¿El fin del ISBN?

Me he cruzado con un artículo interesante en The Economist. En él se habla de ese viejo conocido al que estamos acostumbrados a ver en los libros editados a partir de los años de 70, el ISBN (International Standard Book Number).

Originalmente de 9 dígitos fue creado por Gordon Foster profesor de Estadística del Trinity College en Dublin para ayudar a organizar el depósito de W.H. Smith (una importante cadena de librerías). ISO desarrolló el formato, utilizando 10 dígitos, y lo publicó como estándar (ISO 2108) por primera vez en 1970.  En 2007 se decidió utilizar 13 dígitos:
  • Un prefijo (978 o 979),
  • Un elemento de grupo de registro que identifica un área geográfica o un área lingüística,
  • Un elemento del titular que identifica al editor,
  • Un elemento de publicación que identifica la edición y
  • Un dígito de control
El artículo nos cuenta que en la actualidad 150 agencias en el mundo se encargan de distribuir estos códigos. Mientras que en algunos países como Canadá, Hungría o Croacia para darle un impulso al mundo editorial obtener un código es gratis, en otros países como Reino Unido, Estados Unidos o Japón  tienen un coste alto. Diez códigos en Reino Unido suponen £126 (aprox. 146€) y en Estados Unidos un solo código alcanza los $125 (aprox. 96€) a los que se suman unas tasas aparte para las nuevas ediciones.
El autor plantea la posibilidad de la desaparición del ISBN debida al aumento de la autoedición propiciado por las nuevas tecnologías (un 129% en Estados Unidos durante 2011) que termina con la mediación de una editorial, un distribuidor, una librería… La aparición de más alternativas para identificar a los libros como el ASIN de Amazon o el DOI (Digital Object Identifier) entre otros, y el hecho de que ciertas grandes empresas ya no pidan el ISBN para distrubuir el documento.
Para las bibliotecas, sin embargo, sigue pareciendo bastante útil tener un estándar común. Quizá una buena alternativa al ISBN sería el número de control de OCLC que aparece en cada registro de WorldCat y que ya se está utilizando mucho en Estados Unidos para localizar una edición particular de un libro en Google Books.

Natalia Garea

Trabajo en una biblioteca académica en Londres. Espero poder desarrollar mi carrera profesional en el sector de la Información, viajar y aprender mucho.

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