismos es un sano ejercicio para la profesión.
Y vosotros, ¿mandáis callar a vuestros usuarios mientras habláis por el móvil?, ¿bebéis café mientras catalogáis patrimonio bibliográfico?, ¿recomendáis a vuestros usuarios Crimen y castigo mientras leéis 50 sombras de Grey? o quizá ¿estáis leyendo esta entrada mientras antendéis a vuestros usuarios?. Espero vuestras anónimas confesiones a través de los comentarios.
Me ha gustado mucho el post Pablo, enhorabuena, yo también estoy cansada de los estereotipos que nos han impuesto y esta biblioteca es el vivo reflejo de que somos PERSONAS, jajaja, y me encanta, enhorabuena 🙂