eBiblio: puntos fuertes y débiles

eBiblio, el servicio de préstamo online de libros electrónicos, lleva funcionando desde septiembre de 2014, a excepción de Ciudad Autónoma de Melilla y las Comunidades Autónomas de Islas Baleares y Cataluña que entraron en funcionamiento en los meses de abril, mayo y junio de 2015.

Interfaz de la web eBiblio

eBiblio ofrece a los usuarios de las bibliotecas públicas de las CCAA acceso a libros electrónicos y audiolibros de forma gratuita. Ahora es cuando puede empiezar a valorarse con más perspectiva sus resultados y funcionamiento. El Ministerio publicó las estadísticas del 2015, que indicaban de forma global un total de 4.098 títulos, 240.157 licencias y 246.115 préstamos realizados durante el año pasado.

¿Cuáles son los puntos fuertes y débiles de eBiblio? Seguramente dependerán de la visión y necesidades de cada profesional y biblioteca. Desde mi punto de vista, estos son algunos:

Puntos fuertes

  • Acceso a libros electrónicos de forma gratuita. Creo que es evidente el potencial de la herramienta, y más teniendo en cuenta acciones como la piratería. Que una plataforma ofrezca la posibilidad de préstamo de libros, principalmente de ficción y de forma gratuita es un valor añadido indudable para las bibliotecas.
  • Oferta de lectura ampliada. Poner en disposición lectura a través del soporte electrónico enriquece el catálogo de libros en papel, en especial en tipos de lecturas más demandadas por su éxito editorial.
  • Ampliando posibilidades de préstamo. Ofrecer eBiblio nos aproxima a otras posibilidades que ya empiezan a ser una demanda, como por ejemplo el préstamo de vídeo online que empieza a ofrecerse a través del proyecto eFilm, desarrollado por Infobibliotecas.
  • Uso de tecnologías. Poder ofrecer productos basados en tecnología nos permite avanzar en consonancia con otros muchos servicios, llegar más lejos (la lectura desde cualquier sitio), complementar con otro tipo de productos y ofrecer mayor rapidez.

Puntos débiles

  • Información sobre el funcionamiento. Su funcionamiento no es complicado, aunque la propia web ofrece  información que debería ser más sencilla. En el apartado Cómo funciona eBiblio no se especifica de forma clara qué pasos hay que seguir en función del dispositivo que tienes. Aunque incluye vídeos o FAQs, lo que creo que es más importante es crear unas instrucciones lo más breves y claras posibles. Por ese motivo es esencial la formación y difusión de eBiblio desde la propia biblioteca.
  • Cambios de proveedor. Los cambios de proveedor (inicialmente fue Libranda y ahora, Odilo) han causado diferencias notables en el servicio ya que cada proveedor ha variado algunas cuestiones técnicas. Durante el traspaso hubo momentos en que la aplicación móvil tuvo que ser reinstalada, aunque el resto de cambios fueron positivos, ya que con Odilo se mejoró la APP y las condiciones de préstamo.
  • Catálogos separados. Es clave poder unificar todo el servicio de préstamo de forma global, sobre todo cuando pretendemos que el usuario conozca y use todas las posibilidades del catálogo (tanto del fondo documental físico como el electrónico). De esta manera, si un usuario buscara un libro en papel podría acceder al libro en versión electrónica, y viceversa. Pero de momento cada CCAA se las ingenia como puede, como las bibliotecas públicas de la Generalitat de Catalunya, que incluyen un acceso a eBiblio desde su página de inicio del catálogo habitual.
  • Brecha digital. Igual que sucede con otros servicios y productos, existe una parte de usuarios que siguen anclados en la brecha digital y es complejo acceder a servicios como eBiblio. Así, el uso de la tecnología en sí puede verse como un punto fuerte o débil según la tipología de usuarios.
    Finalmente, hay que resaltar la complementariedad de otros servicios como la formación en las bibliotecas cada vez acerca más la tecnología a qualquier tipo de usuario.

Sofía Moller

Colaboradora en BiblogTecarios Bibliotecaria especializada en formación de usuarios y tecnologías. Aficionada a la escritura y convencida del poder social de la biblioteca pública.

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