La soberanía tecnológica es un concepto referido al empoderamiento colectivo en el ámbito de la tecnología con el fin de tener un control sobre usos y consumos así como la creación de iniciativas autogestionadas.
El concepto surgió en los años 70 aunque en 2011 se incrementó su uso, que tiene un fuerte paralelismo con la soberanía alimentaria, que busca el derecho a decidir su propio sistema alimentario.
La soberanía tecnológica se basa en el empoderamiento de las personas, ya que para que exista una soberanía la comunidad debe tener el conocimiento y la capacidad necesarias para decidir sobre la tecnología.
Generalmente el concepto de tecnología se asocia a una base capitalista, ya que su objetivo es puramente económico. Contrariamente a esto, los valores de la soberanía tecnológica se basan en la responsabilidad social, la transparencia, la autogestión y el uso consciente. En definitiva, cuando la sociedad civil desarrolla tecnología no lo hace para obtener beneficios económicos sino para cubrir una necesidad. Su modelo de trabajo se basa en el cooperativismo, el trueque, el intercambio, etc.
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Alex Haché, ciberfeminista, explicó la trayectoria de la soberanía tecnológica en las jornadas de Euskarabildua de 2019.
Algunos ejemplos de soberanía tecnológica
¿Pero qué ejemplos, acciones o conceptos nos permiten entender qué es una soberanía tecnológica o saber si estamos cerca de ella? Os propongo unos ejemplos para visualizarlo más fácilmente:
Para empezar, lo importante es la comunidad. La creación de tecnología y utilidad para un bien común y poder establecer un tipo de consumo pasivo.
Si pensamos en herramientas, tenemos el software libre. Debido al movimiento, el software libre se define por cuatro libertades: libertad de usar, de estudiar, de distribuir y de mejorar. Estas libertades son las que permiten que en pequeñas comunidades lingüísticas se traduzcan las interfaces de forma comunitaria. A diferencia del software privativo, que no es capaz de traducir sin obtener un rédito económico.
En cuanto a Internet, existen los servidores autónomos, el hardware libre, o motores de búsqueda alternativos (como puede ser DuckDuckGo). Un ejemplo de Internet libre es Guifi.net, una red de comunicaciones abierta, libre y neutral.
Existen espacios favorecedores a la soberanía tecnológica como hacklabs, biolabs, fablabs o cooperativas tecnológicas, como punto de encuentro y creación.
Y también pueden encontrarse smartphones sostenibles como por ejemplo Fairphone basado en la duración, el aprovechamiento y la reducción del impacto ambiental.
Otros conceptos referidos a la seguridad y privacidad en la soberanía tecnológica son los derechos digitales (derecho al acceso a Internet, la libertad de expresión, a la privacidad y la intimidad, a asociarse a comunidades virtuales), el data commons (ciberinfraestructura de datos, almacenaje e informática para gestionar, analizar y compartir datos, basada en la capacidad de mejorar la seguridad ciudadana) o los datos abiertos (conjunto de datos accesibles al público con el fin de ser reutilizados sin restricciones).
Para finalizar, os comparto algunos congresos y eventos sobre soberanía tecnológica como Mobile Social Congress o el Congrés de Sobirania Tecnològica.