Clubes de lectura desde los bibliobuses

Los bibliobuses como cualquier otra biblioteca pública no deben renunciar nunca a dotar a sus usuarios de todos los servicios a su alcance. Este es el caso de los clubes de lectura, una de las soluciones más sencillas y a la vez más exitosas para el fomento del hábito lector.

La especial naturaleza de los servicios bibliotecarios móviles, a partir de sus carencias en espacio físico y en tiempo de estancia con los usuarios, dificulta la organización de clubes de lectura tal como los venimos entiendo en su formato tradicional, si bien, ello no ha de ser un obstáculo insalvable para lograr otras fórmulas igualmente válidas.

Aunque las soluciones viables serán tantas como la imaginación dé de sí, en este post vamos a exponer varios modelos, a modo de ejemplo, de cómo se vienen desarrollando los clubes de lectura en el ámbito de los bibliobuses.

La fórmula más sencilla es la que se viene desarrollando por la Red de Bibliobuses de Castilla-La Mancha, donde los clubes de lectura se crean e impulsan desde los propios servicios móviles, así como su coordinación y la formación de sus integrantes en pro de la consolidación de cada club. También son los bibliobuses los que proporcionan las obras objeto del club en suficiente número de ejemplares.

Por su parte, los ayuntamientos a los que pertenecen las localidades donde se establece cada club colaboran aportando los lugares de reunión, la difusión, y alguna vez la participación de miembros de la corporación.

Los Bibliobuses de la Comunidad de Madrid también cuentan con clubes de lectura desde 2010, presentando una división por edades entre infantiles y juveniles, y adultos.

Los servicios móviles proporcionan de antemano una documentación básica de carácter orientativo formada por unas guías de recursos para el coordinador y también para los lectores, y un cuaderno de notas para estos últimos. También se encargan de dotar a los clubes con los ejemplares precisos de las obras objetos de los mismos.

Los clubes para niños y adolescentes presentan menos dificultades en su constitución, ya que suelen contar con los espacios escolares para su desarrollo y personal de los centros educativos para la coordinación.

En el caso de los clubes para adultos, los coordinadores son voluntarios de entre los propios lectores de cada localidad, y son los ayuntamientos los encargados de disponer de un espacio propicio para las reuniones.

Merecen destacarse casos como el Club de Lectura de San Martín de Valdeiglesias, constituido por personas procedentes de hasta cinco localidades cercanas.

Clubes de lectura en bibliobusesEl Bibliobús Garrigues-Segrià fue una de las diez primeras bibliotecas que inauguraron los clubes de lectura virtuales puestos en funcionamiento por la Generalitat de Cataluña en 2013. Efectivamente, el uso de herramientas 2.0 desde este bibliobús de Lleida hace posible el desarrollo de lectura compartidas entre usuarios de distintas residencias, que tampoco precisan concordar sus horarios para poder intervenir.

Aunque el Bibliobús Garrigues-Segrià ya prestaba apoyo al club “Grup de lectura 23 de abril” en Llardecans, con la utilización de la plataforma digital ReadGroups ha conseguido trasladar al ámbito virtual todas las acciones propias de cualquier club de lectura, valiéndose para ello de herramientas como el chat, debates, encuestas, así como la complementariedad de Twitter, Facebook y YouTube.

Los ejemplares los proporciona el propio bibliobús, que los hace llegar a los lectores en cada ruta, procedentes de distintas partes del sistema catalán de lectura pública; mientras, la plataforma corre de parte del Servei de Biblioteques de la Generalitat.

Las obras son propuestas desde el Bibliobús, cuyos miembros se ocupan de la administración del club, entre lo que se incluye la aportación de la información sobre las obras en proceso de lectura, así como de incentivar la participación de los lectores. Todo ello con la ausencia de la figura de coordinador, puesto que el club funciona como una verdadera red social, hasta el punto de que no todos sus miembros son usuarios del bibliobús.

Los Bibliobuses de León han puesto en práctica durante 2016 su primer club de lectura con unas características mixtas, donde se combinan lo presencial y lo virtual a la vez, gracias a su inclusión en el rico programa lector de la Biblioteca Universitaria “San Isidoro” de la Universidad de León “tULEctura”.

El club, resultado de la colaboración Biblioteca Universitaria-Bibliobuses, se vertebra en torno al Blog del programa universitario de promoción lectora, al que se le ha dotado de una sección propia bajo el título “Leemos con el bibliobús”, espacio donde se aportan orientaciones y otros datos de interés sobre la obra, su autor y la forma de participación.

Las capacidades tecnológicas de la Biblioteca Universitaria hacen posible que las reuniones presenciales, desarrolladas en sus propias instalaciones, se ofrezcan en streaming, queden grabadas y se puedan seguir e intervenir también por Twitter.

En esta ocasión la coordinación del club recae en el personal de los Bibliobuses, los cuales también proponen las obras y las distribuyen en ruta a los usuarios interesados. La presencia del autor en alguna de las reuniones con los lectores es fundamental.

Los clubes de lectura son instrumentos capaces de aumentar el hábito lector y la sociabilidad de sus usuarios en torno a los libros; sus beneficios y su sostenibilidad son alicientes suficientes para que estén presentes en todos los bibliobuses.

Más información:

Roberto Soto

Colaborador en Biblogtecarios. Jefe de Bibliotecas en la Diputación de León y Presidente de la Asociación de Profesionales de Bibliotecas Móviles de España (ACLEBIM). Convencido de la Biblioteca Pública e incondicional de los Bibliobuses.

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