Me dispongo a buscar en una librería online algún libro para aprender algo de fotografía digital. Cuando por fin encuentro el índice de búsqueda por temas (marginado y esquinado por unas coloridas y llamativas imágenes de las novedades editoriales), elijo la sección “Tecnología”. Me encuentro con las subsecciones “Informática” y “Sonido”. Error. Vuelta atrás. Cruzo los dedos y pruebo ahora en “Artes” para bajar luego a “Imagen y espectáculos” y de ahí elegir “Fotografía”.
Estaba buscando libros para aprender fotografía digital y el diseño de información que se me ha presentado me ha forzado a pensar, primero, en qué categoría del conocimiento se encuentra clasificada dicha actividad y segundo, en qué categoría del conocimiento clasificó la persona que diseño ese directorio la actividad “fotografía digital”.
Mi amigo Julián, que acaba de ser padre, anda como loco buscando complementos en la web de un conocido fabricante para que a su hija recién nacida no le falte de nada. Pero resulta que se encuentra los productos clasificados en base a colecciones (“primavera”, “verano” u “otoño”), no en base a la naturaleza de sus productos (chaquetas, pijamas o patucos). Julián, neófito en la materia, desiste y decide acudir a otro fabricante.
Encuentro este último caso en un artículo de Chema Martínez-Priego sobre Diseño centrado en el usuario: Ana decide usar un buscador para encontrar comederos para su perro y sus dos gatos. Introduce en la caja de búsqueda “comederos perro gato”, y obtiene la absurda respuesta de “ERROR: Se han encontrado 0 resultados”. En el ejemplo, el modelo mental de Ana le hace pensar en buscar comederos de perros y gatos porque eso es precisamente lo que quiere, comederos para perros y comederos para gatos; sin embargo el diseño del sistema de búsqueda no tiene en cuenta sus necesidades y fuerza la búsqueda con un operador de intersección (el AND booleano) y Ana no obtiene resultados porque no existen comederos que se usen tanto para perros como para gatos (en otras palabras en la ficha de descripción del comedero para perros no sale la palabra gato).
Son solo tres simples ejemplos para introduciros en la problemática. Y es que ¿cuántas veces, ya sea como profesionales de la documentación o como inquietos usuarios de a pie, hemos acudido a una página web en busca de información y hemos tenido que cerrarla lanzando pestes porque allí no había manera de encontrar nada? A nadie se le escapa que, en multitud de ocasiones, a los diseñadores web se les olvida que una correcta estructuración de la información nos ofrece ya el 80% de la accesibilidad y utilidad.
En este post simplemente quiero esbozar, dar a conocer someramente, la existencia de un marco metodológico conocido como Diseño Centrado en el Usuario o User-Centered Design (postulado por Norman y Draper en 1986). Para ampliar la información sobre el tema, os recomiendo un interesante artículo titulado Diseño Web Centrado en el Usuario: Usabilidad y Arquitectura de la Información, cuya autoría y localización encontraréis al final de este post.
Los autores del citado artículo adaptan el marco de Norman y Draper a las características propias del desarrollo de aplicaciones web describiendo cómo diseñar dichos sites, haciéndolos usables y accesibles a través de la aplicación del conjunto de técnicas y procedimientos englobados bajo el marco metodológico conocido como Diseño Centrado en el Usuario.
Y para empezar introducen una idea que, si bien puede parecer de perogrullo, no conviene olvidar:
La consecución de los objetivos perseguidos a través de la puesta a disposición del público de cualquier aplicación web está condicionada por la satisfacción del usuario final.
Es evidente que cada usuario es distinto y tiene motivaciones diferentes a la hora de acercarse a un sitio web. Además, los mecanismos intuitivos, la comprensión, de cada cual para localizar la información también serán de lo más variado. Pero ello es intrínseco a la heterogeneidad humana y no nos queda más remedio que aceptarlo y tratar de solventar este escollo intentando estructurar la información de modo y manera que lleguemos a la mayor cantidad de navegantes posible. Porque no hay duda de que, y cito de nuevo a Martínez-Priego, el concepto más básico en el diseño centrado en el usuario es el modelo mental, heredado de la psicología cognitiva, y analizado desde hace más de medio siglo, y de reciente aplicación en el proceso de desarrollo de sistemas de interacción con el usuario.
Y es aquí donde entran en juego los estándares de diseño web centrado en el usuario, que nos deberían asegurar empíricamente que un sitio cumple con los niveles de usabilidad requeridos. Los productos deben resolver las necesidades concretas de sus usuarios finales, consiguiendo la mayor satisfacción y mejor experiencia de uso posible con el mínimo esfuerzo de su parte.
El diseñador necesita de una metodología, de técnicas y procedimientos ideados para tal fin. El Diseño Web Centrado en el Usuario se caracteriza por asumir que todo el proceso de diseño y desarrollo del sitio web debe estar conducido por el usuario, sus necesidades, características y objetivos. Centrar el diseño en sus usuarios (en oposición a centrarlo en las posibilidades tecnológicas o en nosotros mismos como diseñadores) implica involucrar desde el comienzo a los usuarios en el proceso de desarrollo del sitio; conocer cómo son, qué necesitan, para qué usan el sitio; testar el sitio con los propios usuarios; investigar cómo reaccionan ante el diseño, cómo es su experiencia de uso; e innovar siempre con el objetivo claro de mejorar la experiencia del usuario.
Si aceptamos esta propuesta, creo podemos responder también aquí a una pregunta que muchas veces nos hacemos los documentalistas: ¿Quién debería diseñar una página web?. En mi opinión, la respuesta es clara: si la web tiene contenido informativo, un diseñador web, ayudado por un profesional de la información y con el soporte de varios “usuarios finales” que testeen la web durante su proceso de estructuración. Y no hay más. Ni hay menos.
Para más información sobre las fases o etapas en las que se divide el User-Centered Design, os remito al siguiente y ya citado artículo:
Yusef Hassan Montero & Francisco J. Martín Fernández & Ghzala Iazza. «Diseño Web Centrado en el Usuario: Usabilidad y Arquitectura de la Información» [online]. Hipertext.net, núm. 2, 2004. <http://www.hipertext.net/web/pag206.htm> [Consulta: 20/07/2011]. ISSN 1695-5498
EDITO Y AÑADO:
Muriel Garreta-Domingo, Magí Almirall-Hill y Enric Mor, de la Universitat Oberta de Catalunya, crearon ya hace algún tiempo el juego User-Centered Design para explicar el proceso y los métodos del diseño centrado en el usuario, y demostrar la importancia de comprender y focalizarse en el usuario final. Podéis encontrarlo en el siguiente enlace:
http://www.ucdgame.org/index.html