El Anuario ThinkEPI nació para recopilar todas las notas publicadas por el Grupo que le da nombre a lo largo del último año (revisadas y actualizadas hasta horas antes de enviar el manuscrito a la imprenta), añadiendo los hitos profesionales más importantes, algunas estadísticas básicas para medir la situación y algunos comentarios, con el claro propósito de ayudar a los compañeros de profesión -y a otros posibles interesados- a estar al día de tanto cambio vertiginoso que se está produciendo de forma continua en el ámbito de la información y la documentación.
Su lectura permite controlar de alguna forma cuanto sucede en nuestro entorno profesional, permitiéndonos recuperar aquellos conocimientos que se nos hayan podido escapar debido a nuestro trabajo del día a día. El panorama desplegado en forma de múltiples estados de la cuestión se hace de esta forma mucho más fácilmente abarcable, de manera que resulta más sencillo identificar pautas para tomar decisiones técnicas y estratégicas correctas en nuestro trabajo.
Crítica personal:
Con un complejo a la par que curioso proceso de evaluación y maduración de los textos originales, resulta evidente que el Anuario ThinkEPI se ha convertido en una crónica que refleja con toda fidelidad la evolución de la biblioteconomía, la documentación y otras ciencias e industrias de la información. Su lectura es, por tanto, no sólo recomendable, sino que me atrevería a manifestar que es casi una exigencia para todo aquel profesional con un mínimo interés en la autoformación y el aprendizaje permanentes.
Sintetizar en pocas palabras el contenido del último número publicado es una tarea a todas luces excesivamente ardua. Pero voy a limitarme a señalar algunas de las ideas clave que he podido extraer de sus más de 300 densas páginas, agrupadas conforme el esquema con el que se presentan los diferentes temas.
- Formación: El proceso de adaptación de las antiguas titulaciones al EEES no se encuentra aún totalmente cerrado y los cambios metodológicos para la estadística universitaria no parecen haber afectado aún de modo suficiente a la desagregación de titulaciones, de modo que resulta difícil percibir con absoluta claridad la tendencia de los últimos años. No obstante, se destaca la inscripción de la práctica totalidad e los grados en información y documentación en la rama de conocimiento de ciencias sociales y jurídicas o la aparición de los primeros programas de máster en información y contenidos digitales.
- Profesión: La crisis económica es el factor que ha intervenido con mayor determinación -y negativamente- en el desarrollo profesional de nuestro ámbito y su mercado de trabajo, con un notable incremento en el índice de paro respecto del periodo anterior. Al mismo tiempo, la web social ha hecho emerger nuevos perfiles profesionales que pugnan por hacerse un hueco en el seno de las organizaciones.
- Bibliotecas: La creciente demanda de los servicios bibliotecarios se enfrenta a un desigual ritmo en la implantación de las nuevas tecnologías y a la aún más grave repercusión de la crisis económica. Se señalan como tareas fundamentales de la biblioteca su papel como espacio de socialización y encuentro, fuente de acceso a la información gratuita para todos, la generación de contenidos locales y el cumplimiento de su papel formador en información y tecnologías sociales.
- Archivos: Aspectos como la normalización en la gestión documental, la preservación digital y el acceso ofrecen un panorama satisfactorio, lo que no óbice para que se precise un mayor esfuerzo en los aspectos formativos, la legislación archivística y la reutilización de la información.
- Gestión de información en la empresa: Que las empresas españolas se estén volcando en la web 2.0 está sin duda afectando a la gestión y el uso de la información, atisbándose un cierto incremento en la transparencia corporativa y la inteligencia competitiva, aspecto este último -sin embargo- al que aún son reacias las PYMES.
- Comunicación científica: La generalización de Internet está forzando una más que necesaria evolución de las técnicas y herramientas bibliométricas y los criterios de evaluación, al tiempo que se va asentando la cultura del acceso abierto. Por el contrario, los avances en interoperabilidad y datos enlazados resultan todavía muy insuficientes.
- Medios: La crisis económica y la transición del papel a lo digital (con novedosos desarrollos en Internet, como los dispositivos móviles o el “periodismo social”, que atraen audiencia y publicidad) son las principales causas de la turbulencia que sacude actualmente los medios. La televisión no ha conseguido esquivar las dificultades, mientras que la radio, quizá por su relativamente pequeño volumen de negocio, las va sobrellevando con cierta fortuna.
- Web semántica y bibliotecas virtuales: 2011 fue un año pródigo en la publicación de documentos para la definición del gran proyecto de la Agenda Digital Europea, Europeana -con una más que significativa aportación española-, al que se ha sumado el informe final del WC3 Library Linked Incubator Group. Por si esto fuera poco, el acuerdo suscrito entre Europeana y la Digital Public Library of America viene a refrendar la pertinencia de la senda elegida.
- Mercado, industria y sector información: Mientras que el Plan Avanza 2 está impulsando la reutilización de datos en la administración pública española, no ocurre lo mismo en las instituciones culturales, debido a la necesidad de generar métricas en torno al negocio para terceros, así como el temor al menoscabo de la atribución y la pérdida de potenciales ingresos. Por otro lado, la lectura digital está modificando profundamente los paradigmas del negocio editorial y, por ende, de la gestión bibliotecaria.
- Sistemas de información: La adopción de la ISBD consolidada ha sido un avance muy tímido frente a la creciente confirmación de la tendencia de adaptación de MARC21 para su uso con RDA y la futura aplicación de RDF para el diseño de un nuevo formato que sustituya definitivamente a la familia MARC. En cuanto a la web, el escaso desarrollo práctico de los open linked data retiene el avance de la enhanced publication, aunque el desarrollo del mercado de gestión de contenidos de sofware open source incrementa la capacidad para publicar información con mayor calidad, incrementándose incluso la oferta de “componentes de productividad” que ayuden a rentabilizar la presencia web, sin que por ello pueda hablarse con propiedad del declive de servicios aparentemente un tanto obsoletos como el correo electrónico.
- Tecnologías: En este último ámbito, la evolución es más que evidente: ampliación de los mercados de las grandes empresas de Internet, crecimiento del uso de los dispositivos móviles en detrimento de los PCs, convergencia de aquellos hacia dispositivos multi-experiencia (e-raders, tabletas, teléfonos, escáneres…), traslado de los servicios informáticos a la nube…
Difícil será que algún profesional no encuentre en este número del Anuario ThinkEPI alguna nota o comentario que suscite su curiosidad o interés, de modo que se ha convertido en una publicación de referencia obligatoria.
Por señalar algún “pero”, mencionaré dos pequeños detalles de fácil subsanación para futuros números. Y es que acaso la premura editorial no es suficiente para justificar que la referencia bibliográfica con que se abre cada nota esté incompleta (carece de la mención de las páginas), mácula sin duda achacable al impresor que debió ser subsanada antes de la entrada en máquinas y que resulta un tanto más llamativa por tratarse de la publicación que es. Por otro lado, siendo muchas las firmas reiteradas que aparecen al pie de las notas y comentarios, quizá hubiera resultado pertinente utilizar una misma fotografía para cada una de ellas, lo que facilitaría la identificación visual de los responsables. Dichas sean estas pequeñas aportaciones con la humildad del aprendiz.
Conociendo al autor:
Contactamos con Tomàs Baiget, editor y director del Anuario ThinkEPI.
¿Cómo nació y quiénes componen el Grupo de Estrategia y Prospectiva de la Información (ThinkEPI)?
La idea fue crear un mecanismo por el cual los profesionales españoles de ByD que tienen ya una cierta trayectoria escribieran artículos (cortos) analizando y reflexionando sobre temas de la profesión. Era una faceta poco cubierta, pues lo normal es escribir artículos (largos), con todo su aparato IMRYD. Los temas, tanto de investigación como descriptivos de productos-servicios, coinciden en ambos tipos de artículos, pero para ThinkEPI se pide un enfoque muy al grano y sobre todo tratando de verlos en perspectiva hacia el pasado -cómo han evolucionado- y en prospectiva hacia el futuro -qué se espera de ellos, cómo pueden impactar en la profesión y en la sociedad-. El hecho de que sean cortos y opinativos hace que sean mucho más amenos y fáciles de leer, y también, muy importante, comunican «experiencia».
La segunda intención de las notas thinkepi fue dinamizar la lista IweTel, razón por la que se envían por ella a medida que son escritas. Las notas pueden ser discutidas por los 5.600 miembros de la lista, en un proceso que se puede calificar de «open peer review».
El Grupo ThinkEPI inicial se compuso con la plantilla de evaluadores de la revista El profesional de la información. Más tarde se fueron incorporando otras personas. El requisito para entrar es haber publicado un número de artículos o libros.
¿Cuál es el objetivo del Anuario ThinkEPI?
El Anuario recoge cada año los alrededor de 50 thinkepis. La Redacción (y los autores) los actualizan, los revisan y añaden ilustraciones. Se complementa con una decena de states-of-the-art (informes de situación) encargados especialmente -que por lo tanto son inéditos-, y con resúmenes de otros informes anuales publicados en todo el mundo. Su objetivo es tener recogido lo más importante sucedido en el año, de manera que el lector pueda hacerse una idea de «casi» todo lo que hay que saber. Su gran valor es la inexistencia de «paja»: todo es grano.
¿Qué percepción tiene el Grupo de la recepción y aceptación de las notas que componen el Anuario? ¿Cómo afectan al conjunto de los profesionales de habla hispana?
Esta es una buena pregunta: en el Grupo no lo hemos analizado. Mi percepción es que el Anuario ayuda a sedimentar las ideas, comunica experiencia y nos dota a todos de más criterios para opinar con conocimiento de causa o para poder tomar decisiones. Probablemente no notemos ese conocimiento del que nos imbuye, pero leer lo que escriben los mejores, los que más saben de cada tema, nos da seguridad, nos afirma nuestro propio entramado de ideas.
Durante los años de existencia de este anuario, ¿se han confirmado las tendencias iniciales en información y documentación o se ha observado una determinada evolución?
Es difícil saber esto, pues existen muchos temas, cada uno de los cuales tiene sus propias facetas y a su vez, éstas sus propias tendencias. Si releemos el primer Anuario (2007) se puede observar que todavía conserva su interés y que -curiosamente- en estos 6 años ha envejecido muy poco.
Me resulta más fácil hablar de la evolución del mismo Anuario: a pesar de que al principio pretendíamos hacer unos thinkepis frescos y polémicos, luego los autores prefirieron hacerlos mucho más cuidados, con una bibliografía al final que sustentara sus ideas. Como consecuencia el Anuario ha entrado en la dinámica de las revistas «científicas»: está en la posición 8 sobre 33 revistas en el ranking de In-Recs por índice de impacto, y cada vez está siendo más citado. Además hemos creado un Consejo Científico de alto nivel internacional que revisa y da el OK final a las notas thinkepi. Ni que decir tiene que cumple los 33 criterios formales de Latindex.
EPI SCP ; Editorial UOC
Anuario ThinkEPI. Barcelona: EPI SCP ; Editorial UOC, 2007-. ISSN 1886-6344