En nuestra profesión son muchas las iniciativas, proyectos y planes en plena fase de desarrollo. Una de las que supondría un antes y un después en nuestro campo, desde mi punto de vista, es el modelo FRBR. De entrada, los Requisitos Funcionales de los Registros Bibliográficos (Functional Requirements for Bibliographic Records) parecen uno más entre toda la maraña de siglas que acompaña al mundo bibliotecario-documental. Veremos porqué no es así en absoluto.
Los FRBR fueron desarrollados por un grupo de trabajo de la IFLA entre 1992 y 1995. Describen un modelo conceptual, básicamente un modelo entidad-relación aplicado al mundo de la descripción bibliográfica, y suponen un importante cambio de mentalidad. Se centran en la localización de la información, no en la descripción propiamente dicha. Son independientes de cualquier norma de catalogación nacional, por lo que se debieran poder adaptar a todos los usos y costumbres existentes. Son un modelo, una serie de pautas, una nueva forma de mirar a la colección y a la información que contiene. Una nueva forma de interrelacionar los datos con el fin de que sea muchísimo más fácil encontrar lo que buscamos o incluso descubrir cosas nuevas que se adecúen a nuestros intereses.
Van mucho más allá de la estandarización que propusieron las ISBD en su día. Es más, caminan por otro camino totalmente diferente, por lo que simplemente se convierten en complementarios de estas ya antiguas normas. Suponen una aproximación tan abstracta a la descripción bibliográfica que en principio resulta muy confuso. Una vez se profundiza en su estructura nos damos cuenta de que pueden llegar a solventar muchos problemas en cuanto a relaciones y duplicidades de registros. Se adapta a los nuevos medios, a las nuevas oportunidades que tenemos a nuestro alcance.
Familia FRBR
Existen tres ramas de la familia FRBR. Tal vez en un futuro se fusionen. Por el momento la segunda y la tercera son ampliaciones de la primera y completan los vacíos que ésta pudiera tener:
- FRBR (Functional Requirements for Bibliographic Records) publicados en 1998. Se centran en la descripción bibliográfica. Traducción al español (curioso que pasaran 6 años desde la publicación del informe original a la de la publicación de la traducción en español) e Informe final.
- FRAD (Functional Requirements for Authority Data) publicados en 2009 y desarrollados por el IFLA Working Group on Functional Requirements and Numbering of Authority Records (FRANAR). Sobre las autoridades. Traducción al español.
- FRSAD (Functional Requirements for Subject Authority Data) publicados en 2010 y desarrollados por el IFLA Working Group on Functional Requirements for Subject Authority Records (FRSAR). Dedicados a las autoridades de materia. Traducción al español.
Entidades, relaciones, atributos
Me gustaría mostrar someramente la idea y estructura del modelo poniendo como ejemplo al principal, FRBR. Al igual que sus hermanos FRAD y FRSAD, se basa en entidades, relaciones y atributos. Las entidades son las protagonistas: se relacionan entre ellas y se describen por medio de atributos. En este caso existen tres grupos de entidades:
Primer grupo de entidades. – El más importante y entorno al cual actúan el resto de elementos del modelo FRBR. Se centra en los propios documentos, en la base de la descripción, tanto a nivel intelectual como físico. Por eso mismo es interesante pararse un poco más en describirlo. Está formado por:
- Obra – el concepto más general, la obra en abstracto, el germen de cada libro. La obra agruparía al resto de entidades.
- Expresión – cada vez que se hace una adaptación de una obra, bien sea una traducción o una edición determinada con características que no distorsionen a la original, se trata de una expresión diferente. A veces es complicado discernir entre una obra diferente o una expresión diferente.
- Manifestación – cada expresión de una obra se manifiesta en diferentes ediciones, a veces en formatos diferentes. Cada uno de ellos es una manifestación.
- Ítem – el ejemplar en sí mismo, cada uno de los que tenemos registrados. La entidad más específica de todas, ya que identifica a un único documento.
Segundo grupo de entidades. – Agrupa entidades relacionadas con la producción intelectual o física del documento. Esto es, personas y entidades corporativas. Todas aquellas personas físicas o jurídicas que tengan algo que ver con las entidades del primer grupo, es decir, con la obra y sus derivados.
Tercer grupo de entidades. – Se relaciona con aquello que siempre hemos llamado materias o descriptores: concepto, objeto, acontecimiento y lugar. Todas las entidades anteriormente mencionadas en los grupos precedentes pueden actuar también como materias.
A partir de aquí el modelo se complica ya que a esto hay que añadir las relaciones, muy variables entre entidades de cada grupo. Y además por los atributos que pueden añadírseles, que aportan la información necesaria y básica según la entidad. No siempre será posible que una entidad contenga los atributos que se contemplan inicialmente, pero sí que una entidad tendrá sólo un valor para cada atributo. Todo ello vendrá especificado en los manuales elaborados por los grupos de trabajo de la IFLA.
¿Llega el futuro?
No hace mucho aún se veía en algunos catálogos cómo cada ejemplar contaba con su propia ficha. Este problema, salvo contados errores humanos, se ha solventado gracias a la agrupación de los mismos ejemplares de una obra en la ficha catalográfica principal. Sin embargo, sigue existiendo una infinita redundancia de falsas nuevas ediciones. FRBR podría acabar con esto. Tal como yo lo veo, permitiría una relación absoluta entre los diversos registros de nuestra base de datos más allá de cómo se venía haciendo hasta ahora. Y eso resulta fascinante y prometedor. Creo que cuando seamos capaces de implementar catálogos siguiendo el modelo FRBR (en general, ya que ya hay iniciativas puestas en marcha al otro lado del Atlántico), entraremos verdaderamente en el futuro de la gestión de la información bibliográfica.
La biblioteconomía está cambiando. Hace tiempo que lo sabemos. Aún a pesar de que los presupuestos del Estado, Comunidades Autónomas, Diputaciones y Ayuntamientos se empeñen en sumirnos en la más absoluta inoperancia. Aún a pesar de la falta de promoción de la cultura desde los planes del Ministerio. Aún a pesar de todo el boicot y la falta de apoyos, algo se mueve ahí afuera que resulta esperanzador.