Las bibliotecas son una realidad cambiante y en constante afán por adaptación y ampliación de sus servicios, con el deseo de que los usuarios las sientan como un servicio necesario y que cubra sus necesidades.
Ya lo comentaba la compañera Fuensanta Martínez hablando de la importancia de los usuarios mayores en este mismo blog hace un tiempo, y ahora retomamos el tema por su creciente importancia en las actividades y servicios de las bibliotecas públicas.
Por eso, el post de hoy, va dedicado a explicar una de las iniciativas recientes dentro de la Red de Bibliotecas de Castilla-La Mancha, denominado Leer en compañía que ha tenido su precedente en el proyecto de Biblioteca Solidaria.
Según nos explicaba el coordinador provincial de Cruz Roja Española en Toledo, Antonio Dorado, el pasado viernes en una jornada técnica dedicada a este servicio que se está implantando en algunas bibliotecas públicas de la región castellano-manchega, hay tres palabras que definen este tipo de servicios, que son tren, telaraña y guante. Tren porque aunque supone mucho esfuerzo y bastante tiempo el poner en marcha estos proyectos poco a poco van ganando velocidad como los trenes. También funcionan a modo de telaraña pues tejen una red de personas implicadas en los proyectos que movilizan a profesionales de las bibliotecas, agentes sociales, voluntarios, auxiliares de ayuda a domicilio, concejales de los ayuntamientos, usuarios con necesidades y limitaciones muy concretas, y también porque es un trabajo en que la colaboración es fundamental para sacar adelante los proyectos. Y es como un guante que necesitas quitarte para aplaudir sobre todo a quienes hacen posible el acercamiento de la lectura a personas con dificultades para acceder a las bibliotecas porque emplean su tiempo, su ilusión y su cariño en prolongar los beneficios de la lectura a quienes no pueden acercarse en persona a las bibliotecas.
Como se ha comentado en el principio, se está poniendo en marcha en las bibliotecas de Castilla-La Mancha el programa Leer en Compañía, una iniciativa que surgió gracias a Cruz Roja Española y la Red de Bibliotecas Públicas de Castilla-La Mancha y que algunas bibliotecas, como la Biblioteca de Castilla-La Mancha, ya habían iniciado bajo la denominación de Biblioteca Solidaria. Surge este servicio bibliotecario como una oferta más a las necesidades de los usuarios con dificultades para acceder a las bibliotecas, sobre todo por motivos de movilidad y de dificultades de acceso, y nació de la necesidad de estos usuarios de seguir disfrutando de los beneficios de la lectura en sus domicilios.
Para poder hacer realidad este interesante proyecto era necesario contar con la formación y la disponibilidad de los usuarios de la Cruz Roja en cada localidad en la que se está llevando a cabo. Los mismos predecesores y responsables en todos los ámbitos han recalcado el papel fundamental de la motivación tanto de los bibliotecarios como de los voluntarios para conseguir dar el empuje necesario a la actividad. Porque cuando se consigue implicar a los voluntarios y por fin los usuarios demandan el servicio, leer en compañía se convierte en un beneficio más para afirmar que la lectura compartida es dos veces buena, que beneficia tanto al que da como al que recibe y que proporciona una gran satisfacción a quienes tienen la posibilidad de compartir esta experiencia.
Está más que comprobado que los primeros lectores tienen en las colecciones y los servicios de las bibliotecas uno de sus mejores aliados. También está demostrado que a lo largo de la vida todas las personas necesitan en un momento u otro de lo que una biblioteca puede ofrecerles, ya sea para su formación personal, para disfrutar de la lectura en tiempo de ocio, para completar su formación académica o en el desarrollo de capacidades para la comunicación o para conseguir acortar las barreras de la brecha digital o en la búsqueda de empleo y desarrollo personal. Ahora es el momento de tomar conciencia de la importancia de ofrecer la lectura a otros colectivos que acusan la soledad de las limitaciones propias de la edad avanzada o la discapacidad, como sucede en este servicio de la lectura en compañía.
Así pues, los elementos fundamentales para llevar a cabo este servicio, por otra parte muy minoritario pero que proporciona mucha satisfacción a los usuarios que lo demandan, son básicamente los que se enumeran a continuación:
- el voluntariado: son personas que se ofrecen generosamente a emplear parte de su tiempo en formarse como voluntarios, en hacer de intermediarios entre la biblioteca y los lectores y que también se implican personalmente en la atención a personas mayores que desean estar activos pero tienen diferentes impedimentos para acceder a la lectura directamente en las bibliotecas. Los voluntarios son la pieza fundamental para que este servicio esté en marcha.
- los usuarios: las características de este colectivo son muy concretas, pues han de ser personas mayores de 65 años con problemas de movilidad que desean disfrutar de los beneficios de la lectura y para ello solicitan que los voluntarios les acerquen a sus domicilios el material disponible para ellos que ofrece la biblioteca.
- el fondo: los materiales que se usan tienen características especiales, sobre todo son libros de letra grande para favorecer la lectura con contenidos amenos y variados, principalmente de cuentos, leyendas, relatos cortos, de temática local, o audiolibros.
- el material suplementario: la Cruz Roja ofrece lupas y atriles para mejorar la calidad de la lectura en los lectores que tengan estas necesidades.
- la motivación de los voluntarios, que es condición fundamental para dar un empuje a este servicio que en algunos casos además de llevar el material al domicilio del usuario, disponen de tiempo para comentar con el mismo las lecturas o incluso leerles en voz alta.
- las características del préstamo: el tipo de ejemplares seleccionados ofrece un período mayor de préstamo a los usuarios que precisan de más tiempo para la lectura de los materiales.
En definitiva, un servicio necesario para una población con características muy especiales que también desea disfrutar de la lectura, y mejor si es una lectura en compañía, como es el caso que hemos descrito en el post de hoy.
Muy bien lo de las lupas y atriles de la Cruz Roja, ahí han estado al quite. Sería buena idea que proyectos como éste se hicieran extensibles al bibliobús en zonas rurales, donde hay población con estas características y además lejos de las bibliotecas, ahí se ve realmente que los libros son vida