Fiesta de pijamas de peluches en la biblioteca

Los peluches disfrutan de la fiesta del pijama en la biblioteca de Ciempozuelos

Son las 21:00 de la tarde. Cierra la biblioteca. Los últimos usuarios remolonean recogiendo sus pertenencias y aprovechan hasta el último momento. Los bibliotecarios recogen la sala, colocan los libros usados en sus respectivas estanterías, apagan las luces y cierran la biblioteca. Sin embargo, la sala no se queda vacía. Hoy es día de fiesta del pijama de peluches en la biblioteca.

¿Qué es la fiesta de pijamas de peluches?

​Si hacemos memoria en el archivo de Biblogtecarios, ​nos encontramos con que hace un par de años María Benítez nos habla de ella en su artículo Otras formas de marketing bibliotecario: peluches. Básicamente, el Stuffed Animal Sleepover o fiesta de pijamas de peluches consiste en que los ​niños lleven a su peluche preferido a pasar una noche a la biblioteca con los muñecos de otros niños. Una noche en la que sus pequeños amigos disfrutarán de una fiesta de pijamas para disfrutar de las maravillas que se pueden encontrar en la biblioteca, leyendo libros, jugando con sus amigos, etc. A la mañana siguiente, los chicos vuelven a la biblioteca a recogerlo y se llevan prestado uno de los libros que ha estado leyendo su muñeco la noche anterior. Además, por si lo anterior fuera poco, los chavales podrán ver fotografías de cómo se lo han pasado sus pequeños amigos.

El objetivo principal es, sencillamente, que los niños descubran la biblioteca. Aunque quizá algunos ya la hubieran pisado alguna vez, es una oportunidad estupenda para que los niños se identifiquen con su peluche y piensen que, si el muñeco se lo ha pasado tan bien leyendo y disfrutando de los fondos de la biblioteca, ellos también lo disfrutarían igual.

Según un estudio del japonés Yoshihiro Okazaki publicado por la revista Helyon en 2017, está demostrado que, tras una iniciativa similar, aumentó el número de niños que se interesaron por los libros del área preescolar aunque el efecto se fue perdiendo según pasaban los días. Cuando pasado un mes, volvieron a enseñarles las fotografías de la fiesta de pijamas, volvieron a aumentar las ganas de leer a sus peluches.

Los resultados de este estudio sólo vienen a corroborar algo que todos intuíamos. Es muy importante que los niños empiecen a tener contacto con los libros desde pequeños, aunque aún no sepan leer. Los libros estimulan su imaginación, sus sentidos y sus sentimientos. Además, este tipo de iniciativas permiten a los niños y los padres conocer las bibliotecas, descubrirlas como un lugar de ocio y divertido y establecer un hábito de lectura en los niños.

Además, como añade Okazaki, las actividades como la fiesta del pijama de peluches estimulan el comportamiento pro social con el fomento de la comunicación y la interacción con el entorno. 

Las fiestas del pijama de peluches llegan a España

Cuando María Benítez escribió su artículo sobre peluches , pedía que esta actividad llegara pronto a nuestro país. Sus deseos se han convertido en realidad ya que desde hace meses algunas bibliotecas ya se están poniendo manos a la obra. Una de las primeras en animarse fue la biblioteca de Oñati donde, hace más o menos un año, se animaron a realizar esta actividad a propuesta de una madre aunque en otros casos descubrieron la actividad en artículos de internet como el del japonés Okazaki.

Normalmente los preparativos empiezan un mes antes para anunciar la actividad e informar a padres y niños, aunque algunas bibliotecas empiezan mucho antes al incorporarla en sus programaciones anuales o trimestrales. Cuando preguntamos por la edad de los niños que han participado, los números son de lo más variados. Normalmente el rango de edad oscila entre los uno y seis o siete años pero en muchos casos se aceptaron a niños más mayores de hasta once años. En cuanto al número de asistentes, varía mucho ya que depende directamente del número de vecinos a los que da servicio, de la unión con su comunidad, pero de manera general podemos decir que van desde la decena hasta los ochenta. Estos datos deberían servir para valorar el trabajo adicional que han llevado a cabo los bibliotecarios de estos centros. Es absolutamente admirable la dedicación que han puesto para montar sus respectivas fiestas de pijamas y el entusiasmo con el que lo han hecho posible. En la mayoría de los casos han sido tres o cuatro profesionales han sido los auténticos responsables que se han dedicado a organizar la actividad, promocionarla, montarla, hacer las fotografías, etc.

Ahora bien, para cada biblioteca la preparación es totalmente diferente y quiero detenerme en cada una de ellas porque depende exclusivamente de la imaginación de sus profesionales, merecen todo el respeto​ y pueden servir de inspiración para otros.

  • Biblioteca Municipal de Ciempozuelos: Con motivo del Día del Libro, intentaron reproducir los comportamientos de los adultos hacia los niños y que ellos repiten con sus peluches, dándoles de comer o enseñándoles a leer. Así que su principal labor fue cuestión de imaginación: hacer las camas de los peluches, preparar el menaje de cocina para la cena… a lo que hay que añadir la difusión previa y los habituales servicios de préstamo e información bibliográfica. Llegado el día clave, los niños entregaban sus peluches en el mostrador de préstamo y recibían un recordatorio de la cita para volver a por ellos. Cuando llegaron a recogerlos el lunes, descubrieron la fiesta que tuvieron los peluches viendo las fotos e, incluso, se llevaron de recuerdo una foto personalizada con su peluche y una nota contando lo bien que se lo ha pasado y le da las gracias por haberlo dejado en la biblioteca. La sensación final fue muy positiva, especialmente en la visibilidad y la repercusión social generada que han conseguido crear una conciencia de biblioteca, más allá de ser un mero almacén de libros.
  • Biblioteca Pública de Segovia: En su caso, la iniciativa provino de de la escritora Cristina Oleby para la presentación de su libro El viaje de Nora. Aprovechando que la niña protagonista hace su viaje acompañada de dos peluches, se montó una actividad en forma de cuentacuentos en el que se pidió a los niños que, imitándola, llevaran un peluche que después pasaría el fin de semana en la biblioteca. La principal organizadora fue la escritora pero el personal de la sala de infantil fueron los que se encargaron de recibir y de entregar los peluches. Aunque no se ha percibido una mayor asistencia de público, la actividad sí fue satisfactoria.
  • Biblioteca de San Jorge (Pamplona): Eligiendo la semana previa a las fiestas del barrio, su principal objetivo era acercarse a los niños a través de los peluches y, gracias a estos, acercarles a la lectura desde edades tempranas. Con esta base, los niños llevaron un peluche a pasar la noche en la biblioteca donde se celebró una gran fiesta para peluches de la que quedó constancia en un reportaje fotográfico que han expuesto en la biblioteca y en Facebook para todos puedan comprobar lo bien que se lo han pasado. Al día siguiente, cuando los niños pasaban a recoger a su peluche, se llevaban en préstamo un libro elegido por su pequeño amigo para que se lo lea en casa. En el caso de que los niños no tuvieran carnet de la biblioteca, se les hacía uno en el momento de entregar el peluche por lo que, gracias a la actividad, se han conseguido dieciocho nuevos usuarios. Las primeras impresiones tras el evento destacan la ilusión con la que los niños iban a la biblioteca a recoger sus peluches y la consecución del acercamiento a las familias y el aumento de la visibilidad de la biblioteca.
  • Biblioteca de Oñati (Guipúzcoa): Con la idea de atraer a los niños a la biblioteca en el mes de mayo en el que suele bajar la afluencia, empezaron a anunciar la actividad un mes antes para informar a los usuarios porque la mayoría desconocían de qué trataba. El día propuesto fueron recogiendo los peluches e identificándolos con el nombre de su dueño y, posteriormente, con la ayuda de una madre voluntaria y un fotógrafo, se dedicaron a reproducir una «juerga» de peluches, similar a la que montarían unos niños de dos a seis años en la biblioteca: leer, jugar a cartas, disfrazarse, cenar, ver películas en el ordenador… Eso sí, cada peluche debía tener al menos una foto leyendo y otra haciendo alguna gamberrada. Al día siguiente, al recoger a su peluche, se llevaban también el libro recomendado por este. Pero la auténtica sorpresa fue cuando, días más tarde, cada niño recibió por correo ordinario tres fotos del peluche, una leyendo, otra haciendo alguna cosa y por último una del grupo entero de peluches participantes. Además, hicieron una pequeña exposición con todas las fotos, lo que atrajo a muchos curiosos: ¡todos querían saber y ver lo que había sucedido durante la noche en la biblioteca! La actividad supuso una afluencia alta de usuarios habituales y no habituales lo que significó un claro aumento en los préstamos. El éxito fue tal que repetirán la actividad este año y, pese a que se perderá el efecto sorpresa, temen una participación tan alta que podría superar los cien peluches lo que sería ya demasiado para el trabajo de las tres bibliotecarias.
  • Biblioteca de Monte Alto (A Coruña): Utilizando como excusa el Día del Libro Infantil, su objetivo primordial fue ilusionar a los niños con la lectura a través de su peluche favorito, quien ha elegido para él sus cuentos favoritos. Todo empieza cuando los niños dejan su peluche favorito con una tarjeta con su nombre. En ese momento, comienza el verdadero trabajo para las bibliotecarias: seleccionar el cuento adecuado para cada peluche, hacer fotos de la fiesta de pijamas, montar todo en video… Sí, porque en esto caso hay un inmenso trabajo de selección que ya se intenta hacer coincidir cada cuento con la “especie” del peluche, aunque en el caso de que no existieran, ya se habían elegido algunos cuentos genéricos que pudieran valer para todos. ¡Imaginad qué trabajazo todo esto en sólo unas horas! Al día siguiente se cita a todos los niños a la misma hora para recoger los peluches y, cuando están todos juntos, se cuenta un cuento y se devuelve a cada niño su peluche con un cuento que supuestamente éste ha escogido. Destaca la cantidad de chavales que no conocían previamente la biblioteca y, desde ese día, han seguido participando en otras actividades. Pero, como en la mayoría de las casos, todo el trabajo mereció la pena sólo con ver las caras de ilusión de niños (y padres) viendo el vídeo encantados con los cuentos seleccionados para ellos.Noite dos peluches na biblioteca Monte Alto.
  • Biblioteca Pública Iu Bohigas (Salt, Girona): Con los objetivos de dar a conocer la biblioteca y sus servicios, fomentar la lectura a través del juego, trabajar los hábitos lectores en las primeras edades y transmitir a las familias las maneras de comportamiento en el espacio bibliotecario, contactaron con la dinamizadora Olga Cercós que aceptó la propuesta. Para ese día, las dos profesionales contaron además con la ayuda de una veintena de estudiantes del Grado Superior en Educación Infantil, muy necesarios en el transcurso de la actividad y en el trabajo posterior con el reportaje fotográfico (aquí y aquí podéis ver el resultado). Como en otros casos, el mejor regalo fue ver la cara de los niños y la satisfacción de las familias una vez acabada la actividad, con lo que debido a su repercusión, repetirán la experiencia en junio.
  • Biblioteca Pública Xosé Neira Vilas (Vigo): Para los profesionales de esta biblioteca, la fiesta de pijamas de peluches es una oportunidad única para acercarse a los pequeños, impulsar la relación entre padres e hijos a través de la lectura contando con la ayuda de sus peluches preferidos. Aquí, los bibliotecarios se reparten las tareas: uno se encarga del diseño e impresión del material, otro se encarga de las cartas personalizadas para cada niño que incluyen una pequeña selección bibliográfica y además, de la recepción y entrega de peluches, otro realiza la programación, gestión, evaluación de la actividad y la cuarta persona lleva la comunicación y el marketing. Como en el caso de la biblioteca de San Jorge de Pamplona, los niños que aún no eran socios, aprovechaban la oportunidad para apuntarse y, hoy en día, se han convertido en asiduos.

Diferentes actividades, distintas maneras de organizarse pero un mismo sentimiento: la conciencia social generada y las caras de ilusión de los niños dejan un poso de satisfacción y trabajo bien hecho por el que ha merecido la pena tanto esfuerzo. En la mayoría de los casos, repetirán la experiencia mejorando algunas faltas y seguro que, en los próximos meses, otras bibliotecas se unirán a esta novedosa iniciativa.

Muchas gracias por su ayuda y su atención a José de la Fuente Martínez (Biblioteca Municipal de Ciempozuelos), María Luisa Santamaría Ramírez (Biblioteca Pública de Segovia); Ana Pro, Eva Iriarte, María Jesús Corcín y Marta Castaño (Biblioteca Pública de San Jorge – Pamplona); Marina Etxegoien Uribetxeberria (Biblioteca de Oñati); Monte Alto; Bàrbara Arjona y Belén Santamaría (Biblioteca de Salt); Mar García (Biblioteca Pública Municipal Xosé Neira Vilas)

Fuentes consultadas:

García, Carolina (4 de marzo de 2017). Fiestas de pijamas para peluches en la biblioteca, una forma de animar a los niños a leer. [Artículo de blog]. Recuperado de https://elpais.com/elpais/2017/03/02/mamas_papas/1488445216_017115.html

Comunidad Baratz (6 de abril de 2017). Los peluches se pueden quedar a dormir en la biblioteca por una buena causa. [Artículo de blog]. Recuperado de http://www.comunidadbaratz.com/blog/los-peluches-se-pueden-quedar-a-dormir-en-la-biblioteca-por-una-buena-causa/

Sandra Clemente

Colaboradora en BiblogTecarios A veces bibliotecaria, a veces documentalista, siempre con ganas de seguir aprendiendo y conociendo las novedades del sector. Amante de la lectura, la música y las redes sociales.

7 respuestas a «Fiesta de pijamas de peluches en la biblioteca»

  1. Emocionada. Preciosísima iniciativa y delicioso reportaje. Soy estudiante de oposiciones a Bibliotecas y con estos artículos me llenáis de fuerza y de ganas.
    Gracias.
    <3

  2. ¡Oh! ¡Qué ilusión aparecer aquí! Y me alegra ver que ha habido otras iniciativas parecidas. Ojalá haya más y consigamos que muchos niños se enamoren de los libros. Aprovecho para dar las gracias a Luisa y al personal de la Biblioteca de Segovia que lo hicieron posible. ¡Un abrazo!

    1. ¡Hola Cristina!

      Muchísimas gracias por tu comentario y por ser la promotora de esta iniciativa en la biblioteca de Segovia. Seguro que los niños lo pasaron en grande.

      Un abrazo

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