Los momentos de bonanza son raros en el ámbito cultural, especialmente en el de titularidad pública, incluso cuando la economía va viento en popa, o en épocas subvencionadas en pro de la reconstrucción, como la de ahora, en las que el objetivo preferente es la industria cultural (qué término tan impropio para la cultura…)
Es difícil reparar en la relevancia de aquello que te acompaña de por vida, como la salud, la vivienda o la biblioteca. Lucen más eventos efímeros de portada periodística o de flashazo instantáneo que en seguida pasan a engrosar el oscuro cementerio del olvido. La biblioteca se perjudica de este fenómeno cuando los poderes públicos no le dedican mayores esfuerzos presupuestarios y cuando los ciudadanos no los exigen.
Sin embargo, en las bibliotecas móviles podría parecer que, durante los últimos meses, esta tendencia no las afecta. Posiblemente sea la excepción, pero hemos de reconocer con alegría que asistimos desde no hace mucho al nacimiento de nuevos bibliobuses y al anuncio de otros tantos en España.
El crecimiento de la flota nacional viene acompañado por un cambio de tendencia, especialmente llamativa en el tipo de vehículos y en la forma de trabajar con ellos.
Ya ha llovido desde el III Congreso Nacional de Bibliotecas Móviles (2007), donde por primera vez tuvimos la ocasión de conocer y examinar in situ un bibliobús procedente de Portugal, concretamente el del municipio de Proença-a-Nova. Se trataba de una biblioteca móvil instalada en una furgoneta, cuyo bibliotecario también se ocupaba de la conducción.
La tendencia española en ese momento era la utilización de autobuses de entre 9 a 12 metros de longitud para acondicionarlos con todo lo necesario para prestar un servicio bibliotecario de calidad, que estaba a cargo de dos profesionales: uno se ocupaba de la biblioteca, y otro dedicado a la conducción, bien compartiéndola con labores de auxiliar de biblioteca, bien de forma exclusiva. Ahora, con el nuevo modelo de bibliobús, sólo se precisa una persona que lo atienda, es decir, a la figura del profesional de bibliotecas se le añaden las funciones de conducción.
Esta fórmula ha continuado hasta nuestros días, siendo la dominante hoy, sin bien, aquel Congreso de 2007 en Guadalajara fue la primera toma de contacto con un nuevo modelo que sería adoptado poco después en el crecimiento de la flota de Castilla-La Mancha.
Aún hoy, la red de carreteras secundarias en nuestro país no está lo suficientemente preparada para soportar vehículos de gran tonelaje, así como el urbanismo de muchos pueblos, cuyas calles no facilitan el paso de caminos o autobuses grandes. El nuevo modelo de bibliobús-furgoneta era la solución idónea para vencer estos problemas. Sin embargo, se ha sumado un nuevo y grave condicionante a este contexto, como es la despoblación, que no sólo aconseja acortar los tiempos de parada sino también medidas espacialmente más acondicionadas a la nueva situación.
Esta es el nuevo modelo que comparten todos los bibliobuses españoles que han nacido, o están en periodo de gestación, de un tiempo a esta parte.
Navarra.
Tras la puesta en marcha de la Biblioneta del Proyecto Berragu, en 2019, se acaba de inaugurar en este 2022 el Bibliobús de Tierra Estella, dedicado a la localidades de esta comarca. Navarra, una región que hasta hace poco no contaba con bibliobuses pese a la orografía de su territorio y la dispersión poblacional de muchos de sus núcleos.
Castellón.
La provincia de Castellón ya cuenta con dos Bibliobuses, desde la presentación del nuevo servicio el pasado junio. El nuevo Bibliobús hará llegar los servicios bibliotecarios públicos a nuevas comarcas hasta ahora privadas de este derecho. Ha sido un parto perseguido desde hace más de diez años, que por múltiples circunstancias se vio interrumpido en varias ocasiones hasta que por fin ha visto la luz.
Valencia.
La Diputación de Valencia viene trabajando desde hace más de un año en un proceso administrativo complejo, pero modélico, para la puesta en marcha de dos nuevos Bibliobuses, posiblemente en 2023. Se tratará de dos furgonetas, pero con un diseño absolutamente novedoso en nuestro país, que esperamos ya ansiosos para conocerlas de primera mano.
Salamanca.
Tras la repercusión de la integración en los Bibliobuses salmantinos de servicios bancarios por medio de cajeros automáticos, la Diputación de esta provincia ha considerado aumentar la actual flota de tres Bibliobuses con un cuarto, de menores proporciones, pero también dotado de cajero expendedor de dinero.
Galicia.
El mismo presidente de la Xunta de Galicia, el pasado julio, anunció la creación de dos nuevos Bibliobuses respectivamente para Lugo y Orense. Resultado del II Mapa de Bibliotecas Públicas de Galicia, se concibe esta medida como un proyecto piloto que podría traer muchos más efectivos en un futuro. Galicia ya contó con Bibliobuses, el último de los cuales, de la provincia orensana, fue suprimido en 2007.