Una adecuada iluminación en las bibliotecas es un factor ambiental fundamental para el correcto funcionamiento y uso de las mismas. Además, teniendo en cuenta que ahora hay múltiples espacios multifuncionales en los que es necesario poder adaptarlos para organizar distintas actividades, necesitamos saber adaptar también la iluminación a estos usos. Por ello, vamos a comentar cómo la luz, sea natural o artificial, debe utilzarse y transformarse según lo exigen las tareas diarias en las bibliotecas.
Si consultamos los manuales al uso, existen distintos tipos de iluminación, según sea la zona (consulta, lectura, zona infantil, espacio para depósitos, despachos, mostrador de atención al público, zonas de paso o de esparcimiento, espacios polivalentes, salas de actividades, etc.) y la actividad que se desarrolle dentro del espacio de la propia biblioteca. Así, citamos a Paola Vidulli en su libro Diseño de bibliotecas, p. 239 y ss.:
Las condiciones de iluminación , con sus distintos componentes de calidad, intensidad de luz, contraste, dirección y color son una parte esencial del proyecto de calidad ambiental y equipamiento de la biblioteca pública.
A pesar de la importancia que esta autora en concreto, poco más se dice a propósito de la iluminación en bibliotecas.
Por ello, basándonos en la propia experiencia y en la observación constante podremos enumerar distintos tipos de iluminación en las bibliotecas y factores a tener en cuenta para conseguir unos ambientes bien iluminados y acogedores a la par que prácticos:
- iluminación natural: sin duda las más recomendable a la hora de iluminar las bibliotecas, pero no siempre es posible aprovecharla, teniendo en cuenta los espacios de que se trate, del horario de cada servicio y de la disposición de los puntos que proporcionan luz natural, es decir, ventanas, balcones, luces cenitales,
cristaleras, etc. Por supuesto, es la iluminación más apropiada para espacios de lectura o estudio, siempre y cuando no supongan distracción para los usuarios y los materiales del mobiliario y revestimientos interiores no reflejen u obstaculicen el aprovechamiento de esa luz natural. También supone un factor positivo para espacios de tránsito o para lugares de descanso y encuentro o esparcimiento.
- iluminación artificial: es la más habitual y utilizada. Se ha avanzado mucho tanto en los tipos de iluminación artificial de espacios interiores como en el diseño de los puntos de luz. Así, los espacios de lectura y actividades de animación para niños deben disponer de una iluminación abundante pero distribuida en distintos puntos, para favorecer la creación de ambientes acogedores y a la vez alegres que ayuden a los pequeños usuarios a disfrutar de los espacios preparados especialmente para ellos y para que se sientan como en casa. Si se trata de lugares de estudio o
puestos de consulta habrá de combinarse la luz artificial ambiental no demasiado potente, que facilite el tránsito y la consulta de la colección disponible al público, con los puntos de luz individuales para la zona de trabajo de cada lector, de manera que se pueda trabajar con comodidad pero sin demasiada distracción. Además, la correcta elección de iluminación general, mediante los puntos de luz con lámparas fluorescentes o focos de bajo consumo, y el uso de iluminación para puestos individuales supondrá un considerable ahorro en energía eléctrica.
- el diseño de los puntos de luz: es muy importante conocer la distribución de los espacios en las bibliotecas a la hora de diseñar y dstribuir los puntos donde han de instalarse la iluminación o aprovecharse la luz natural para favorecer tanto el trabajo de los usuarios que acuden a las bibliotecas como el de los bibliotecarios y de todo el personal de las mismas. Para ello, será necesario contar con las opiniones de los expertos (arquitectos, diseñadores, bibliotecarios) para poder combinar los dos tipos de iluminación y conseguir aprovechar al máximo las condiciones que ofrecen tanto la iluminación artificial como la natural. Y si a esto añadimos el diseño a la hora de tratar ambos tipos de iluminación, como son la protección de los focos, el uso de materiales antireflectantes, la posibilidad de iluminar por sectores diferenciados y los colores del mobiliario y revestimientos interiores y extreriores, entonces seguro que conseguiremos que cada espacio de la biblioteca resulte un lugar acogedor, cómodo, bien iluminado y práctico, donde los usuarios de todo tipo podrán trabajar cómodamente y se sentirán agusto, en un ambiente adecuado para realizar las tareas porpias y para también disfrutar en las actividades colectivas que se llevan a cabo en las bibliotecas.
Todos estos factores favorecerán sin duda el trabajo diario en las bibliotecas. Tanto como la colección bien elegida y atractivamente distribuida para disfrute de los usuarios, como el mobiliario moderno y funcional, es fundamental disponer de iluminación adecuada en bibliotecas para que el trabajo diario sea plenamente satisfactorio. Y si además los usuarios aprecian la calidad ambiental de nuestras bibliotecas nos daremos cuenta de que hemos conseguido uno de los principales objetivos: que consideren las bibliotecas como espacios acogedores y atractivos, donde acceden a la cultura, se pueden formar y tienen ocasión de disfrutar del ocio en las mejores condiciones y con una perspectiva inmejorable. Como me ocurrió hace unos días, cuando uno de los usuarios que acudían a la biblioteca para mejorar la elaboración de su currículum, al entrar en la sala donde se ubican los ordenadores del centro de Internet, comentó:
Qué luz más agradable hay aquí, es estupenda para poder trabajar a gusto.
Con este tipo de comentarios, podemos sentirnos satisfechos porque la biblioteca estará considerada por nuestros usuarios como un lugar inmejorable para trabajar, estudiar, leer, consultar materiales de todo tipo, difrutar con las actividades de animación o navegar por Internet.
Ojo, la foto de la Biblioteca Central de Cantabria, no es la sala Infantil, es la sala General. Un saludo
Muchas gracias por tu indicación, Chema. Ya está rectificado.
Saludos.