El que una provincia de interior cercana a los quinientos mil habitantes consiguiera una flota de siete Bibliobuses en la década de 1980 es algo que sólo puede estar respaldado por el trabajo de un buen equipo y la superior dirección de una figura excelsa como la de Julia Méndez Aparicio.
“El más capaz capitán de barco” es como alguno de los viejos temarios de oposiciones definía al bibliotecario. Toledo contó con uno de ellos en la persona de Julia Méndez Aparicio, directora de la Biblioteca Pública del Estado y del Centro Provincial Coordinador de Bibliotecas desde 1959.
Si bien consiguió logros tan impresionantes como la reunificación y donación al Estado de la colección Borbón-Lorenzana ( cerca de 700 manuscritos, 400 incunables y más de 100.000 libros impresos del siglo XVI al XIX), aquí nos centraremos de su labor en pro de los Bibliobuses, pues no en vano, fue la primera vez en España que se afrontó su establecimiento desde un punto de vista integral para toda un provincia, como el instrumento idóneo para facilitar el acceso a la lectura a aquellas localidades sin biblioteca fija.
Desde unos principios biblioteconómicos y de justicia social totalmente actuales, en 1973 puso en marcha dos Bibliobuses, claramente insuficientes para una de las provincias más extensas del país, lo que no fue obstáculo para conseguir un gran éxito entre la población y poder demostrar así que “el español de los municipios rurales, aun de los más pequeños y apartados lee… si se le proporcionan libros para leer” (Memoria de 1975 del Centro Coordinador de Bibliotecas de Toledo)
Con los 220.551 habitantes atendidos se cubría casi la mitad de la población provincial, sin embargo las limitaciones aludidas y la positiva respuesta del publico hicieron urgente la ampliación de la flota. Un año después, desde junio de 1974, esto se convirtió en una realidad, contándose ya con cuatro Bibliobuses.
Los dos nuevos Bibliobuses, el nuevo éxito de Julia Méndez Aparicio ante el Director General de Archivos y Bibliotecas, Sánchez Belda, no se debieron tanto a que éste hiciera suyas las razones anteriores relativas a las bondades del servicio, sino al ver con buenos ojos cómo Toledo podría ser la provincia modelo para ensayar la combinación de bibliotecas fijas y móviles al contar con un compendio de características en las que podían verse reflejadas las restantes (a caballo entre el norte y el sur, con zonas llanas y montañosas, convivencia de municipios inferiores a los 500 habitantes con otros de entre 3000 y 4000 habitantes, coexistencia de economía agraria e industrial…)
Con cuatro Bibliobuses funcionando y una periodicidad quincenal en las visitas los resultados fueron espectaculares, y ello a costa de unas jornadas de trabajo que se prolongaban entre diez y doce horas diarias, y con pernoctas en semanas alternas.
El resultado fue, en 1975, la solicitud de otros tres nuevos Bibliobuses que suavizaran estas condiciones, y redujeran la ausencia entre visitas a siete días. Aunque el Pleno de la Diputación toledana aprobó la iniciativa, en los presupuestos del año siguiente no se recogió la dotación económica precisa.
Además, desgraciadamente 1976 supuso la paralización de todo al servicio y el comienzo de un pulso con la Diputación que fue rechazando de forma sistemática los continuos intentos de Julia Méndez Aparicio por aumentar la flotar como solución al problema de las horas extras, que la nueva legislación impedía seguir realizando de forma ordinaria.
La huelga del personal de los Bibliobuses supuso su despido y obligó a convocar tres plazas que se cubrieron en 1978, cuando se reanudó de nuevo el servicio, pero esta vez con una reducción apreciable de la población visitada en torno a los 95.000 habitantes menos.
Los incesantes intentos de Julia Méndez Aparicio para que la Diputación consintiera en aumentar el número de vehículos se zanjó en 1978 con un acuerdo del Pleno desestimando directamente cualquier adquisición de nuevos Bibliobuses; de nada sirvieron argumentos como el de la buena imagen de la corporación provincial, la necesidad de deshacer la injusticia con la población desasistida, los beneficios sociales, culturales y para el desarrollo de la provincia, ni los mismos resultados obtenidos que, sirvan de ejemplo los de 1980, tuvieron un crecimiento del 61,8% respecto del año anterior.
En ese 1980 se vuelve a proponer la compra de dos nuevos vehículos que una vez más es rechazada por falta de presupuesto desde la Diputación de Toledo. No así la Dirección General de Archivos y Bibliotecas del Ministerio que concede una nuevo Bibliobús para suplir a los cuatro existentes en caso de avería.
Coincidiendo con la transferencia de las competencias en cultura al gobierno regional en el desarrollo del nuevo mapa de las autonomías, en 1982 Julia Méndez Aparicio, funcionaria del Ministerio, dimite y se centra en la dirección de la Biblioteca Pública del Estado en Toledo hasta su jubilación en 1995.
Casualmente, en ese mismo1982, cuando ya es sustituida por Mª Jesús Cruz Arias, archivera de la Diputación, la corporación provincial aprueba por fin la compra de dos nuevos Bibliobuses, que no llegarán hasta 1984, momento en el que la flota de siete vehículos es una realidad que tendrá que ir lidiando, por un lado, con el crecimiento del número de la bibliotecas fijas en las poblaciones superiores a los mil habitantes, y por otro, la elevada edad de la mayoría de los vehículos; hasta llegar al año 2.000 cuando se emprende una necesaria reorganización, modernización y actualización del servicio… pero eso ya es otra historia.
Fuentes:
- Julia Méndez Aparicio. Memorias del Centro Provincial Coordinador de Biblioteca de Toledo (1973-1980)
- Mª Jesús Cruz Arias. Memorias del Centro Provincial Coordinador de Biblioteca de Toledo (1982-1987)
- Julita, 90 años con las bibliotecas.
Roberto, trabajas, te actualizas, escribes y disfrutas del calor de tus colegas; ahí está la clave de tus logros.
Un abrazo
Muchas gracias, Julio, siempre tan amable.
Un abrazo.
Roberto.
hola Roberto :
muy interesante el articulo y felicidades por contar con gente tan talentosa y con la visión necesaria para este proyecto que también , como te he platicado yo quiero llevar a cabo ya que en Aguascalientes contamos únicamente con uno desde hace 22 años lo que me hace seguir adelante para ver realizado eso en mi ciudad un cordial saludo.
Muchas gracias, Martha. Felicidades a ti también por vuestro trabajo en Aguascalientes, la gestión de un bibliobús tiene sus complicaciones como bien sabes. Ánimo con tu proyecto de aumentar la flota, seguro que al final lo consigues.
Un saludo muy cordial.
Roberto.
Lic. Roberto, le escribo desde México. Quisiera felicitarlos por el trabajo que están haciendo en pro de la lectura y la cultura. Nosotros en San Miguel de Allende, Guanajuato, estamos creando un proyecto de bibliotecas móviles y me gustaría saber si el proyecto de bibliobús sigue activo y también me interesaría conocer algunas de las estrategias que les han funcionado para que el proyecto sea exitoso. Muchas gracias y nuevamente felicidades!
Estimada Ilse, en primer lugar mi enhorabuena por su proyecto para crear bibliotecas móviles en San Miguel de Allende, pensamos que será una iniciativa muy beneficiosa para su comunidad, en todos los sentidos: centro de recursos, garantes de la igualdad de oportunidades, instrumento de socialización,… Contestando a su pregunta, en España contamos con 85 bibliobuses gestionados por 35 servicios. Su aceptación por los habitantes a los que sirven en plenamente exitosa, en lo que influye su propia naturaleza, su carácter de cercanía y complicidad donde los bibliotecarios aportan mucho, y suplicar las carencias espaciales y temporales con las nuevas tecnologías. En resumen, se concibe al Bibliobús como una biblioteca pública que se desplaza, a partir de ahí, sus servicios han de ser, al menos, los mismo y de similar calidad. Tiene amplia bibliografía a texto completo en la web de la Asocación de Profesionales de Bibliotecas Móviles de España (ACLEBIM): http://www.bibliobuses.com/lasbibliotecasbibliografia.htm, aparte de las consultas que quiera hacernos, puesto que seguimos a su entera disposición. Muchas gracias por sus amables palabras. Un saludo muy cordial.