En todas las profesiones u oficios se habla de técnicos como aquellos expertos en faenas propias de su trabajo. Pero no en todos los puestos es sólo el trabajo meramente técnico, el más importante y necesario para llevar a cabo esa labor sino que también se debe complementar con relaciones cordiales. En todos los trabajos, el trato amable es un valor añadido cuando no un elemento imprescindible para un desempeño eficaz.
En nuestra sociedad, a día de hoy, existe la idea muy extendida de que el personal bibliotecario desarrolla un trabajo puramente técnico: catalogación, ordenación, préstamo, etc labores muy ciertas e importantes, pero no las únicas. Se omite el trato al usuario, que es uno de los aspectos psicológicos y sociales más importantes en esta profesión.
Es cierto también que desde el punto de vista social no existe un gran reconocimiento, a diferencia de los médicos, abogados, arquitectos, etc profesiones que sí cuentan con un gran prestigio social. Sin embargo el bibliotecario a pesar de vivir en la sociedad del S.XXI, Sociedad de la Información y del Conocimiento se ve como un guardián de libros, persona con tendencia al silencio, celoso del buen orden y gobierno de la biblioteca.
La escasez de recursos materiales, financieros o humanos no ayuda mucho a mejorar esta situación, sino a menospreciar este trabajo. La mayoría de los bibliotecarios municipales son chic@s para todo (animador, formador, informador,etc), no hay que olvidar que éste es uno de los servicios municipales más visitados a diario. Es necesario urgentemente una revalorización social de esta figura, no hay que olvidar que existe desde la antigüedad como respuesta a una necesidad social. A pesar de las predicciones que aseguraban su desaparición sigue siendo un importante intermediario y más hoy con la explosión de la tecnología.
La era de Internet coinciden casi todas las bibliotecas, llegó para reforzar esta figura. En un principio se habló de Internet como un espacio que no estimulaba la lectura, sin embargo es todo lo contrario. Leer es leer, no importa en dónde.
Los profesionales de todas las disciplinas afines a la información y la comunicación, tienen en la actualidad una misión y un desafío muy importante y es aprovechar la tecnología del mundo globalizado y reducir de alguna manera la brecha entre informados ricos e informados pobres, para permitir que todos participen de la sociedad de la información. Los info-alfabetizados lograrán sobrevivir, ser exitosos en el entorno globalizador y asegurar un mejor futuro para las siguientes generaciones.
En este contexto, jugará un papel cada vez más trascendente como agente de cambio, para lo cúal debe ser el primer info-alfabetizado, dominar el idioma inglés, formarse sólidamente y mantenerse en constante estudio y actualización.
Los objetivos sociales del bibliotecario son: la gestión de la información, el desarrollo de habilidades informativas y la alfabetización informativa. El bibliotecario tal y como se conoce, debe tener presente que es un profesional al servicio del lector, no al servicio del libro. Por lo tanto guiar al lector, es su principal objetivo, en el que mejorar permanentemente su formación es algo esencial. Sólo así el bibliotecario podrá cumplir un servicio pleno para su comunidad.
Tales bibliotecarios, han de poseer también una gran capacidad de adaptación como virtud funcional a su actitud de servicio y de apertura al continuo enriquecimiento personal. Esa capacidad de adaptación no es posible si el piso de formación al que se enfrenta el bibliotecario a lo nuevo no es sólido y sí sus convicciones firmes y comprometidas con la sociedad.
Según expertos las cualidades de un bibliotecario de futuro son: entusiasmo, la experiencia demuestra que la actitud es más importante que la habilidad, aceptar la diversidad: la clientela no es homogénea, capacidad de planear, habilidad para relacionarse con individuos y grupos sociales, empatía, confianza en sí mismo y en los demás, capacidad para disfrutar con su trabajo, organización, habilidad de gestión, inquietud por investigar, si no investiga permanentemente, no comprenderá su entorno si podrá proponer cambios y persistencia.
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Hastings dice: es más importante que los bibliotecarios digitales posean cualidades personales particulares (que son innatas) que conocimiento específico de tipo técnico (que puede aprenderse).
Para finalizar este post, hace un par de semanas leí en un suplemento gratuito (cayó en mis manos por casualidad) que la palabra más utilizada más allá del 2015 será la innovación. Donde existirá un Departamento de Creatividad y Gestión de Ideas e Innovación y en cada departamento existirá un Delegado Jefe de Ideas, un Editor de Ideas, un Archivador creativo y es aquí donde esta magnífica profesión que me ha dado tantas satisfacciones a nivel personal crecerá y será más estimada por todos.
me gusto mucho toda la informacion vertida en este blog!
Muy bueno el posteo. El bibliotecario es un profesional y depende de él lograr ese prestigio perdido. Para ello debe trabajar en pos del usuario para que los servicios que ofrece sean útiles. En Argentina tenemos el mismo problema de financiamiento para la adquisición de materiales bibliográficos. La idea central es seguir trabajando para mejorar esa imagen que tienen del profesional de la información…
Gracias por leernos!