Poetry Slam: la poesía subida a un escenario

Para despedir la semana, hoy traigo por aquí un formato poético que, seguramente, sirve como herramienta de fomento de la lectura y la cultura en general. Se trata de los Poetry Slam, que sirven desde hace años, de fuente de inspiración y expresión de emociones basados en el uso de la palabra sin importar el lugar en el que se celebren.

Hace un tiempo, en 2014, nuestro compañero Rafael Ibáñez hablo de ello en su post Del libro en Youtube: de youtubers y otros versos y lo traigo para dar una nueva vuelta al fenómeno.

Origen del Poetry Slam
Tal y como se conoce hoy, el Poetry Slam surgió a mediados de la década de los 80 del siglo pasado, en la ciudad estadounidense de Chicago, gracias al afán innovador de Mark Smith, un poeta y obrero de la construcción, que estaba un poco cansado del ritmo aburrido y monótono de los recitales tradicionales de poesía en los que solía participar.

Su idea consistía en convertir los recitales de poesía en competiciones siguiendo el estilo de las ligas deportivas, con eliminatorias en cada ronda. En cierto modo, me recuerda en algo al circo romano, porque el público asistente es el que decide la puntuación de cada poema y la actuación de cada poeta o slamer.

El reglamento establece que quien sube al escenario debe ser el autor de la pieza recitada y defender su texto en el escenario controlando algunos aspectos como el movimiento y el tono de la voz, durante no más de 3 minutos y conseguir captar la atención del público y, sobre todo, la de los jueces elegidos al azar entre el mismo.

El formato propuesto por Smith se ha extendido por países de todo el mundo a lo largo de los años: México, Alemania, República Checa, España, conformando una red y una competición a nivel internacional. De este modo, el ganador anual de cada ciudad, competirá en la edición nacional y éste representará a la nacional en la competición continental y posteriormente en la intercontinental.

Poetry Slam en España
Por aquí se celebran Poetry Slam desde 2009, casi una década lanzando versos al aire. Los primeros Poetry Slam fueron organizados por el Instituto Goethe de Madrid y cuando la institución dejó de hacerlo, los poetas, que ya estaban totalmente enganchados al formato, crearon la Asociación Poetry Slam Madrid y siguieron la estela marcada hasta día de hoy, que continuan con su programación estable el primer miércoles de cada mes en la sala El Intruso.

Los Poetry Slam en España se reparten por toda la geografía, una veintena de ciudades cuenta con su propia “liga”: Barcelona, Toledo, Córdoba, Sevilla, Móstoles, Madrid…. Desde sus inicios tanto el número de participantes: slamers, poetas, no ha dejado de crecer y el número de público asistente tampoco. Las redes sociales han ayudado a la viralización de este movimiento, que abre el camino a muchas y diferentes poesías

En palabras de algunos de los organizadores reconocen que en España hay más libertad, en parte porque los participantes no viven de ello. En Alemanía, por ejemplo, la mayoría de slamers, entre los que algunos consiguen importantes ingresos económicos por ello, siguen los mismos patrones para conseguir el “éxito” para la que han establecido una especie de “fórmula magistral” que les funciona con el público.

Aunque en los años 80, pudiese parecer un formato muy moderno, a día de hoy, lo asocio (sin llegar a tanto, por supuesto) con los recitales y performances que hacían los poetas de la Vanguardia Rusa, como Vladimir Mayakovsky, posteriormente con las peleas de gallo de rap y hip-hop y por último, como no, con los Spoken Word de los que ya hemos hablado en otras ocasiones por aquí  y por aquí en Biblogtecarios.

La primera vez que asistí a un Spoken Word fue en una librería y la segunda fue en una biblioteca. La primera vez que asistí a un Poetry Slam fue en un bar, quizá la próxima ¿será en una biblioteca? Lo que importa es encontrarse con más actividades como esta sin importar mucho el lugar, pero ¿os gustaría llevarlo allí? La cultura está en el aire 😉

Rebeca Hernández

Codirectora en BiblogTecarios Documentalista especializada en audiovisual, fotografía y fuentes históricas. Además me interesa la edición, la gestión cultural, las iniciativas digitales y las acciones colaborativas.

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