Si algo me ha gustado siempre del mundo de las bibliotecas, es la posibilidad de tratar con numerosas y variadas personas. En el caso de la biblioteca pública este hecho se multiplica exponencialmente, haciendo de nuestros centros un organismo vivo donde podemos servir de gran ayuda a toda la sociedad que nos rodea.
En la biblioteca, como espacio básico de encuentro que es, el trato amable y fluido con la gente es algo, para mi, fundamental, por eso siempre me gusta emplear unas palabras con los usuarios a los que atiendo a lo largo de mis jornadas laborales. Bien es cierto que no puedes dedicar tanto tiempo como el que te gustaría, ni todas las personas lo requieren ni lo merecen, pero me gustaría que esto no se interpretara como una forma de pasar las horas, entretenerse o importunar a otros usuarios mientras esperan a ser atendidos. Como yo siempre digo, “esta no es la cola del pan”, por lo que usuarios: hablen, por favor. Hablen con sus bibliotecarios, o mejor, hablen entre ustedes.
No obstante la práctica diaria me ha llevado a tomar las siguienes precauciones que hoy quiero compartir con vosotros. Estas son mis recomendaciones para el trato fluido con nuestros usuarios:
1.- Neutralidad. Existe un tipo de persona que expresa con rapidez sus ideas políticas, creyendo que tú las compartes. Independientemente de que sea así o no, mantente neutral, porque si algo es una biblioteca es eso, un lugar en el que todas las ideas se respetan por encima de todo.
2.- No facilites información privada. Reconozco que recientemente he pecado de dar más detalles sobre mi vida privada de los que debería. A veces no es bueno, pues hay personas que no hacen buen uso de ello, y al final te ves obligada a cortar el trato de forma abrupta. Nada grave, pero que sí me ha llevado a esta reflexión y a ser más prudente.
3.- Temas a tratar: el tiempo, recomendaciones, actualidad. Existen muchos temas recurrentes sobre los que hablar. El tiempo es uno de ellos, de hecho, tengo una usuaria con la que siempre hablo de ello, despotricamos del frío y la lluvia, nos sonreímos y nos quedamos tan contentas. Las recomendaciones literarias y cinematográficas son otro filón. No pocas veces he descubierto maravillas gracias a muchos de nuestros usuarios. La actualidad también es un tema de los más candentes. Si es sobre política, recuerda lo de la neutralidad, el respeto y el morderse la lengua de vez en cuando.
Por todo ello y frente a la ardua normativa bibliotecaria basada en leyes, decretos y demás ordenes, para el acceso a la biblioteca pública pondría como condición sine qua non las siguientes actitudes:
1.- Ven sin prisa. Estás en la biblioteca. Este es tu momento de ocio, el momento del día que es únicamente para ti. Disfruta del silencio y piérdete entre las estanterías.
2.- Sonríe. Deja tu cara larga fuera. Estamos para ayudarte.
3.- Saluda a la bibliotecaria. Las prisas y el estrés diario hace que muchas veces olvidemos los bueno modales. Detrás del mostrador hay una persona que también tiene su vida y sus preocupaciones. Un «Que tengas un buen día» al despedirte, nos salva muchas veces la vida…
Y ahora vuestro turno. Estáis en BiblogTecarios: hablad, por favor.