Es tiempo de descanso, de horarios relajados, de períodos de vacaciones y de cambio de costumbres, factores todos ellos que influyen en los hábitos de lectura de los usuarios de nuestras bibliotecas. Por eso, hoy reflexionaremos sobre las posibilidades que tenemos y podemos aprovechar para llevar la biblioteca a los lugares más alejados de la misma y que a la vez sirvan para acercar a los lectores a la biblioteca gracias a los servicios de extensión bibliotecaria.
Para aquellos que habitualmente son usuarios asiduos de las bibliotecas, normalmente basta con mantenerles informados de novedades, secciones habituales o nuevas, centros de interés o títulos recomendados. Pero para los usuarios que no acuden con frecuencia a la misma, es momento para ofrecerles de nuevo los servicios de la biblioteca del modo más atractivo y aprovechando los factores dichos al principio. Esto es la extensión bibliotecaria, el modo que tiene la biblioteca de salir de su espacio habitual y llegar a todos los rincones donde puedan interesar a los ciudadanos.
Ya sabemos que si Mahoma no va a la montaña, la montaña es la que va a Mahoma. Como bien dijo la compañera María del Carmen Sánchez Arnedo, si el lector no va a la información, la información va al lector . En este caso, la biblioteca es la que tiene que utilizar cuantos recursos están en su mano para que los usuarios disfruten de sus servicios y accedan al mundo sin límites que se les ofrece desde las bibliotecas. Pero en esta ocasión, hablamos de otras formas de ofrecer servicios que no son únicamente las habituales, dentro del espacio físico de las bibliotecas. Enumeraremos a continuación algunas opciones que podemos ofrecer desde cualquier biblioteca, sea grande o pequeña, especializada, universitaria, pública o simplemente punto de servicio.
- lotes en préstamo: se trata de selecciones de obras en diversos soportes que se depositan en préstamo temporal en distintas entidades con intereses afines a la biblioteca, por ejemplo para asociaciones culturales, colegios, centros de día, residencias de ancianos, ludotecas, piscinas, etc. Se trata de ofrecer lecturas y obras de consulta para lectores poco habituales de la biblioteca y sobre todo en lugares externos a la misma.
- bibliopiscinas y biblioplayas: ya mencionadas en anteriores ocasiones explicando cómo son las bibliopiscinas , resultan una excelente actividad de extensión bibliotecaria que ofrece lecturas refrescantes, ligeras, entretenidas y variadas a los lectores-usuarios de las piscinas durante el verano. También nos habló de este servicio Irene Blanco en su post sobre bibliopiscinas y biblioplayas y Julián Marquina en su blog nos detalla cómo cunden los ejemplos de biblioplayas en distintos lugares del mundo aunque no todos pueden ser considerados estrictamente servicio de extensión bibliotecaria como tal. Las claves para que esta extensión bibliotecaria sea efectiva son principalmente dos: la atención por parte de profesionales bibliotecarios y la adecuada selección del lote disponible.
- quiosco bibliotecario: se trata de un servicio de extensión bibliotecaria que ofrece fudamentalmente la lectura de periódicos y revistas, pudiendo también incluir algunos títulos de libros para niños y adultos además de títulos pertenecientes a la sección local. Este servicio trata de aprovechar los espacios públicos, igual que en el caso de los biblioparques del que después hablaré, para sacar de la biblioteca las publicaciones periódicas de interés para los usuarios. En definitiva es una extensión de la hemeroteca disponible en la propia biblioteca. Este servicio se lleva ofreciendo muchos años, con gran aceptación y uso por parte del público, en la Biblioteca José Hierro de Talavera de la Reina (Toledo) .
- puntos de interés externos: una interesante selección de títulos puede servir de reclamo a los posibles lectores y usuarios de las bibliotecas, cuando se colocan en puntos estratégicos externos a la misma, a modo de expositores de novedades comerciales.
- leer en compañía y biblioteca solidaria: ya se habló de este servicio que se va extendiendo a numerosas bibliotecas, acercando la lectura a los usuarios mayores que no pueden acceder a las bibliotecas por diversas circunstancias, al abordar el tema del servicio de lectura a los mayores y cuyos factores principales son los voluntarios disponibles de Cruz Roja, con su correspondiente formación específica, y los usuarios mayores de 65 años.
- lotes en salas de espera: los tiempos a veces excesivos que hay que invertir en las salas de espera de centros médicos, hospitales o consultas de especialistas médicos se pueden aprovechar también para acercarse a los pacientes amantes de la lectura, tal y como nos explicaba la compañera Ana Baeza al abordar el tema de los libros en la sala de espera
- bibliomercados: son experiencias de extensión bibliotecaria que aprovechan lugares muy concurridos como los mercados para llevar parte de sus fondos a los usuarios de los mercados y posibilitarles el acceso a los servicios de la biblioteca de un modo diferente, como nos explicaba hace poco la compañera Fuensanta Martínez en su post sobre la apuesta de Murcia por el «bibliomercado» . También encontramos algunas experiencias en A Coruña cuentacuentos en bibliomercado o en Santiago de Compostela con el bibliomercado, la biblioteca a tu servicio
- bibliometro: es un servicio de préstamo de libros, punto de servicio de extensión bibliotecaria, que ofrece préstamo de libros en la Red del Metro de Madrid para los usuarios viajeros del Metro y cuya información se puede consultar en el enlace del Bibliometro . Es un servicio que cuenta ya con una larga experiencia, y cuyos elementos esenciales son el pertenecer al servicio de Bibliotecas de la Comunidad de Madrid, los puntos de servicio, el lote de títulos disponibles para el préstamo y los profesionales que atienden dicho servicio.
- bibliobuses: es un servicio de extensión bibliotecaria de larga trayectoria en nuestro país y del que nos da cuenta detallada en cada una de sus entradas el compañero Roberto Soto en BiblogTecarios. Se trata de llevar el servicio de biblioteca pública a las poblaciones y sectores de población que no disponen del mismo de modo permanente. Los elementos necesarios son la entidad que organiza y sostiene el servicio de Bibliobús, el lote seleccionado de títulos, el vehículo que los transporta y los profesionales que atienden el servicio como el bibliotecario que atiende las consultas y los préstamos y el conductor del bibliobús. Ejemplos de este servicio los encontramos en prácticamente toda España y nos lo detalla ACLEBIM (Asociación de Profesionales de Bibliotecas Móviles) en su web sobre los bibliobuses en España y los enlaces web
- maletas viajeras: es una experiencia de animación a la lectura y extensión bibliotecaria que busca fomentar el interés por la selección de títulos contenidos en la maleta, que irá rotando periódicamente principalmente por diferentes bibliotecas y colegios y cuya finalidad primordial es fomentar el gusto por la lectura y animar a los que disfruten de la actividad a acercarse a la biblioteca y ampliar sus lecturas.
- biblioparques: aún poco explorado este ámbito externo a la biblioteca, se trata de llevar la lectura a los parques públicos y acercarla a los que disfrutan del paseo al aire libre en parques públicos, como nos explicaba con detalle hace muy poco Sandra Clemente al invitarnos a leer al parque . Los lotes disponibles son fundamentalmente de libros y se ofrecen lecturas para todas las franjas de edad, aunque los usuarios mayoritarios son los niños.
Como podemos comprobar, hay un amplísimo abanico de opciones de extensión bibliotecaria, de oferta de servicios de la biblioteca fuera de su espacio habitual. Esta diversidad es creciente y muy variada, y responde a la necesidad de acercar y dar a conocer a los usuarios los servicios que las bibliotecas les ofrecen, en esta ocasión fuera de los edificios propiamente dichos, pero dependientes de las bibliotecas. Se trata de ofertas de gran interés y acogida por parte del público que hacen replantearse cosntantemente los servicios bibliotecarios, intentando llegar a todos los rincones posibles, acercando la cultura y la lectura a todos los ciudadanos, siempre con profesionalidad y con calidad. Todo un ejercicio de creatividad y buen hacer que las bibliotecas deben tener siempre presentes dentro de sus ofertas de servicios habituales. Ahora ya no hay excusas para privarse de buenas lecturas aunque no se acuda a la biblioteca: bastaría con pasear por un parque y acercarse a un biblioparque, entrar a refrescarse a una piscina que ofrece bibliopiscina, viajar en metro y hacer uso del bibliometro, o consultar la prensa diaria en el quiosco bibliotecario de algún jardín del barrio o de la ciudad. Esperemos que los ejemplos cundan y se extiendan a muchas bibliotecas que aún no lo ofrecen. Es una de las aspiraciones de los servicios bibliotecarios: tratar de llegar al 100% de la población y para ello la extensión bibliotecaria es un servicio necesario para conseguirlo.