Ahora está muy de moda las catas a ciegas de vinos, cómida, gin-tónics pero, ¿cómo sería una cata a ciegas de libros? Los usuarios de la biblioteca provincial de Córdoba ya están disfrutando de ellas bajo el nombre de Olvidoteca.
Hace unos meses, los trabajadores de esta biblioteca pusieron en marcha una novedosa iniciativa para incentivar el préstamo de sus libros ya que al no disponer de demasiado espacio para los materiales de libre acceso, no siempre llegan a los usuarios. Así que, siguiendo el ejemplo de algunas bibliotecas que lo utilizaron para San Valentín, adaptaron el concepto «Cita a ciegas» (Make a blind date with a book) con un libro a los intereses de su colección y sus usuarios y ha sido todo un éxito.
La idea es darles una segunda oportunidad a grandes obras de la literatura que han tenido pocos préstamos ya sea por el tipo de acceso al fondo, por la voracidad con la que los lectores atacan las novedades o simplemente, porque han quedado en el olvido. Así que, para poner solución a esto, se hace una selección de los libros menos prestados en los últimos años y otros clásicos que puedan tener interés para los usuarios. Tras ello, se envuelven los libros añadiendo solamente un código de barras, con el que poder realizar el préstamo pero sin ninguna indicación del título o el autor del libro.
La idea de saborear estos libros olvidados a ciegas sólo es el primer plato de menú degustación, El segundo plato está compuesto por dos formularios con los que los usuarios pueden convertirse en verdaderos críticos valorando la obra literaria degustada y sugiriendo nuevos títulos a los que rescatar del olvido para otros usuarios. Como tercer plato o postre, los lectores pueden participar en un concurso de microrrelatos cuyo tema es «Rescátame del olvido» y en los que debe aparecer siempre un libro. Como este proyecto ya tiene unos meses, hace unas semanas que se entregaron los premios a los ganadores del primer concurso de microrrelatos como se puede observar en el Facebook de la Biblioteca.
Tras acompañar a los libros de los formularios, se colocan en un carro a la vista de los usuarios entre 25 o 30 libros para que los usuarios escojan su obra guiados por la intuición y con ganas de descubrir grandes obras. Normalmente se cambian cada quince días y, hasta el momento, siempre se han prestado todos los lotes.
Esta actividad se inició el 16 de diciembre con motivo de Día de la Lectura en Andalucía y ha tenido repercusión a nivel nacional al aparecer en medios de comunicación como la Agencia EFE o el periódico 20 minutos. A raíz de esto, ya hay varias bibliotecas que se han puesto en contacto con ellos para seguir sus pasos adaptándolo a sus necesidades como son la Biblioteca Pública Municipal de Candelaria (Tenerife) y la Biblioteca Pública Municipal de Bustarviejo (Madrid).
Con esta estupenda idea, los lectores se acercan a las obras por intuición o por las sensaciones que les transmite un libro envuelto. Todos hemos experimentado alguna vez la sensación de que un libro nos llamaba la atención sin tener en cuenta ni su aspecto físico ni su título. Con esta degustación a ciegas, se puede experimentar más que nunca la idea de que «cada libro tiene un alma», como dice Carlos Ruiz Zafón en La sombra del viento.
Cada libro, cada tomo que ves, tiene un alma. El alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien desliza su mirada por sus páginas, su espíritu crece y se hace fuerte. Carlos Ruiz Zafón – La sombra del viento.
Esta excelente esta idea, yo en lo particular, daría la oportunidad a los libros de Agatha Cristie, como por ejemplo este http://jaime-molina.com/agatha-christie-los-cuadernos-secretos/ ya que siento que es una de las escritoras que dejó una importante huella en el mundo de la literatura.