En esta ocasión abordamos el tema de la imprescindible relación entre las bibliotecas y los responsables políticos. Es este un aspecto que no debe obviarse a la hora de crear, desarrollar y promocionar el trabajo en las bibliotecas, pues en el caso de las bibliotecas públicas y la administración en la que están insertas, los responsables políticos son agentes dentro del desarrollo de los servicios bibliotecarios y por ello deben establecerse relaciones fluidas entre responsables bibliotecarios y responsables políticos.
Aunque las relaciones entre los profesionales de las bibliotecas y los políticos sean un factor fundamental a la hora de tener éxito en la gestión de las bibliotecas públicas, es un tema poco estudiado y nunca exigido en las convocatorias a los puestos de bibliotecarios. En este post reflexionaré sobre la importancia de mantener buenas relaciones estre responsables políticos y profesionales de las bibliotecas para conseguir que éstas salgan adelante de modo satisfactorio.
Dentro de lo que podemos denominar como estrategia de promoción de las bibliotecas, hay que tener en cuenta qué es la promoción, de qué herramientas disponemos para llevar a cabo la difusión, qué objetivos tiene la misma, cuáles son los escenarios de los servicios a promocionar y finalmente cuáles son los agentes implicados. Dentro de los agentes, están los bibliotecarios, los usuarios y los políticos.
Dado el delicado y atípico momento que se vive en nuestro país, de inestabilidad política y de grave descrédito de la clase política, es necesario reflexionar sobre el papel de los políticos en el correcto desarrollo de la vida democrática, dado que son considerados gestores de los asuntos públicos y son piezas clave para que la sociedad se desarrolle de modo adecuado y positivo.
En el caso de las bibliotecas, hemos de recordar algo que normalmente se olvida con frecuencia, y es que cualquiera que sea la tipología bibliotecaria sostenida con fondos públicos (ya sean bibliotecas dependientes de la administración nacional, regional o local o dependa de instituciones educativas o culturales) ésta forma parte de la administración pública, al igual que pueden considerarse los servicios de educación o de sanidad, por poner dos ejemplos básicos.
Los bibliotecarios, gestores y responsables de las bibliotecas públicas, son uno de los agentes implicados en el buen funcionamiento y aprovechamiento de los recursos culturales existentes en las bibliotecas públicas. Ya se ha recordado en más de una ocasión que sin bibliotecario no hay biblioteca. Los bibliotecarios deben tener una formación, cualidades y competencias propias para ejercer sus trabajos con eficacia y calidad. El otro agente, los usuarios, es la razón de ser de las bibliotecas, pues si no hay usuarios que utilicen y demanden este servicio de información, formación y ocio, las bibliotecas no tendrían funcionalidad ni sentido. Por último, los políticos, gestores de los asuntos poúblicos, son el tercer agente implicado en la existencia y el apoyo de los servicios bibliotecarios. Los bibliotecarios debemos mantener una relación fluida con los políticos por distintas razones:
- garantizar la calidad de las instalaciones y colecciones: la biblioteca compite con otros servicios públicos para que le sean asignados los recursos necesarios y por eso deben conocer de primera mano la importancia de disponer de instalaciones y colecciones adecuadas para poder ofrecer este servicio
- demostrar la rentabilidad social de los servicios bibliotecarios como se pudo comprobar en el informe sobre el valor económico y social de los servicios de información: bibliotecas y para ello los bibliotecarios deben informar constantemente a sus correspondientes responsables políticos sobre el rendimiento de las bibliotecas, que vean que la inversión que se hace en ellas revierte siempre en beneficio para la comunidad a la que atiende
- recordar que la biblioteca no es sólo un lugar de lectura y consulta de libros y otros materiales sino también lugar donde se desarrolla la creatividad, se fomenta el diálogo entre los ciudadanos, se accede a internet, se debate sobre literatura, se propicia la formación de los usuarios para mejorar su participación y un largo etcétera de servicios ofrecidos por aquélla
- asegurar que todos los recursos destinados a las bibliotecas sean considerados no como gastos sino como una inversión en el desarrollo profesional y humano de toda la comunidad en la que se inserta
Para que las bibliotecas ejerzan su función de manera exitosa, deben necesariamente contar con el incondicional apoyo de sus responsables políticos directos, que en todo momento deben conocer qué recursos tienen las bibliotecas y han de disponer de las herramientas de análisis y valoración que éstas le ofrecen para constatar que es un servicio necesario, demandado por los ciudadanos y siempre al día para satisfacer las necesidades de información. Por ello, es necesario que bibliotecarios y políticos trabajen conjuntamente en el mantenimiento y desarrollo de las bibliotecas. Si no existe esta comunicación y este apoyo difícilmente las bibliotecas podrán desarrollarse favorablemente, pues no dispondrán de los suficientes medios ni podrán hacer valer su importancia ante los que son directos responsables de las mismas ante la sociedad, es decir, ante los políticos. También es cierto que hay que recordar la importante labor de información que los bibliotecarios han de hacer mediante programaciones adecuadas, informes continuos y evaluaciones objetivas de cuanto se lleva a cabo en las bibliotecas. Porque esta comunicación pondrá en valor las bibliotecas, obligará a los políticos a ver que las inversiones en ellas son rentables y necesarias y además suponen un servicio con un enorme impacto social, siempre beneficioso para la sociedad.
Por ello, y aunque a veces el entendimiento pueda faltar o simplemente no exista, hasta que no seamos capaces de tender puentes y alianzas entre bibliotecarios y políticos no podremos desarrollar plenamente este servicio fundamental como es el de mantenimiento de las bibliotecas públicas para uso y disfrute de todos los ciudadanos, de modo libre, universal y gratuito.