«En Egipto se llamaban a las bibliotecas el tesoro de los remedios del alma. En efecto, curábase en ellas de la ignorancia, la más peligrosa de las enfermedades y el origen de todas las demás”, dijo Jackes Benigne Bossuet, religioso, predicador y escritor del siglo XVII.
Las Bibliotecas son realmente un tesoro y como tal uno se alegra cuando lo encuentra. Y además necesita celebrar que ha encontrado algo precioso, algo que le hará tener una vida plena y feliz. Por eso, cada vez que llega el mes de octubre nos preparamos para celebrar una fiesta: la de las bibliotecas.
En las bibliotecas castellano-manchegas dedicamos este mes a innumerables actividades y actos que tienen como motivo central la propia biblioteca. La fiesta de la biblioteca, ese paraíso del que nos hablaba el gran Borges, también bibliotecario, tiene tantas vertientes y variantes como bibliotecas. En muchos casos se trata de celebraciones compartidas con los colegios, centros también fundamentales para la difusión de la cultura y el fomento de la lectura. En otros, podemos disfrutar de exposiciones, cuentacuentos para niños y mayores, encuentros con autores, de excursiones de otoño con clubes de lectura, de proclamación de manifiestos escritos por escritores invitados específicamente para la ocasión. Cada vez son más frecuentes las programaciones de actividades dedicadas a los usuarios que normalmente no se acercan a la biblioteca, precisamente para que las conozcan y las disfruten.
Cualquier actividad organizada para conmemorar el día de la biblioteca, enmarcada en el quehacer diario de cada una, desarrollada para los usuarios reales y potenciales de la misma, es idónea para enriquecer la vida que gira entorno a estos maravillosos lugares donde no hay límites para la imaginación, la creatividad, la variedad y la cultura. Lugares mágicos y acogedores, a modo de casas de delicioso chocolate, donde cualquier paseante solitario por el bosque puede estar tentado a pasar y «comer» alguno de los suculentos manjares que están a su disposición: libros que alimentan el alma para quienes sufren cualquier mal, tesoros que alegran la vida, llaves mágicas que abren el tesoro del conocimiento, pasarelas futuristas que cuentan historias posibles e imposibles…incluso podríamos hablar de manjares virtuales, que no tienen corporeidad pero de los cuales se puede disfrutar gracias a otros soportes y aplicaciones. Pero no nos asustemos, que dentro no vamos a encontrar a ninguna bruja devoradora de niños, no… Seguro que esas hace tiempo se desvanecieron en el olvido de algún estante abandonado. Ahora seguro que nos encontraremos a toda una legión de entusiastas bibliotecari@s que nos abrirán con gusto las puertas de esta casa que acogerá a esos paseantes ávidos de encontrar tesoros y vivir aventuras sin fin.
Preparaos, venid, acercáos todos. En octubre, cuando el otoño se asoma a las ventanas con cara de pocos amigos, las bibliotecas estamos de fiesta. Pasad y disfrutad, porque este mes, como siempre, celebramos que es nuestro día. Y queremos compartirlo con vosotros.