Salir de la biblioteca, salir de la burbuja

138_Lecturas_cabecera_ZZZ_23octHace unos días, leyendo el último post de Mercedes Carrascosa, Creatividad y bibliotecas en Biblogtecarios,  reparé en una cuestión que puede parecer un tanto obvia, pero que, sin duda, no es baladí. La autora había realizado una serie de preguntas a algunos bibliotecarios, con el objetivo de detectar y definir las distintas actividades creativas que se realizan en y desde las bibliotecas. Paso a transcribir una de las preguntas y su resultado, que fue lo que me llamó la atención:

¿Participas en actividades de otras bibliotecas? La mayor parte de los compañeros contestaron que no, salvo la esporádica asistencia a encuentros con autores.

Sí, entono el mea culpa. Estamos muy ocupados trabajando en nuestras propias actividades como para encontrar el tiempo y las ganas de asistir a las que realizan otros compañeros. Y esto hace que me pregunte cuál hubiese sido la respuesta si se hubiese inquirido sobre la participación en actividades culturales, más o menos afines a las que solemos organizar desde las bibliotecas, pero impulsadas desde otras entidades y colectivos. Y es que, pese al trajín diario y urgente que borra lo importante, todos sabemos cómo la mirada se enriquece y amplía cuando cruzamos la calle (metafóricamente o no) e indagamos en lo que se hace en ese lugar que no es el propio. Librerías, asociaciones vecinales, museos, galerías, teatros, narradores, ilustradores. Hay mucho que ver ahí fuera, muchos modos distintos de hacer y pensar las cosas, que pueden inspirarnos en el desarrollo de esas actividades con las que buscamos fomentar la creatividad de nuestros usuarios.

Hace un par de días Noemí Gómez planteaba otro interesante y, esta vez, polémico tema en este mismo blog, Estudiantes vs. Bibliotecas; decía la autora:

Para mí los estudiantes no son usuarios de la biblioteca, pues solo vienen buscando una mesa y una silla sobre la que poder apoyar sus apuntes y sus libros.

En el último artículo que escribí hace poco menos de un mes, De catas de libros y de clubes de lectura, se coló una parecida reflexión en él:

Las citas a ciegas, apuntaladas sobre la sorpresa y la emoción, pueden estrechar lazos entre la biblioteca y sus usuarios y cambiar la percepción que de la biblioteca pública tienen muchos de ellos (¿en Navidad, alguna Biblioteca se ha librado de la archiconocida frase recriminatoria: aquí no se puede estudiar, esto es un centro cultural? Esta percepción instrumental de la Biblioteca (estoy de vacaciones y voy a estudiar porque en casa no me concentro), me preocupa tanto o más que la percepción que se puede tener en la sociedad de nuestra profesión. Nótese la definición del estudiante, que pretende afear algo a la biblioteca pública: es que esta biblioteca no es para estudiar. Es un centro social. Cultural).

Ah, la época de los exámenes, esas semanas en las que lo más importante es la asignatura de turno. En las que se vive como en una burbuja, aislados de otras realidades que no sea la angustia por el sí o el no. ¿Y qué tiene que ver esta percepción instrumental de la biblioteca pública por parte de los estudiantes, con la escasez de tiempo de los bibliotecarios para asistir a actividades fuera de nuestra biblioteca? La clave está en la palabra burbuja.

Sí, es difícil hallar el tiempo, la oportunidad para realizar todo lo que a uno le gustaría; pero hay que hacer el propósito, al igual que se hacen otros (adelgazar, ir al gimnasio o abandonar el tabaco). Tratemos de vivir nuestra profesión de otra manera, salgamos de la burbuja todo lo que podamos. Y un llamamiento a todas las entidades, personas, asociaciones: hagan y cuéntenlo. No se limiten a contarlo en 140 caracteres, queremos detalles, mejor si son imágenes en movimiento. Porque a veces, uno no puede estar en todos los sitios (lo sé) y, sin embargo, es relativamente fácil hacerse una idea de cómo ha transcurrido un evento gracias al streaming (me gustó mucho ¿Cómo usar Periscope en bibliotecas?  de Irene Blanco) o, por ejemplo, a libros digitales que recopilan la experiencia íntegra, pero de una manera cuidada y selectiva, y que desterraron aquellas memorias en PDF compartidas en la web. En el Centro de Desarrollo Sociocultural de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, durante los últimos años, venimos editando varios libros en la aplicación de Calaméo, en los que el lector puede elegir leer, contemplar fotos o ver videos de una actividad. Son sumamente atractivos y cumplen una doble función; la de llegar al usuario habitual de nuestro Centro y la de transferir conocimiento a otros profesionales. Yo diría que, incluso, hay una tercera, la de cautivar con ritmos, imágenes, poesía y propuestas estéticas… al visitante (des)prevenido.

TabaresRecuerdo con especial emoción el Circuito XXV Años. Noche de sensaciones, en el que el Centro de Desarrollo Sociocultural, en la celebración de su XXV Aniversario, se convirtió en un balneario cultural. En cada rincón se ofrecían tratamientos distintos a los usuarios: desde chorros de sonrisas masajes terapéuticos de sonidos; transformados los bibliotecarios en terapeutas de palabras . El documento Vivir una exposición. Lecturas de cabecera recoge la muestra del mismo nombre y las actividades afines que se realizaron en torno a ella, en concreto, la de una noche especial en la que se cantaron nanas, se contaron cuentos, se jugó con Realidad Aumentada, y se asistió a una obra de teatro y danza. Hay varios más, pero citaré sólo dos: El resplandor de los sueños, de Juan Manuel Tabarés Bueno, una muestra expositiva de una treintena de piezas y cuadros metálicos de este artista local, en el que también se puede ver qué se hizo, por qué y cómo; y Belenes del Mundo. Crónica de una exposición dinamizada, de la que ya escribí algo en este blog.

CuentaCuarentaMirando en derredor, caigo en la cuenta de que en unos días comienza el V Ciclo Internacional de Narración Oral para adultos de Ávila, y paralelamente, los Domingos de cuento en Gondomatik, Valladolid, dirigido por Patricia Picazo, compañera del Centro y organizado por  Cuentacuarenta. ¿Y qué es Cuentacuarenta? Es una asociación cultural dedicada a la difusión y fomento de la narración oral y los cuentos mediante la realización de talleres, cursos de formación y organización de actividades, y está compuesta por personas a las que les gusta la cultura y los cuentos.  Este año, me paso por Ávila, a ver cómo, por qué y de qué manera.

Y a salir de la burbuja y soñar. Les invito a que hagan lo propio; aquí tienen el programa.

María Antonia Moreno

Especialista en fomento de la lectura y redes sociales, especialmente en entornos de clubes de lectura, tanto virtuales como presenciales. Los últimos dieciséis años en los que he trabajado en uno de los Centros de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, he descubierto que el club de lectura es un espacio privilegiado de creación, aprendizaje, diálogo y sorpresa. En este blog, transmitiré todo tipo de reflexiones derivadas de la experiencia, así como noticias sobre nuevos proyectos que se desarrollen en el entorno de la Biblioteca Pública.

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