V Congreso Nacional de Bibliotecas Móviles.

El I Congreso Nacional de Bibliotecas Móviles lo organizó ACLEBIM en 2002. El penúltimo fin de semana de octubre hemos celebrado la quinta edición.

Para nosotros este Congreso se ha convertido en una empresa de capital importancia, pues, aunque pueda causar extrañeza, el punto de partida fue el casi completo desconocimiento entre los profesionales y servicios de una comunidad bibliotecaria tan pequeña como la nuestra. Y sin embargo hoy constituimos un grupo perfectamente definido, con múltiples relaciones entre sus miembros y, lo que es más importante, con verdadera conciencia de tal, hasta el punto de que nos gusta llamarnos “la familia”, la familia grande de los bibliobuses.
Siempre hemos concebido estos congresos como el mejor escaparate para mostrarnos tal como somos y tal como trabajamos. La verdad es que contamos con una ventaja respecto al resto de bibliotecarios: cuando nos vamos de congreso nos podemos llevar también nuestras bibliotecas… Y así lo hacemos, reuniendo bibliobuses de distintos puntos de España y Portugal.
Pero hay otro elemento a nuestro favor para difundir lo que hacemos, un exceso de pasión que a veces nos hace perder objetividad, pero quién la quiere cuando el servicio bibliotecario traspasa lo profesional hacia la relación personal, de proximidad con el usuario, que acaba siendo mucho más que eso.
Todo ello no quita que a veces sea insuficiente para conseguir que nuestros interlocutores lleguen a la visión que queremos trasmitir de nuestros servicios, de modo que la experiencia de vivir el bibliobús en ruta se convierta en la única forma posible de conseguirlo.
Pero un congreso no se presta a ello, hace falta suplirlo con algo, con otro instrumento que produzca efectos semejantes, y esta vez lo conseguimos en varias ocasiones utilizando el mensaje emocional inserto en ponencias y comunicaciones, como la de Nuno Marçal con su Bibliomóvil en sus andanzas por esas “tierras y gentes de Portugal”, o los “Cuentos de carnaval en el hospital”, experiencia de colaboración entre los Bibliobuses de León y el Hospital de esa ciudad destinada a los niños ingresados.
Sin embargo, la guinda la puso el documental del director Lorenzo Soler El viaje de los libros, un testimonio tan tierno como veraz de las personas servidas por el Bibliobús en los campos de Soria, perfectamente trasladable a cualquier otro punto geográfico, donde la dignidad de unos personajes reales, habituales usuarios del Bibliobús, nos gana para siempre, y nos hace valorar la justa medida de un servicio bibliotecario que tanto aprecian, conocedores de que en muchos casos es su único cordón umbilical con la cultura, la que ellos eligen en cada visita.
Volviendo a temas más prosaicos, la crisis también estuvo presente en el Congreso, en la ponencia de Óscar Arroyo, una de cuyas conclusiones fue que, en tiempos difíciles, el mayor garante de nuestros servicios es la presión de sus usuarios. Y la realidad de ahora y de antes, de nuestro país y de otros, le da la razón.Foto-familia-5-congreso-nacional-de-bibliotecas-moviles
Emotivo también fue el repaso de los veinticinco años de los Bibliobuses de Madrid, del seguimiento de una trayectoria en la que algunos de sus primeros protagonistas estaban presentes en la sala. O cómo desde estos servicios móviles también se han puesto en marcha con tan buenos resultados “Lecturas para compartir” por medio de sus clubes de lectura.
Y por último se entregaron los Premios ACLEBIM de Bibliotecas Móviles, donde de nuevo la emoción afloró en el recuerdo de los refugiados saharauis a los que sirve el Bubisher en Argelia, o el de tantas personas implicadas con el buen funcionamiento de los Bibliomóviles de la CONABIP argentina.
Pero que nadie crea que el 5º Congreso Nacional de Bibliotecas Móviles nos lo pasamos llorando, nada más erróneo: la camaradería estuvo presente en las pláticas en torno al mantel de comidas y cenas, todas por cuenta de la Organización; visitamos las instalaciones de la Biblioteca Nacional en Alcalá de Henares y el casco histórico de la ciudad; disfrutamos de la coral “Hora Ludens” y de la pícara Tuna de Alcalá; e incluso conseguimos que la traducción española de la nueva edición de las Pautas IFLA sobre Bibliotecas Móviles, obra de un grupo de trabajo de ACLEBIM, arrancara alguna que otra risa entre el público.
Fueron dos días y medio contrarreloj, trepidantes, pero que nos han supuesto a esta comunidad bibliotecaria tan especial la posibilidad de recargar baterías, de adquirir nuevas ideas, de alcanzar nuevos (o viejos) propósitos y, en suma, de afianzar todavía más los lazos que nos unen entre nosotros y con nuestro trabajo.

Roberto Soto

Colaborador en Biblogtecarios. Jefe de Bibliotecas en la Diputación de León y Presidente de la Asociación de Profesionales de Bibliotecas Móviles de España (ACLEBIM). Convencido de la Biblioteca Pública e incondicional de los Bibliobuses.

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