Accesibilidad del mobiliario en la biblioteca pública

Las bibliotecas públicas deben ser accesibles en todos los elementos que la integran de manera transversal y el mobiliario es uno de estos elementos.

Para conseguir espacios accesibles y practicables, se deben tener presentes las necesidades de las personas con discapacidad en el momento de diseñar: el entorno, equipamiento, servicios, actividades, fondos documentales… Y también el diseño y ubicación del mobiliario

El mobiliario de las bibliotecas

Usuario en silla de ruedas haciendo uso de un mueble de revistas a una altura correcta

En las bibliotecas, podemos encontrar un mobiliario muy diverso: mostradores de atención a las personas usuarias, estanterías, mesas, sillas, sillones, expositores, carros de libros, muebles auxiliares… diseñados con diferentes materiales, texturas, colores y formas.

Entre las definiciones de mobiliario, encontramos que este término hace referencia a objetos desplazables que “facilitan las actividades humanas”. 

Basándonos en esta definición, un mobiliario accesible debería poder ser utilizado por todas las personas usuarias, pero:

¿se tienen presentes las necesidades de todas las personas en el diseño y distribución del mobiliario de las bibliotecas? ¿Se tiene presente la diversidad funcional? ¿O la premisa es el diseño frente a las necesidades de determinados colectivos?

Como ya he comentado en anteriores ocasiones, la accesibilidad de un producto y su diseño deberían ir de la mano. Que un elemento del mobiliario sea accesible o no, depende de sus características en lo que respecta a su diseño, a su relación con su entorno y sobretodo a la interacción con las personas que lo tienen que utilizar. 

Cinco características básicas de un mobiliario accesible

Más allá de los criterios DALCO, requisitos genéricos de accesibilidad universal (UNE 170001-1:2007), la siguiente relación recoge las principales características que debe tener el mobiliario de una biblioteca, con el objetivo principal de conseguir que las bibliotecas sean el máximo de accesibles.

Ergonomía 

Según la Asociación Española de Ergonomía, es el conjunto de conocimientos de carácter multidisciplinar aplicados para la adecuación de los productos, sistemas y entornos artificiales a las necesidades, limitaciones y características de sus usuarios, optimizando la eficacia, seguridad y bienestar.
En accesibilidad se deben tener presentes estos conocimientos prestando atención a las necesidades específicas de los diferentes colectivos con discapacidad física y/o sensorial.
Algún ejemplo de mobiliario accesible son las sillas con reposabrazos ya que facilitan que personas con movilidad reducida puedan sentarse y levantarse, o las mesas redondas que facilitan la comunicación de las personas sordas o con baja audición. 

Referenciado

Los diferentes elementos del mobiliario deben estar referenciados hasta el suelo para facilitar su detección a personas usuarias de bastón, ciegas y/o baja visión para evitar tropiezos o golpes accidentales: patas de las mesas y sillas diseñados en los extremos, mobiliario auxiliar referenciado hasta el suelo…

Contraste cromático 

Es necesario un buen contraste de color del mobiliario con el entorno (pavimento, paramento, otras piezas del mobiliario), para asegurar su localización a personas con baja visión.
Algún ejemplo de mobiliario accesible son mesas y sillas de colores vivos en contraste con un pavimento gris mate y paredes blancas.

Altura 

Se deben tener presentes las necesidades ergonómicas de personas de talla baja o usuarias de sillas de ruedas en el diseño del mobiliario: colgadores de ropa, estanterías, muebles auxiliares, mostradores de información… En bibliotecas la altura de las estanterías suele ser superior a la norma dadas las limitaciones de espacio de los equipamientos. Algún ejemplo de mobiliario accesible son los muebles auxiliares o los colgadores de ropa y mostradores de atención a doble altura.

Distancia

Se deben respetar los itinerarios de circulación, tanto horizontal como vertical. Se debe evitar la colocación de mobiliario en estos itinerarios ya que pueden provocar tropiezos o golpes accidentales a personas con discapacidad visual, tanto usuarias de bastón como las personas con baja visión. También se debe tener presente que esta movilidad puede ser autónoma o a través de ayudas técnicas como una silla de ruedas o unas muletas. Un equipamiento accesible en accesos, anchos de paso y de giro entre el mobiliario, así como en los desniveles mediante ascensores y rampas que faciliten la movilidad.

Se puede consultar la normativa relativa al mobiliario accesible en el Código Técnico de la Edificación, Documento Básico de Seguridad de Utilización y Accesibilidad (DB-SUA-9).

Las bibliotecas públicas, deberían orientar sus esfuerzos a conseguir espacios inclusivos, en los que los colectivos más desprotegidos tengan las mismas oportunidades que el resto de ciudadanos.

Susana Peix

Colaboradora en BiblogTecarios. Escritora, bibliotecaria y asesora especialista en accesibilidad y en literatura infantil.

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