Saludos desde el Caribe Tropical.
Aquí andamos explorando, conociendo y estrenándonos en esta nueva etapa profesional. Bien, utilizaré mi primer escrito para dialogar con ustedes sobre el concepto del Bibliotecario Asesino. Leí el término del compañero Julián Marquina, y me pareció curioso, porque todos tenemos nuestro Bibliotecario Asesino ¡como Romeo tiene su Julieta, Batman su Robín y Pinky tiene a su Cerebro!
Dependiendo del país, así se le llama… desde “asesino”, hasta “technohaters”, “voldermorts” y “brujild@s” “vieja guardia”, etc. Pero analicemos un poco sus características, su presencia, sus motivos y su porque.
Como características de est@ Bibliotecario Asesino, tenemos a un ser humano, casi siempre adulto de la generación anterior, con una posible aversión a la tecnología y a la gran mayoría de las cosas novedosas. En muchas ocasiones son personas con “poder” lo que magnifica su estado de “asesino”. En resumidas cuentas, son “asesinos” de las nuevas ideas, del positivismo, del crecimiento profesional, y de enaltecer nuestro campo desde otra perspectiva. Este “ser” utiliza su poder, su “seniority” para desde ese estado esconder su realidad, la cual pudiera ser el miedo al cambio y a lo desconocido.
Su presencia…
La presencia del “Bibliotecario Asesino” es palpable… desde ojos furtivos como ratas entre los anaqueles, hasta ese viento gélido que nos puede recorrer el lomo en una noche de soledad en la Biblioteca. Poseen y destilan una energía negativa o peor se manifiestan como vampiros de energía. Así que mis queridos colegas, listas las cruces y los ajos…
Sus motivos…
Como antes mencionado el miedo, está entre sus motivaciones. Se puede mencionar también, angustia, envidia, rabia, muchas manifestaciones emocionales pueden obligarlo a ser asesino de ideas, pensamientos y progreso. Además de que aparentemente le provoca gran placer y morbo, entorpecer el flujo de buenos proyectos, sabotear ideas y hasta apropiarse de conceptos profesionales.
¿POR QUÉ, DIOS MÍO, POR QUÉ?… (imagine el estado de «angustia»)
Aunque suene a masoquismo, SIEMPRE, necesitaremos a ese “Bibliotecario Asesino” en nuestros entornos. Su presencia y motivos, nos recordaran a lo que NO debemos llegar. Nos creará la conciencia de que la Sangre Nueva, debe abrirse camino y estimular a otros a seguir con alegría el camino de nuestra profesión. O sea no están ahí solo para mortificar, tienen un propósito, además de la gran fiesta que se hace cuando se retiran.
Y ¿cómo se combate a un “Bibliotecario Asesino”?
A un ser de esta naturaleza, se le combate con ideas novedosas, con voluntad, con astucia, y con energía.
Debemos mantener una relación totalmente profesional con ellos. Esto es, solo el contacto necesario. Cuando haya un disgusto, no los enfrente como guerrero loco, enfréntelos desde el plano de las ideas, y en público… o sea mátelos a cuchillo de palo, haga caso omiso al último consejo. Recuerde, la razón no grita, la razón convence, aunque sienta usted deseos de agarrarlo por el pescuezo.
El ser excelentes bibliotecarios, bibliotecólogos o profesionales de la información, no significa ser tontos, significa que tenemos el poder de la información, de las palabras y de la estrategia para poder combatir a estos “asesinos” de la profesión.
Si tienes estrategias, otras características, anécdotas, o simplemente quieres sacar de tu pecho y gritar, tengo a mi «Bibliotecario Asesino” grítalo aquí! Juntos podemos crear una coalición Anti Bibliotecario Asesino y tener como estribillo, Jamás seré como Tú.
Para su deleite y angustia, incluyo el vídeo El Bibliotecario cortesía de @rafaeliba.
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