Del libro en YouTube (I)

BookTubeDe algún modo, todos somos conscientes del potencial que YouTube ofrece para viralizar —casi estoy por escribir “difundir hasta el paroxismo”—las imágenes más absurdas y hasta las más anodinas. Aquellos antiguos Vídeos de primera encontraron su lugar definitivo en la plataforma hoy propiedad de Google y hasta los programas de televisión que han venido a sustituir a aquél —baratos subproductos del archivo propio de la cadena o del zapeo entre la competencia— suelen incluir una sección dedicada a vídeos pretendidamente ingeniosos o divertidos. Pese a sus iniciales reticencias, las casas discográficas pronto comprendieron que esta plataforma era un instrumento ideal —y además muy económico— para difundir los videoclips de sus lanzamientos, independizándose así de la política de programación de las cadenas de televisión generalistas y aún especializadas como MTV, que se ha visto obligada a diversificar la oferta de su parrilla. De YouTube saltaron a las emisoras de radio y las pistas de baile éxitos tan incomprensibles como Gangnam Style, que ya ha superado los 2.000 millones de reproducciones y cuenta con gran cantidad de parodias y versiones, entre las que no faltaron las de ambiente bibliotecario. Algunos intérpretes hoy millonarios comenzaron haciendo sus pinitos ante una cámara doméstica de vídeo, sin la que kidrauhl no sería el fenómeno de masas que hoy conocemos, cuyos pasos pretende seguir el murciano Xuso Jones.

Entre las personalidades en YouTube existen jóvenes que han hecho de la publicación de vídeos en esta plataforma una profesión. Descubrí los youtubers profesionales en la mesa redonda programada en la última edición de iRedes, en la que casi adolescentes como Wismichu y aLexBY11 expusieron su experiencia de la mano —eso sí—de partners estratégicos. En la mayoría de los casos, estos youtubers han adquirido su renombre subiendo gameplays — es decir, partidas de videojuegos— en los que muestran habilidades y trucos para superar dificultades y alcanzar niveles superiores. También son famosas las youtubers girls que ofrecen tutoriales con miles de trucos de belleza y estilismo, como la millonaria —en seguidores— Michelle Phan o las más modestas ConTolStyle, Sara Sabaté y aiShaWari, sin olvidar a isasaeweis, que incorpora a su canal además recetas de cocina, siguiendo así la estela de profesionales como elcocinerofiel o Universitariocook.

Aunque parezca sorprendente, el mundo del libro no es ajeno al fenómeno de esta plataforma. Y no me refiero al hecho de que alguno de estos profesionales de YouTube hayan publicado algún libro, como elrubius, que rompió esquemas en la pasada Feria del Libro de Madrid con El libro troll. Ya en esta bitácora Eli Ramírez se ha ocupado recientemente de los booktrailers, una nueva herramienta de promoción comercial que no es sino un trasunto de las empleadas por las industrias discográfica o cinematográfica. Más acorde con la filosofía propia de las plataformas sociales es la comunidad de booktubers, adolescentes que comparten las sensaciones de sus lecturas más recientes mediante video reseñas informales, con la frescura propia de su edad. The BookTube Network tal vez sea una buena muestra de este fenómeno, en el que participan booktubers como Ariel Bissett o Elizziebooks, cuyos suscriptores —sin alcanzar cantidades míticas—se cuentan por decenas de miles. Conscientes de su popularidad, algunos incluso han sido capaces de apadrinar pequeños proyectos solidarios, como el de coziteareads para poner en marcha una biblioteca escolar en Sierra Leona.

Surgido en el ámbito anglosajón, éste de los booktubers parece haber enganchado entre los jóvenes hispanos, hasta el punto de saltarse los límites de YouTube para extenderse por Twitter y Facebook, en donde incluso existe un premio anual. México, Chile y Perú cuentan con potentes comunidades, sin desdeñar la importancia de españolas como LuaLunera, La Estanteria de Ithil o María y Cris, las creadoras de Viviendo entre páginas. Aunque se trata mayoritariamente de chicas, entre los booktubers figuran también chicos entusiasmados por la lectura, como Albert R., miembro de la comunidad mexicana y autor de “Booktube”, el documental.

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En realidad, los booktubers no se limitan a publicar video reseñas, aunque éste sea el formato más habitual. Algunos refieren elaborar booktags, vídeos en los que plantean una serie de preguntas sobre una temática concreta para que sus seguidores propongan lecturas; otros se inclinan por el bookhaul, vídeo mensual en el que muestran los libros adquiridos en ese período y explican por qué los compraron; por el unboxing, mostrando la emoción que les embarga antes de desempaquetar los libros comprados; por el TBR (to be read), formato en el que presentan los libros que esperan leer próximamente; o por el wrap up, exponiendo su experiencia de lectura a lo largo del último mes.

Iconos para BookTuberResulta muy significativa la espontaneidad de este fenómeno, que está creciendo prácticamente huérfano de otros impulsos que no sean la pasión por la lectura de los mismos booktubers. Sólo muy recientemente empiezan a surgir algunos proyectos que tratan de promoverlo, conscientes del potencial que tiene YouTube para la animación a la lectura. Es el caso del IES S’Agulla en Blanes (Girona), en el que María José Reina —profesora del Departamento de Castellano—animó a sus jóvenes alumnos a ejercer de youtubers durante este último curso e incorporó las vídeo reseñas al blog que mantiene para su actividad docente, En nuestra clase de lengua. De esta manera, pretende alcanzar unos objetivos que, según los profesionales de las escuelas públicas de Springfield —que mantienen su propio canal booktube— son:

  1. promover la lectura y la alfabetización;
  2.  cultivar la cooperación, la innovación y la creatividad del estudiante;
  3. aumentar las habilidades técnicas y de producción de los estudiantes;
  4. fomentarlas habilidades orales, de presentación y comunicación; pero sobre todo
  5. que unos chicos animen a otros a leer.

¿Por qué no intentar algo semejante en nuestras bibliotecas públicas, aprovechando la seducción que YouTube provoca en nuestros adolescentes, esos mismos a los que tanto nos cuesta atraer? No conozco muchas experiencias en este sentido, más allá de algunas referencias llegadas desde México, como un taller organizado en el Distrito Federal por la Biblioteca BS IBBY México / A leer o la BS-Biblioteca Infantil de Oaxaca. Proporcionar visibilidad a nuestros jóvenes lectores mediante esta plataforma puede servir sin duda para deconstruir esos moldes que constriñen la biblioteca a modelos pasados, hoy escasamente atractivos, que es tanto como decir poco atractivos. En torno a este fenómeno pueden diseñarse, además, diferentes actividades participativas, desde hangouts —videoconferencias a través de la aplicación de Google +— entre youtubers y otros usuarios a maratones de lectura, por señalar algunas posibilidades.

Quizá escuchándoles podamos animarnos a explorar las posibilidades de este nuevo fenómeno social en Internet:

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Este post me fue sugerido por la lectura del publicado en Infotecarios por Jacqueline Medina Suárez, «El fenómeno BookTube: la plataforma de los jóvenes lectores».

Rafael Ibáñez Hernández

Colaborador en BiblogTecarios Bibliotecario en la Biblioteca Municipal. Curioso de las nuevas tecnologías (aunque ya no sean tan nuevas), pero empeñado en mantener los pies sobre el suelo.

2 respuestas a «Del libro en YouTube (I)»

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