Adivina quién viene esta noche (Mobile Cinema)

Cine ambulanteEn el afán por satisfacer las necesidades de los usuarios, las bibliotecas públicas no reparan en los soportes ni en los lenguajes de sus documentos. En este sentido, si vivimos en una sociedad audiovisual, en la que gran parte de sus productos se crea o se convierte en imágenes, la biblioteca pública está obligada a participar activamente en ello: bastante triste es ya de por sí que nuestro(s) sistema(s) educativo(s) apenas contemple(n) la educación para la comprensión visual, o que nuestros escolares y bachilleres carezcan de cultura cinematográfica, máxime cuando el cine es, por nacimiento, temas y lenguajes el arte de nuestro tiempo.

Aunque las bibliotecas, en sus actividades de animación y otras, pueden programar proyecciones, el mayor consumo de cine en su seno se obtiene en forma de producto para llevar, es decir, destinado a su disfrute en el hogar mediante el préstamo.Flota de cines ambulantes

Como estamos en Navidad, y se estila eso de regalar y especialmente que algún ser mágico se llegue a nuestras casas con una sorpresa fantástica, vamos a contar hoy una experiencia ya pasada pero no lo suficiente como para haber perdido ese halo de fascinación.

La historia comienza cuando a finales de la década de 1960 el Ministerio de Tecnología del Reino Unido, haciendo gala de los últimos avances de la industria británica de la época, construye siete vehículos especialmente equipados para procurar proyecciones cinematográficas de forma ambulante.

Interior de cine ambulanteSe trataba de unos camiones y sus correspondientes remolques totalmente novedosos, con carrocería de acero, sistema de proyección cinematográfica por control remoto y posibilidad de desplegar pantallas suplementarias, pero que sobre todo destacaban por albergar en su interior una completa sala de cine, de veintidós butacas, y, por su misma seña de identidad, una burbuja gigante de plexiglás sobre la cabina de conducción, que contenía la sala de proyecciones.

El objetivo perseguido con este programa de cine ambulante era doble, por una lado se pretendía desterrar las secuelas negativas de la guerra todavía presentes en la sociedad del momento, y por otro lado acercar la producción cinematográfica británica al medio rural, al tiempo que crease un nuevo hábito en su población.

Los siete cines móviles se desplazaron por pueblos y fábricas de todo el país hasta que el Gobierno clausuró el programa y los vendió en 1974.

Después de muchas vicisitudes, abandonos y diversas restauraciones en 2010 se puso de nuevo en marcha el único cine móvil conservado de losCine ambulante restaurado siete originarios. Dotado con todo tipo de avances técnicos en la proyección de imágenes y en la emisión del sonido, volvió a desarrollar su labor en el suroeste de Inglaterra, como parte de un proyecto del Museo de Barnstaple & North Devon, y también con la posibilidad de contratación privada.

Afortunadamente su testigo también ha sido recogido por otros programas como Cinemobile, que desde 2001 recorre los pueblos de Irlanda.

Desde una perspectiva más internacional se encuentran otras  iniciativas como la de DJT, organización que, entre otras acciones, utiliza el cine para tratar de ponerle fin a la guerra en los lugares mismos de conflicto; o la Mobile Cinema Foundation, que propicia la concienciación y el debate como puntos de partida para el cambio en las personas y las colectividades a partir del cine.

Más información:

 

Roberto Soto

Colaborador en Biblogtecarios. Jefe de Bibliotecas en la Diputación de León y Presidente de la Asociación de Profesionales de Bibliotecas Móviles de España (ACLEBIM). Convencido de la Biblioteca Pública e incondicional de los Bibliobuses.

2 respuestas a «Adivina quién viene esta noche (Mobile Cinema)»

  1. Si se hubieran conservado dos el lugar de uno ya lo habrías acaparado, que engañas con tu apariencia sosegada, pero que te mueves que da gusto. Y doy constancia de ello ante notario, si es preciso.

    1. Muchas gracias, Julio, por tu fe en mí. La verdad es que este tipo de servicios son tan fundamentales como los bibliotecarios, pues son una auténtica opción a la invasión televisiva de ínfima calidad.

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