Ha sido casi inevitable. Tenía otro artículo en la cabeza, casi, casi escrito. Pero ha llegado marzo, ha pasado el día 17 y he tenido la necesidad de contarlo aquí. Sí, el pasado 17 de marzo de 2014, el Centro de Desarrollo Sociocultural de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez en Peñaranda de Bracamonte (Salamanca) ha cumplido 25 años.
Hace unas semanas, Rafael Ibáñez Hernández, mi compañero en Biblogtecarios, reflexionaba sobre la profesión bibliotecaria en el vigésimo aniversario de la Biblioteca Municipal de Burgos, la institución en la que desarrolla su labor. A mí me ha pasado otro tanto, aunque me temo que igual os cuento (aunque sea en corto) cómo lo hemos celebrado y cómo lo vamos a celebrar. Pero es también inevitable reflexionar, porque los cumpleaños se prestan a ello.
El 25 Aniversario del CDS viene marcado por dos palabras clave: gracias y hablemos. Dos palabras muy hermosas que sintetizan el espíritu del Centro y su orientación: el reconocimiento de lo aportado por la comunidad en la que se inscribe y el deseo de comunicación con el territorio y las personas que lo habitan. De ahí que se haya vestido la fachada del edificio, la piel más física del CDS, con una pancarta que muestra #GraciasPeñaranda y el bocadillo representativo de las conversaciones, con el texto: Buscando nuevos lugares y temas para converger. Y en esta frase, encontramos el tercer motivo que aún no he reseñado: la innovación permanente y necesaria para encontrarnos con los ciudadanos, no ya en los lugares habituales, como el Centro, sino en otros más cotidianos, allá donde la vida real se produce: las calles, los parques, las plazas, los espacios de ocio, de trabajo y educativos. Y, cada vez más, la nube.
Por eso, más que celebraciones para un día, una semana o un mes, la programación impregnará todo el 2014; finalizará en los primeros días de enero de 2015 y servirá para impulsar varias líneas de trabajo y de experimentación. Señalo algunas:
- Lectura digital y en la nube: con la colaboración de la Diputación de Badajoz y la participación de la plataforma de lectura en streaming Nubico resultado de la alianza entre el Círculo de Lectores y Telefónica. Cien lectores peñarandinos y pacenses (niños, jóvenes, adultos, familias, bibliotecarios) probarán este modelo de suscripción durante un mes, y sus experiencias, sensaciones, huellas, etc., serán analizadas para investigar la posible relevancia de este modelo en la Biblioteca Pública.
- Enriquecimiento de exposiciones como el de ¿Le gusta leer? 50 Aniversario del Círculo de Lectores: con realidad aumentada, códigos QR y dinamizaciones específicas para diferentes públicos. Indagando en nuevas formas de exponer, en nuevas maneras de interactuar, y en la hibridación de contenidos y miradas.
- Noches en el CDS: crear espacios y tiempos no convencionales para encontrarnos con los ciudadanos, con los usuarios y no usuarios. La mezcla de lenguajes artísticos, el fomento de la creatividad (entre el equipo del CDS, ciudadanos y artistas), la sorpresa y la emoción como guías.
- Biblioteca Humana: Trilogía de acciones para 2014. Las personas libro serán, respectivamente, usuarios, trabajadores del Centro y artistas vinculados a Peñaranda de Bracamonte. Para comprender lo que fuimos, lo que somos y lo que queremos ser, con ellos y para ellos.
- #Hablamos en Redes Sociales: sobre autores y personajes esenciales, sobre lecturas y momentos vividos a lo largo de 25 años. Con la intención de repasar la historia del CDS y alimentar imaginación y futuro.
- Territorio Archivo (con la Fundación Cerezales Antonino y Cinia) en Peñaranda de Bracamonte: distintas activaciones que explorarán la vertiente más artística del proyecto.
Todo esto (y algo más) pondremos en marcha durante los meses que le quedan al 2014 para convertirse en 2015. Y, claro, es inevitable (de nuevo) echar la vista atrás y verme joven, más inexperta pero, inexplicablemente (o no), menos audaz y más clásica. Permítanme que le eche un poco de gracia (o de realismo) al recuerdo. Los últimos catorce años he desarrollado mi trabajo en el CDS, siempre ligada de una manera o de otra, al fomento de la lectura, a la organización y desarrollo de actividades formativas y culturales, a la atención al público. He ordenado estanterías, pero no he catalogado, ni he asignado materias, ni me he roto la cabeza en busca del número perfecto de la CDU para asignar a un libro de animales en la sabana. Una vez aprobadas las asignaturas correspondientes, no volví a consultar el manual de catalogación o la lista de encabezamientos de materia, me temo (o no; el trabajo me llevó por otros derroteros). Pero sí he tenido mis propios caballos de batalla (como todos, claro). Los míos fueron los diarios de actividades y las memorias de actividades. Sí, me temo que sí. Que un cuentacuentos para adultos, memoria de actividades. Que una animación a la lectura para niños que dura cinco semanas, diario y memoria de actividades. Que un club de lectura, memoria. Que un encuentro con autor, pues un diario que se disfraza de memoria. Y así.
No niego que aquellos diarios y aquellas memorias fuesen útiles, que lo eran. Contaban la intrahistoria del Centro, y aportaban datos útiles para las estadísticas (otro caballo de batalla que aún me persigue, que aún nos persigue, como a tantos bibliotecarios). Servían para anotar y apuntalar o derribar muchas afirmaciones, para definir procesos, para detectar qué había fallado y por dónde había que seguir. Pero es que luego vino la publicación en la web. Y no es lo mismo redactar una memoria interna que una memoria que se publicará en la web; el registro, los datos, el tono… todo cambia. Combinadas con las memorias y los diarios, estaban (aún siguen y continúan) las notas de prensa. He de confesar que muchas mañanas(sobre todo a primeros de año) me despertaba angustiada por el tema de las memorias: ¿había hecho todas? ¿se me olvidaba alguna? ¿algún virus o mano inocente (la mía) había borrado el texto?
Pero esto ha cambiado. Ya no hago diarios, ni memorias. (Ya no las hacemos en el CDS). Ahora, el diario de actividades interno ha desaparecido y, en su lugar, han surgido otras publicaciones diarias conocidas por todos: post, tuits, noticias en Facebook. Las memorias, más extensas, podemos rastrearlas en su evolución a libros digitales con videos incrustados, con textos colaborativos, con imágenes, con archivos sonoros. A menudo pienso en el arte que supone comunicar nuestra actividad a través de diversos canales, contar un cuentacuentos en ciento cuarenta caracteres máximo, o en un video, o en una foto. No, ya no me he vuelto a preocupar de las memorias (ni ninguno de mis compañeros). Menos mal. Ahora, nos arreglamos con los blogs, con los canales de video, con los tableros de Pinterest, las actualizaciones diarias en las redes sociales y casi diarias en la web. Y nos angustiamos más acompañados, porque esta labor se comparte e implica (y cada vez más) al equipo al completo. 😉
Todo esto se me vino a la memoria al hilo del cumpleaños del CDS: veinticinco años ya. Mi deseo (siempre se piden deseos en los cumpleaños) es que consigamos una conversación más rica y más profunda con los ciudadanos, con los lectores, con la comunidad bibliotecaria. Y me permito pedir otro: quiero vivir con intensidad, junto con mis compañeros, este 2014 de celebración. Por cierto, están invitados.
Fotos del CDS realizadas por mi compañero Joaquín Hernández Sánchez, con el que comparto (compartimos) las alegrías de la gestión de contenidos 🙂 .