En abril han sucedido una serie de circunstancias relacionadas con el acceso a los archivos históricos que han llamado mi atención. No suelo hablar de este tipo de instituciones, pero suelo consultar sus fondos por diversos motivos y considero que son una fuente de información fundamental para conocer la situación actual, pasada y futura de nuestro país y son símbolos de democracia y transparencia.
En los primeros días del mes, saltaron las alarmas avisando de la inminente decisión del Ministerio de Defensa y puesta en marcha de clausurar el acceso a toda la documentación clasificada como secreta o reservada independientemente de su antiguedad relacionada con la Guerra Civil Española, que hasta ese momento era de acceso público, acogiéndose a la Ley de Secretos de Estado de 1968.
Esta decisión frenaba los trabajos de investigación dedicados a reconstruir la historia del último siglo en España, paralizando una vez más la recuperación de la Memoria Histórica y evitando dar un punto de vista lo más objetivo y amplio posible.
A ello se suman una circunstancia paradójica más, el hecho de que hay documentación que se encuentra duplicada en diferentes archivos y que ésta se puede ,o no, consultar dependiendo del Ministerio de la Administración Pública al que pertenecen. Así se da la situación de que un mismo expediente se puede consultar en el Archivo Histórico Nacional o Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, depedientes ambos del Ministerio de Cultura, pero no en el Archivo General Militar de Ávila, que está adscrito al organigrama del Ministerio de Defensa.
Las reacciones no tardaron en llegar y el debate entre archiveros, historiadores y cargos políticos saltaron en prensa y redes sociales:
- Los archivos militares bloquean de repente el acceso a toda su documentación histórica marcada como clasificada (Público, 8 de abril de 2018)
- Cerrojazo militar a los archivos de la Guerra Civil Española (El País, 11 de abril de 2018)
- El Ejercito da marcha atrás y volverá a permitir el acceso a los documentos militares clasificados (Cadena Ser Ávila, 12 de abril de 2018)
- Documentos secretos, destruidos o manos de franquistas: la batalla de los investigadores por la memoria histórica (eldiario.es, 13 de abril de 2018)
- Cospedal: „Documentos de la Guerra Civil no se desclasifican por falta de medios“ (eldiario.es, 17 de abril de 2018)
- El decisivo papel de los archivos miltares (Público. Blog Verdad, Justicia y Reparación, 21 de abril de 2018)
De un día para otro, ese intento de prohibir el acceso a esos documentos quedó paralizado. Sin embargo, a raíz de esta situación, han saltado a la palestra otros problemas más profundos que se vienen arrastrando de manera sistemática en la Red de Archivos Estatales -ya sean de uno u otro Ministerio-, como los recortes permanentes en el presupuesto y la escasa dotación de personal que sea capaz de gestionar de manera eficaz el volumen de documentación que custodian y de la que deberían facilitar el acceso y la difusión de todos ellos.
El proyecto #AllezDemocracy
En el lado opuesto, encontré el siguiente proyecto colaborativo digital que el Portal Europeo de Archivos (APE), que se está desarrollando con motivo de la celebración del Año Europeo del Patrimonio Cultural en 2018, #AllezDemocracy.
Esta red de archivos asociados a la Europeana ha elegido el término «Democracia», en toda su extensión, por el peso que tiene en la historia del continente como motor de cambio político y social a lo largo los siglos. En este caso, los archivos son los responsables de la elección de documentos y de realizar las contribuciones períodicas de aquel material que hace referencia a la ideas y puesta en práctica de la democracia en los diferentes países, a través de las redes sociales bajo la etiqueta #AllezDemocracy.
A día de hoy, el proyecto se encuentra en el ecuador de su desarrollo. Desde septiembre de 2017 a través de las redes sociales de Archive Portal of Europe (APE) alterna entre sus publicaciones, dos veces por semana, posts relacionados con la democracia europea: el sufragio universal y los derechos de la mujer, la implementación de sistemas justos / limpios y las instituciones y burocracias eficientes, etc. La propuesta se ha convertido un éxito inesperado de contribuidores y visitantes. Han recibido más de 100 documentos de 25 países. Los documentos abarcan desde el XII hasta los años 90s del siglo XX, y proceden de toda Europa, desde Georgia a Portugal, de Islandia a Malta, con unas 2.000 visualizaciones por post.
A la vista de los acontecimientos de nuestra vida diaria no podrían haber elegido un término de mayor calado para visibilizar la labor y el valor de los archivos históricos.