AVISO IMPORTANTE: Con la intención de acercar lo más posible al fenómeno que describe, este post se ha escrito por duplicado en dos versiones, la primera, estándar, y la segunda, al estilo Mandarache. El autor declina toda responsabilidad sobre el nivel comprensivo de los lectores que opten sólo por una de ellas.
Versión estándar
Desde 2005 tiene lugar en la ciudad murciana de Cartagena la celebración de los Premios Mandarachede de Jóvenes Lectores; una iniciativa municipal que engloba a múltiples instituciones, entidades y asociaciones para conseguir fallar dos galardones literarios, Premio Mandarache y Premio Hache, cuyos respectivos jurados los componen en torno a los 4.000 ciudadanos.
Todo empieza cuando el Grupo Promotor del proyecto, de carácter asambleario, formado por profesores de secundaria, bibliotecarios, libreros, animadores y técnicos de juventud, elige tres obras finalistas para cada premio.
Previamente al veredicto final, la organización de los Premios desarrolla durante todo un año numerosos y multitudinarios encuentros del jurado con los autores para conseguir el mayor acercamiento posible a las obras en liza.
El Premio Mandarache admite como miembros del jurado a ciudadanos entre 15 y 30 años, mientras que el Premio Hache, dedicado a las obras de literatura adolescente, cuenta con componentes en su jurado entre los 12 y los 14 años.
En la edición de 2015, Madarache ha tenido 2.500 jóvenes como jurado, y Hache, 1.600 adolescentes.
El producto se ha ido enriqueciendo con los años, al incluir nuevas modalidades, como el que los propios ciudadanos también puedan participar con sus obras de ilustración, microrrelatos, videocitas literarias, críticas literarias, labor docente y animación a la lectura. Asimismo, desde el interés por potenciar la obra de los creadores murcianos, cada año se selecciona una sobre la que se trabaja con la misma metodología que las seleccionadas como finalistas para los premios.
Todo el proceso culmina con una gran gala para la entrega de todos los galardones, que aumenta considerablemente el nivel de visibilidad social del proyecto Mandarache, que ya de por sí, en sus distintas etapas, ha sido notable durante todo el año.
Este esfuerzo ingente ha recibido de forma muy merecida el Premio Nacional al Fomento de la Lectura, 2014, desde el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, por la gran labor de todo el amplio equipo capitaneado por Alberto Soler.
Por cierto, se cumplen en éste 10 años de Mandarache, y para celebralo se ha organizado un bookmob, es decir, un flashmob de lectores, para el 3 de junio, de 12 a 12:15 h., de forma que miles de lectores lean al mismo tiempo allí donde se encuentren. Ya se han unido la Feria del Libro de Madrid o la Biblioteca Nacional, ¿ y tú, cuándo?, cualquiera biblioteca, librería, centro educativo… todos estáis invitados.
Versión Mandarache
En Cartagena hay mucho vicio… por leer, y es que los Premios Mandarache están haciendo estragos, porque cada año crece más el compromiso incondicional y totalmente hedonista de los ciudadanos entregados en caída libre a la lectura. Ya son una auténtica legión de adictos lectores, FANStásticos y FANSnáticos FANS de la lectura, de compartirla, de divertirse a su costa; y de los propios autores también, a los que siguen y persiguen, a los que idolatran como estrellas del Rock.
Son diez años haciendo las cosas al revés para que funcionen: primero se constituye un jurado y luego se forma a sus miembros, que deciden con total libertad; mientras tanto, y también después, la lectura es una fiesta, es alegría, es emoción, es compromiso, es entrega, es respeto y admiración por el equipo de coordinadores, profesores, voluntarios,… que hacen posible el Mandarache.
La lectura es un acto solitario que el Mandarache convierte en un juego colectivo. Su culmen es la gala de entrega de premios, también algo fuera de lo normal, también comenzada por el final, por una apoteosis en la que 1.500 jóvenes asistentes se incorporan, jalean y bailan al son del himno que los reconoce a todos como “adictos a la lectura”. Después se suceden los vítores, los aplausos, incluso los chillidos, hacia sus autores favoritos, hacia los profesores que los han conducido por sus obras, hacia los voluntarios que los atienden, hacia la presencia este año de un nuevo y rutilante astro en el panteón de los superhéroes como es Dicciomán, entregado a combatir el mal uso del idioma.
A la vez, se desata un tuiteo obsesivo que encumbra los #PremiosMandarache al trending topic nacional, y se extiende como un reguero de fuego por el resto de las redes sociales.
Y al final la fiesta debe concluir, pero la lectura continúa… así como el trabajo para un nuevo Mandarache; pero entre una edición y otra, en ese tan breve intervalo casi mágico, su estupendo Equipo nos deja una certera selección de emociones debidamente troceadas y embaladas en forma de vídeo para vuestro deleite:
[youtube J4z9ePUx3ew]
Y si quieres conocer el resumen de toda esta 10ª edición:
[youtube V7ro07e7KdA]
Más información: http://premiomandarache.cartagena.es
Hola Roberto.
Ojala vientos del sur traigan el contagio hasta el Cantábrico y cunda el ejemplo por todos los rincones
Ojalá sea así, Julio. Un gran ejemplo para todos son los Premios Mandarache.
Un abrazo.
Roberto.