Ahora que tanto se alude al África Occidental por la tragedia del ébola, no está de más fijarse en las noticias optimistas que también puede producir esta región, gracias a cuyo carácter esperanzador hacen más liviana a sus gentes la lucha diaria por el porvenir; como es el proyecto “Bibliotecas Móviles” de Burkina Faso.
Son las zonas más pobres donde el valor económico, cultural y social tienen los servicios bibliotecarios es más decisivo. Burkina Faso es uno de los países de nuestro planeta con menor renta per cápita por habitante, lo que redunda directamente en grandes dificultades para el acceso a la lectura y en el elevado grado de desinterés de la población por ella, sin duda apremiada por otras necesidades físicas y carente de la conciencia necesarias para llevar a considerar los libros como el mejor instrumento para el progreso nacional y personal.
Desde 2008, en la capital de Burkina Faso, Uagadugú, se viene desarrollando un tipo de servicio bibliotecario móvil dirigido especialmente a las escuelas, concretamente a aquellos alumnos de los barrios más vulnerables, sobre los que se pretende despertar el hábito lector a partir de colecciones elegidas con el propósito de coincidir con sus gustos y ,desde ahí, logar que se acerquen a ellas por sí mismos.
Las condiciones del país hicieron de la bicicleta (seis) el medio más adecuado para ello, cuya labor se completa con una moto y dos carritos remolcados, especialmente concebidos para esta empresa.
Todo empezó por la iniciativa de APROCOL (Association pour la Promotion des Connaissances Livresques), a partir de donaciones de libros procedentes de Suiza y Francia, y de la ayuda de los Fondos 1%.
Con el tiempo APROCOL pudo establecer una central donde, además de guardarse los libros que no se utilizan cada día, funciona como biblioteca de consulta en el barrio donde se ubica.
La visita semanal de las bibliobicicletas a las escuelas son el centro de toda una serie de actividades de animación a la lectura, que las propios maestros ponen a funcionar, con el apoyo directo del Ministerio de Educación Básica y de Alfabetización y de las Asociaciones de Padres de Alumnos; también se han unido otras entidades como la Fundación Raoul Follereau, el Centro Cultural Francés o el Movimiento ATD Cyarto Mundo.
Paulatinamente se van renovando las colecciones con compras de nuevos títulos, donde cada vez tienen mayor cabida las ediciones y autores africanos.
Un elemento de gran calado dentro del proyecto es el apadrinamiento de escolares, es decir, la asignación de un tutor de lectura a los alumnos que más dificultades encuentran para ella entre sus propios padres, a los que visita regularmente y trata de convencer sobre los beneficios que puede traerles a sus hijos.
El proyecto «Bibliotecas Móviles» es una apuesta real más por la trascendencia de su papel social y económico que defiende la Declaración de Lyon, en su defensa como elemento imprescindible en todo esfuerzo por conseguir un desarrollo sostenible.
Más información:
Bibliotecas móviles solidarias (Bibliotecasobreruedas’s Blog)