FAQs sobre oposiciones a bibliotecas (II)

IMG_20160203_105809738Antes de continuar con una nueva, apasionante y utilísima entrega de nuestras FAQs sobre oposiciones a bibliotecas, es preciso hacer mención a una serie de correcciones que me han hecho llegar desde las redes sociales. Donde dice “meses después se publica otra resolución que especifica la convocatoria del proceso selectivo” y “ meses o años después se publicará una resolución que desarrolla las bases de la convocatoria y que dará comienzo oficial a nuestras “opos” ” debería decir “existen muchas y divertidas variantes a la hora de anunciar las plazas para bibliotecas. Aunque los movimientos a los que estoy acostumbrada desde mi Comunidad Autónoma suelen ser aviso de convocatoria de la plaza y publicación de las bases – punto de partida para anotarse, también se da que todo esté incluido en una sola resolución, que el temario y el desarrollo del proceso se publiquen por separado, que la convocatoria y las bases se publiquen juntas… ¡todo lo que tu imaginación sea capaz de imaginar! Eso sin contar la parte del concurso de traslados, del que hablaremos más adelante”.

Y ahora, sin más dilación, segunda parte de nuestras FAQS bibliotecarias:

Recapitulemos ¿qué son las bases de un proceso selectivo de las que hablabas en la última respuesta del anterior post?
Las bases son las instrucciones que guían al opositor. Por lo general especifican los requisitos para inscribirse, el proceso de inscripción, las pruebas a desarrollar, los plazos existentes y el temario a considerar. En ocasiones se encuentran ligadas a la apertura del plazo para inscribirse en el proceso selectivo, aunque no siempre coincide.

Una vez que salen las bases, ¿qué hago?
Te la lees.

No, en serio, ¿qué hago?
Te las lees en serio. No únicamente para saber cómo va a llevarse a cabo el proceso y si merece la pena apuntarse (por el temario, por los requisitos exigidos, por las pruebas en sí), sino también para comprobar si realmente se abre el plazo para apuntarse y qué documentación es necesario entregar.

¿Quién puede presentarse?
Básicamente cualquier persona con vinculación de algún tipo a España (español, europeo, cónyuge de europeo, procedente de un país con el que España tenga un tratado…), que no esté en edad de jubilación, que haya cumplido los 16 años y posea un nivel de titulación acorde a la escala correspondiente. No debería haber sido separado de ningún cargo público por motivos oscuros y demás aspectos que afearían cualquier curriculum. No quedaría bien, aunque en las escalas más políticas de la administración no suelen andarse con tantos miramientos a juzgar por las noticias.

¿Qué titulación es necesaria según las escalas conocidas para bibliotecas?
Para auxiliar el bachillerato, para ayudante la diplomatura y para facultativo la licenciatura. Con Bolonia, por lo menos en Galicia, para ayudante y facultativo ahora se pide el grado.

¿Por qué en las bases no se especifica que deba ser necesario estar en posesión de un título relacionado con la biblioteconomía para poder inscribirse?
La respuesta bibliotecariamente correcta sería que la administración no nos tiene en cuenta, la sociedad no nos visualiza, y que todos ellos consideran (erróneamente) que cualquiera puede desempeñar nuestro trabajo, y demás declaraciones corporativas. Para colmo, las asociaciones sólo defienden a sus afiliados y los colegios profesionales, cuando los hay, tampoco parece que hagan mucho por modificar la situación.
La realidad es mucho más compleja y, aunque lo anterior no va del todo descaminado, hemos de tener en cuenta que:

  • Un gran número de plazas que se ofertan son de auxiliar de biblioteca. Lo siento lectores míos, para esta categoría no es necesario tener más que el título de bachillerato. Por lo que yo sé, todavía no han creado el bachillerato de biblioteconomía. Y no vas a prohibir a licenciados en periodismo, historia o física cuántica tratar de conseguir un futuro mejor pegando tejuelos.
  • No son unas oposiciones muy populares, ni siquiera entre los titulados. La mitad de mis conocidos del gremio jamás se han presentado a unas, y casi toda la otra mitad apenas ha podido estudiar cuando lo ha hecho debido a cuestiones personales y profesionales (no llega eso de estudiar dos horitas por las noches). A medida que pasa el tiempo se hace más complicado volver al hábito de hincar los codos, y menos aún cuando se trata de un temario de 40 temas del que apenas sabrías aportar de memoria algo de 15 de ellos a pesar de llevar cinco años de carrera a tus espaldas.
  • No son unas oposiciones muy frecuentes. Aunque todos los años lleguen noticias de algún proceso selectivo, éstos se van repartiendo por todo lo ancho y largo de nuestro territorio. Como ejemplo, los anteriores exámenes para optar al cuerpo de bibliotecas de la Xunta de Galicia fueron en 2008, lo cual los separa ligeramente de los más recientes de 2015. Si alguien que inicialmente no sea titulado, a pesar de esta poca frecuencia, tiene el ansia de presentarse a unas, creo que merece todo el respeto del mundo por su infinito optimismo y buenas ganas de ponerse a aprender la estructura del formato MARC voluntariamente.

Jo, mucho decir lo útiles que son las bases pero no pone la fecha del examen.
A veces sí, a veces no. Supongo que es una manera de mantener la expectación hasta el último momento cuando no se especifica, y de eliminar opositores poco seguros de sus posibilidades cuando sí. Hemos de tener en cuenta que se juega con muchas variables: los plazos para inscribirse, la capacidad para procesar todas las solicitudes, los errores en las listas provisionales, el plazo para subsanar errores, el número de reclamaciones al respecto… y no siempre es fácil prever cuándo se acabará toda esta retahíla de procesos.

Tampoco pone para dónde son las plazas…
A veces es fácil deducirlo, a veces no. En oposiciones para administraciones más o menos complejas (como el Ministerio de Cultura, ayuntamientos con varias bibliotecas o universidades con diversos campus) no suelen especificar los destinos concretos. En la mayoría de los casos habrá que jugar a ser CSI legislativo y tratar de identificar alguna disposición en la que se nombren las plazas de nueva creación en nuestra administración de interés. Otra vía, quizá más rápida, es la de preguntar a profesionales que trabajen dentro del sistema para que nos soplen cuáles son los puestos que faltan por cubrir. Pero todas nuestras pesquisas serán en vano si el concurso de traslados no se ha celebrado todavía o se encuentra en pleno desarrollo.

He leído que hay que pagar unas tasas. ¿Cuánto es eso?
Digamos que también es variable. Para las oposiciones al Estado y las administraciones autonómicas existen unas tarifas que se establecen periódicamente (incluyen descuentos para parados y demás). Sin embargo los municipios (que como recordareis del anterior post van por libre) varían mucho. Desde no cobrar nada a solicitar cantidades razonables, pasando en alguna ocasión a requerir desembolsos realmente abusivos (pero esto último es muy raro) que denotan cierto amaño (o ansia de recaudar, vete tú a saber).

Lo sabía: todas las plazas están dadas.
No, no todas las plazas están dadas. Somos un gremio pequeño que, así como estamos abiertos a ciertas suspicacias (- “tú aprobaste porque tenías padrino” – “¿qué padrino voy a tener? Si me pasaba 12 horas diarias estudiando en casa” – “Será, pero luego tu padrino te subió la nota para que sacaras plaza”), también nos conocemos entre nosotros y sabemos, por mal que nos caiga, que a fulanita no le regalaron nada porque menganita que es su mejor amiga de la carrera estuvo sin verla medio año porque tenía que estudiar. Sin embargo, no digo que no existan las ayudas, pero creo que son más peligrosas las prácticas incorrectas de algunos tribunales de oposición: equiparar funciones de auxiliar a las de ayudante, publicar temarios desactualizados y/o excesivamente localistas (que ni los del pueblo saben qué comentar en determinados epígrafes), fusionar la biblioteca con el archivo (incluso aunque la plaza sea específica de bibliotecario) y un largo etc.

 

Pues me he enterado que había convocado unas plazas, pero han pasado meses y meses y no salen esas bases que dices ni nada que avise para que me apunte. ¿He perdido la oportunidad de participar en las oposiciones que tanto ansiaba?
No desesperes, querido opositor. Tarde o temprano sabrás algo del asunto. Lo que ocurre es que las cosas de palacio van despacio y la burocracia es lo que tiene. Según nuestra adorada Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas, para cualquier proceso administrativo existen plazos, que casualmente se suelen dilatar en el tiempo en ciertas fases sujetas a criterios de interpretación. En ocasiones, desde que se anuncia la creación de una plaza hasta que aparece la resolución para inscribirse pueden pasar años. Si te quedas más tranquilo, actualmente se le suele echar la culpa a una cosa llamada crisis que dicen que impide contratar tan rápido como antes. Eso sin contar que los boletines oficiales tienen un cupo de resoluciones que publicar al día, y si no hay sitio, no hay sitio.

Y cuando tenga que presentar documentación, ¿qué suele ser lo normal?
Siempre hay que entregar una instancia en el registro correspondiente que deje constancia de tu inscripción en la oposición (suele venir incluida en las bases como anexo), un certificado del pago de los derechos de examen y, según el caso, diversa documentación adicional como títulos universitarios, certificados de cursos, etc. A veces, para no acumular tanto papel, la administración pide que el grueso de los papeles se entreguen al superar otras pruebas más allá de la primera. Parece un buen sistema para acabar haciéndose amigo del alma de los encargados del registro.

He entregado la instancia, todos los papeles a mayores que me pedían y he pagado las tasas. ¿Ahora qué?
A estudiar que es gerundio y a esperar una nueva entrega de nuestras FAQs bibliotecarias 🙂

María Benitez

Bibliotecaria, documentalista y community manager en formación constante. Me apasiona navegar por la red en busca de noticias y nuevos datos acerca del mundo del libro, la edición, las bibliotecas y las redes sociales. A través de este pequeño espacio trato de transmitir mis inquietudes y descubrimientos. Siempre a la caza de aquello que me resulta más llamativo, más curioso y poco conocido.

2 respuestas a «FAQs sobre oposiciones a bibliotecas (II)»

  1. Hola a todos:

    En el campo de la biblioteconomía, la archivistica y documentación hay mucho intrusismo laboral, es decir, que contratan en algunos sitios a personas que no tienen formación en nuestro campo y nos quitan unoa puestos de trabajo que deberíamos ejercer nosotros que para eso hemos estudiado una carrera y nos hemos formado en este campo.

    Por favor, firmad esta petición para que el ministerio de educación, cultura y deporte nos tenga en cuenta y sólo se puedan presentar a las oposiciones gente que haya estudiado la diplomatura de biblioteconomía y documentación, el grado de información y documentación o la licenciatura en documentación.

    ¡Acabemos con el intrusismo laboral en nuestro campo!

    https://www.change.org/p/ministerio-de-educaci%C3%B3n-cultura-y-deportes-personal-titulado-en-biblioteconom%C3%ADa-y-documenaci%C3%B3n-en-las-bibliotecas?recruiter=19247794&utm_source=share_petition&utm_medium=copylink

    1. Muchas gracias María por avisarnos de vuestra iniciativa. Sin embargo, personalmente, creo que la situación es mucho más complicada que esto. La biblioteconomía es una profesión instrumental, cuyos conocimientos pueden adquirirse tanto por la práctica del trabajo (lo que desgraciadamente no suele ir incluido en los planes de estudios) como por conocimientos varios perfectamente «aprendibles» más allá de las aulas universitarias. He conocido compañeros bibliotecarios que, habiendo estudiado otras carreras, desempeñaban su trabajo con la habilidad de un licenciado «legítimo»; así como otros compañeros de carrera que no eran capaces de sacar adelante el trabajo tan bien.
      No creo que se pueda pensar en la biblioteconomía en estos términos de exclusión. Es impensable que Medicina o Arquitectura sean desempeñadas por otros profesionales que no sean los que salen de la carrera. En estos casos está en sus manos la vida de la gente y han de pasar pruebas muy duras para llegar a obtener el título. Sin embargo, el trabajo en bibliotecas y demás centros de documentación es más flexible, intelectual… y llegará a buen puerto siempre que haya personas con ganas de aprender, de actualizarse, formarse y trabajar.
      Por otra parte advertir que se están mezclando temas: la contratación en las empresas privadas, y los procesos selectivos oficiales de la administración. En la empresa privada se hará lo que deseen hacer los gestores. Y si ellos quieren contratar administrativos para ahorrarse dinero en los sueldos (algo bastante habitual) se hará, y si prefieren a un profesional de su materia que ha adquirido conocimientos de organización del conocimiento, también (de nada me sirvió el título en el pasado para acceder a este tipo de puestos). En cuanto a las oposiciones, ya he expuesto en el post algunas de las razones por las que creo que no se pide el título.

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