Han pasado casi tres meses desde que mi compañero biblogTecario Antonio Casado contara en esta misma tribuna que Amazon abría sus puertas virtuales en España. El 14 de septiembre, un día antes de la presentación oficial, Amazon.es era ya una realidad y desembarcaba con una oferta de más de 2,5 millones de libros, 130.000 DVDs, 450.000 CDs, más de 65.000 productos de electrónica, 15.000 videojuegos —así como con un catálogo de ordenadores, software, juguetes, pequeños electrodomésticos y relojes—, no sólo en nuestro país, sino en un mercado de 450 millones de potenciales consumidores. Porque lo correcto no es hablar de Amazon en España, sino de Amazon en español.
Con la perspectiva que nos da el tiempo, ahora es muy fácil relacionar la compra, en octubre de 2010, de BuyVip, una de las mayores compañías españolas de comercio electrónico, con el imparable avance del gigante de Seattle. Y es que no hay que perder de vista que, como recordó Julieta Lionetti en su día, “el negocio de Amazon no son los libros ni los ebooks, sino el ecommerce” y, posiblemente, esta operación previa era necesaria para garantizar unas condiciones de logística que hasta ahora no concurrían en España. A la larga, la entrada del mayor vendedor online del mundo servirá, cuando menos, para impulsar el grado de confianza y madurez del comercio electrónico en nuestro país.
Pero, aun siendo eso cierto, y por lo que se refiere al sector editorial, es innegable que, durante el último año, Amazon no se ha limitado a ver qué pasa testando un mercado de precio único como es el nuestro, sino que ha ido dando sus pasos hasta erigirse en uno de los players internacionales (junto a Google y Apple, de momento) que en este ámbito podría traer de cabeza a más de uno, dado que, entre otras cosas, persigue hacerse con gran parte del fondo editorial español. A este respecto, y abundando en la idea planteada en el párrafo anterior, para competir con Amazon premium, con un precio anual muy ventajoso para el cliente habitual -que se traduce en recepción gratuita a los 2 ó 3 días de la compra, y en un precio de 2,99 € si se desea recibir el producto al día siguiente-, ya hemos podido constatar los movimientos de ficha realizados por FNAC y Casa del Libro apostando por políticas de gastos de envío más agresivas.
En septiembre pasado, el descontento fue generalizado entre los que esperaban ansiosos contar con otro canal —el canal— para la compra de libros electrónicos en español. Amazon en España, pero sin posibilidad de adquirir el Kindle a través de Amazon.es, olía a lanzamiento sólo a medias. Pero era cuestión de tiempo.
Transcurridos ya tres meses, nuestro panorama digital pinta de otro color: ya podemos adquirir el Kindle a 99 €, un precio bastante inferior al de los otros lectores de libros electrónicos que se venden en España, y, además, disponer de una oferta de 24.000 ebooks en español, así como del mayor catálogo digital de títulos en catalán, euskera y gallego. En este sentido, y una vez firmados los contratos correspondientes con algunas editoriales españolas, la estrategia de Amazon ha sido la de esperar a que actores locales, como Casa del Libro y El Corte Inglés lanzaran sus propios lectores de tinta electrónica para disfrutar en solitario de su momento de gloria antes de entrar a disputarse parte del pastel que se sirve por Navidad.
Cualquiera puede editar (?)
Pero hay más para los autores, para los editores, y, por extensión, para los lectores: cualquier usuario puede ofrecer su obra a través de la tienda Kindle de Amazon.es utilizando el servicio Kindle Direct Publishing, reservarse el 70% en concepto de derechos de autor y conseguir que aquélla esté disponible no sólo en España, sino en más de 100 países de todo el mundo vía Kindle. Asimismo, la nueva web de KDP en español amplía su alcance permitiendo el acceso a los contenidos a través de aplicaciones Kindle gratuitas de lectura para iPad, iPod touch, iPhone, Windows, Mac y dispositivos Android.
Valiéndose de su potente sistema de búsqueda y recomendación basado en las opiniones de los usuarios y en el filtrado que garantiza que un alto porcentaje de sus ventas procedan de lo que la plataforma considera que puede interesar al cliente, según sus selecciones anteriores, quien ya llevaba muchos años revolucionando la distribución de libros y poniendo en jaque a las librerías tradicionales de Estados Unidos se estrenó como editor bajo la marca AmazonCrossing, a finales del primer trimestre de 2011. Seguramente, a Amazon también le interese editar en España porque no pierde de vista la potencialidad del mercado en español.
“Esto es la guerra”
La siguiente pregunta que procede hacerse es si Amazon, como plantea Arantxa Mellado en Actualidad editorial, también competirá con herramientas de lectura social o compartida made in Spain. En ese caso, esto no ha hecho más que empezar y aún no hemos visto nada porque resta saber qué ofrecerá la plataforma norteamericana COPIA al usuario de habla hispana, a punto de establecerse en España, y cómo irá la empresa de origen canadiense Kobo conquistando su propia cuota de mercado, por poner sólo dos ejemplos.
Lo de Amazon es imparable, eso parece no dudarlo nadie a estas alturas. Aparte de su conocido dispositivo de lectura, también ha logrado introducirse en el mercado de las tablets con el Kindle Fire para el cual ha desarrollado su propio navegador (Amazon Silk), además, se atreve a poner en marcha agresivas campañas con tal de captar clientes. Y es que ese es, precisamente, el valor más preciado, el cliente-lector porque en el momento actual lo que desde luego no faltan son oportunidades para leer y compartir lecturas.
Esperemos que, además de venderse dispositivos, se vendan contenidos, que el “fenómeno amazónico” no arrase con el trabajo realizado por muchos profesionales durante años. El primer trimestre de 2012 promete, porque, como dijo aquél, “lo positivo es que nos obligará a mejorar”.