La relación entre lectura, infancia y sostenibilidad abre un espacio de reflexión sobre el papel transformador de las bibliotecas. Desde la mediación lectora y la difusión de recursos, las bibliotecas contribuyen a formar una ciudadanía más consciente y comprometida con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Entre los días 14 y 15 de octubre se celebró en la Universidad de Almería el VIII Congreso Internacional de la Red de Universidades Lectoras RIUL, bajo el lema “Lecturas del Mediterráneo: Ciencia, Arte, Educación y Humanidades Azules”, en el que tuve la oportunidad de participar junto con Sandra Sánchez, Directora Técnica de la Biblioteca de la Universidad de Castilla-La Mancha. A través del diálogo interdisciplinar e intercultural, el encuentro invitaba a reflexionar sobre el papel del agua y los mares como ejes vitales y culturales de nuestra sociedad.
La comunicación que presentamos se enmarcaba en la línea temática 5: “ODS y educación lectora. La literatura infantil y juvenil y el ámbito de la educación ambiental.” Nuestro objetivo era poner en valor el papel de las bibliotecas como agentes de transformación en la construcción de un mundo más sostenible, y dar a conocer el trabajo que desde el ámbito bibliotecario se está realizando para proporcionar recursos y herramientas que puedan ser utilizadas por los docentes.
La Agenda 2030, desde su aprobación en 2015 por la ONU, ha marcado los planes estratégicos de los principales ministerios, administraciones e instituciones públicas y privadas y, por supuesto, del sistema español de bibliotecas. En este contexto, el Consejo de Cooperación Bibliotecaria creó en 2017 el Grupo de trabajo estratégico Agenda 2030 en el marco del II Plan Estratégico 2016-2018, con el objetivo de impulsar el papel de las bibliotecas como un agente activo en la consecución de los propósitos de la Agenda 2030. El último documento de trabajo publicado por este grupo en 2021 propone la elaboración de una propuesta para la creación de una estrategia nacional de información y bibliotecas que contribuya a la inclusión de las bibliotecas en las estrategias de desarrollo nacionales y regionales, a la vez que recoge tanto materiales de promoción y sensibilización, como buenas prácticas de cada uno de los 5 ODS con los que se relacionan directamente.
Nuestra comunicación está enfocada en aquellas iniciativas que se llevan a cabo específicamente con las infancias y el medio ambiente, centrándonos en la elaboración de guías de lectura, de las que aportamos cuatro ejemplos:
- Guías LINA: elaboradas por las bibliotecas públicas de la Red de Bibliotecas de Castilla y León, son un recurso muy interesante dentro del Festival LINA que organiza la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Castilla y León, a través del centro de PRopuestas Ambientales y Educativas (PRAE) y con la colaboración de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, así como la Consejería de Educación.
- Guías de bibliotecas públicas: muchas bibliotecas elaboran guías de lectura para dar difusión a sus fondos y ayudar a docentes y familias a localizar los documentos que necesitan sobre temáticas muy variadas. En esta ocasión hemos utilizado como ejemplo las guías de literatura infantil sobre ODS de la Biblioteca Pública de Segovia.
- Guías de la Red de Centros de Información y Documentación Ambiental del Estado español (RECIDA), destacamos las guías “Cambio climático” y “Verde que te leo verde”, ya que se centran en la selección de libros infantiles y juveniles con temática medio ambiental.
- Guías del Centro de Estudios y Promoción de la Literatura Infantil: dentro del conjunto de guías que elabora el CEPLI, “Verde que te quiero verde” incluye diferentes dinámicas y actividades para sensibilizar sobre estas temáticas a partir de la lectura.
Finalizamos la intervención con una selección de 10 títulos que nos parecen de interés para este tema, en la que hemos procurado abarcar diferentes edades, géneros y formatos.
En el encuentro virtual síncrono que tuvo lugar con los autores y autoras de las comunicaciones para poder establecer debate y resolver dudas, nuestra comunicación fue una de las seleccionadas de entre las que se presentaron en esta misma línea de investigación. Fueron muy interesantes las propuestas de preguntas que planteó el moderador, Alejandro del Pino Tortonda, acerca del vínculo entre naturaleza y emoción y sobre las posibilidades que ofrece la literatura medioambiental para abrir el diálogo a otros muchos temas.
Participar en este congreso ha sido una experiencia enriquecedora, no solo por el intercambio de ideas, sino porque me reafirmó en algo que a veces olvidamos: las bibliotecas y quienes trabajamos en ellas deberíamos estar más presentes en congresos de cualquier ámbito, no solo en los que tratan sobre nuestra profesión. Allí donde se habla de educación, sostenibilidad, arte o ciencia, las bibliotecas también tienen mucho que aportar. Somos mediadoras del conocimiento, creadoras de vínculos y espacios de encuentro.
Creo que nuestra participación en estos foros amplía la mirada sobre lo que una biblioteca puede ser: un agente activo de transformación cultural y social, comprometido con el diálogo, la convivencia y el desarrollo sostenible.
