A priori podemos pensar que la profesión bibliotecaria no entraña riesgo alguno para la salud o que los peligros a los que estamos expuestos en nuestros centros de trabajo son menores en comparación con cualquier otra actividad profesional en la que la persona ponga en peligro su integridad física. Pero cometemos un error no confiriéndole la importancia que tiene la prevención de riesgos laborales en bibliotecas, puesto que la salud en el trabajo es -y si no lo es, debería serlo- un elemento clave de la gestión y desarrollo de los recursos humanos.
Salud y riesgos en el trabajo
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Partiendo de esta definición, el trabajo debería potenciar los tres enfoques que engloba la salud: físico, psíquico y social.
Son cinco los grupos en los que podemos clasificar los riesgos para la salud en un entorno laboral:
- Condiciones de seguridad: derivadas de las máquinas, equipos, espacios de trabajo, instalaciones, electricidad, transporte y almacenamiento, entre otros.
- Medio ambiente físico de trabajo: abarca todos los contaminantes físicos del medio laboral como pueden ser la iluminación, el ruido, la temperatura y/o la humedad.
- Contaminantes químicos y biológicos: agentes químicos como polvo, gases, líquidos y seres vivos como bacterias, virus y protozoos.
- Carga de trabajo relacionada con el esfuerzo físico y/o mental.
- Organización del trabajo, que incluye elementos como tipo de trabajo, turnicidad, horarios, monotonía, estilo de liderazgo, planificación inadecuada, entre otros.
Si bien es cierto que el personal bibliotecario puede sufrir caídas a distinto o igual nivel y golpes o cortes derivados de las condiciones de seguridad en el entorno laboral, una gran parte de los riesgos están relacionados especialmente con el medio ambiente físico de trabajo, la propia carga de trabajo y la organización del mismo. No es mi intención restarle importancia a problemáticas vinculadas a la sobrecarga por la manipulación de libros y/u otros materiales, al mal del oficinista o a la fatiga visual, pero me gustaría centrarme en aquellos riesgos estrechamente relacionados con la cultura organizacional y el clima laboral. Riesgos que pueden derivar en casos graves de estrés laboral, en desmotivación del personal e incluso, en el denominado síndrome del Burnout o trabajador quemado.
Teniendo presentes los factores de riesgo, vemos que las causas que pueden ocasionar un problema de desmotivación, de estrés o Burnout son variadas y, de hecho, normalmente se origina por múltiples circunstancias que se producen de manera simultánea en el centro de trabajo. Entre ellas, el personal bibliotecario se puede encontrar con las siguientes:
- Excesiva burocracia
- Tareas rutinarias
- Ausencia de cultura de trabajo en equipo
- Falta de medios para realizar las tareas
- Poca o nula participación en la toma de decisiones
- Poco o nulo reconocimiento del trabajo
- Planificación inadecuada de tareas o, incluso, inexistencia de planificación
- Falta de información
- Problemas de comunicación
- Sobrecarga o infracarga de trabajo
El concepto de organización saludable
Para hacer frente a los problemas de salud laboral en bibliotecas derivados de estas causas, es necesaria la apuesta firme por parte de los mandos directivos de la organización de desarrollar un plan integral de salud en el centro de trabajo que aborde específicamente la prevención de riesgos psicosociales, así como también la apuesta por la formación en habilidades vinculadas a la inteligencia emocional y al trabajo en equipo. Estos son los pilares fundamentales para hablar de una biblioteca saludable.
¿Y qué entendemos por organización saludable? Marisa Salanova Soria, catedrática de Psicología Organizacional Positiva en la Universitat Jaume I, define las organizaciones saludables como
«aquellas que tienen formas y prácticas de estructurar y gestionar los procesos de trabajo que hacen que sus empleados (las personas) se sientan más saludables. Por tanto, estas organizaciones generan resultados relacionados con la excelencia organizacional como productos/servicios de excelencia, además de mantener relaciones positivas con el entorno organizacional y la comunidad«.
Más allá de la búsqueda de la efectividad organizacional, la organización saludable apuesta por la salud en el entorno laboral como valor estratégico y promueve el bienestar de las personas que en ella trabajan, haciendo del espacio físico un lugar inspirador y del grupo de personas, un equipo de trabajo. Este tipo de organizaciones se caracterizan además por:
- Facilitar información clara, honesta y sincera sobre las expectativas que se tienen de cada persona de la organización. Cada trabajador sabe de las tareas que tiene asignadas y el rol que desempeña en el equipo, pero tiene suficiente autonomía para desenvolverse dentro del centro de trabajo.
- Promover entornos de aprendizaje continuo. Esto es, se facilita y se estimula el desarrollo personal y profesional de los miembros de la organización.
- Facilitar la comunicación abierta, tanto descendente como ascendente, apostando por buenas prácticas como el feedback positivo, el reconocimiento social y la creación de un clima de confianza.
- Pensar creativamente y transformar las adversidades en retos, esto es, percibir cada obstáculo como una oportunidad para crecer y salir reforzados como equipo.
- La flexibilidad para adaptarse a los cambios. Como dice Tom Peters en una cita que recoge Francisco Alcaide, experto en liderazgo y recursos humanos, en su libro «Aprendiendo de los mejores» … hay que aprender a bailar con el cambio.
“Hoy más que nunca, gestionar el cambio es una necesidad imperante, y no hacerlo, un suicidio claro. Para ello, hay que aprender a aceptar la incertidumbre como parte del juego y desarrollar la flexibilidad, la curiosidad, la investigación y el estudio permanentemente para hacerle frente. De otro modo, es fácil verse paralizado por tanta novedad y cambio. Hay que aprender a bailar con el cambio. No hay otra opción. Tratar de controlarlo todo y buscar certidumbres a toda costa es caer en un estado de locura”.
Y para finalizar me pregunto, ¿en qué medida somos las bibliotecas organizaciones saludables? ¿desarrollaremos algún día planes integrales de salud laboral que aborden todas estas cuestiones?
Para saber más…
ALCAIDE HERNÁNDEZ, Francisco. Aprendiendo de los mejores: tu desarrollo personal es tu destino. Barcelona: Alienta, 2016.
ESPAÑA. Ley 31/1995 de prevención de Riesgos Laborales. Boletín Oficial del Estado, 10 de noviembre de 1995, nº 269, pp. 32590 a 32611.
GARCÍA GONZÁLEZ, Guillermo. Organizaciones saludables: Diez casos de éxito. [Barcelona]: Aranzadi, 2016.
ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO, [Web en línea]. [Consulta: 23 de mayo de 2017].
SALANOVA SORIA, Marisa. «Organizaciones saludables y desarrollo de recursos humanos». En: Estudios Financieros. Revista de trabajo y seguridad social: comentarios, casos prácticos, 2008, nº 303, pp. 179-214. ISSN 1138-9532.