A raíz de este artículo en Kill Screen conocí la existencia de la inciativa de la Bayard Taylor Memorial Library, en Kennett Square (Pensilvania). Todos los viernes por la noche organizan un club de videojuegos (Library Videogame Club), con el fin de aportar una alternativa más de ocio a unos 30 chavales del barrio y tomar el relevo de las recreativas, hoy ya casi extintas. No es algo que nos debiera asombrar del todo, ya que hace años que algunas de nuestras bibliotecas públicas ofrecen estos materiales. Sin embargo, el establecimiento de un club directamente centrado en ellos es menos común.
En el caso de la Bayar Taylor Memorial Library, la actividad se organiza fuera del horario habitual. Se procura además que los juegos sean adecuados a la edad de los niños y que inciten a una sana competición. Las veladas se amenizan con premios semanales, medallas y diplomas, así como con refrescos, aperitivos y, la gran estrella: pizzas para todos.
Aunque al principio pueda resultar chocante, hay que tener en cuenta que esta es la misma institución que ha organizado, a parte de los más comunes cuentacuentos, un club de legos (sí, las construcciones a base de cubos), una actividad de teatro musical, manualidades, un bingo que tiene como premio chocolate… Es decir, un sinfín de actividades de extensión cultural que atraigan a toda clase de públicos.
El objetivo de los organizadores es, principalmente, hacer olvidar a los niños la imagen estereotipada de biblioteca silenciosa e inexpugnable, de bibliotecarios con gafas que te mandan callar. De hecho, han conseguido que la gran mayoría de los participantes en el taller se hagan el carnet de la biblioteca de motu propio. Como vemos, una forma de fidelizar sin que se den cuenta.
Con el fin de mejorar la iniciativa, y debido a los cada vez menores presupuestos, hace unos meses lanzaron una campaña de crowfunding por medio de la plataforma Indiegogo. Su objetivo inicial era el de reemplazar las videoconsolas que les había prestado durante tiempo limitado para la actividad por otras que fueran propiedad de la biblioteca. Con una meta inicial de 800, la superaron de sobra hasta llegar a los 2000, aún a pesar de las reticencias que aún se mantienen sobre los videojuegos en las bibliotecas.
En los últimos tiempos hemos visto cómo la tendencia actual en bibliotecas es la de adecuarse al entorno en el que se encuadra y a escuchar las necesidades de sus usuarios. Esto habrá de apoyarse en una adecuada acción de márketing con el fin de hacer llegar a la sociedad una imagen muy diferente a la que tenía de nosotros hasta el momento.
Es por ello que hemos de ofrecer alternativas atractivas para todo tipo de usuarios, y en especial a los niños, ya que nuestro futuro. Ello redundará en ese mencionado cambio en la imagen mental que tengan de nosotros y nos verán, no como templos aburridos del saber, sino como puntos de encuentro en los que desarrollarse como personas e interactuar con gente con intereses similares.
El que no arriesga no gana…supongo que planificando muy bien la actividad es una idea excelente…a ver si alguien en España se arroja a la piscina, si puede.